Estudio revela que la moda de los zombis refleja sociedad infeliz
COLUMBIA, AP
Los zombis parecen estar últimamente en todas partes. En la popular serie televisiva “The Walking Dead”, los humanos luchan por escapar de una pandilla de muertos vivientes sedientos de carne viva.
Alertas en broma han anunciado por radio un apocalipsis de los zombis en un puñado de estados estadounidenses. Y alrededor del país, aspirantes a zombis en ropas raídas ocasionalmente llenan parques locales, gorgoteándoles gemidos a los vivos.
¿Son estas sólo obsesiones demenciales con la muerte y el deterioro? Para la profesora Sarah Lauro, de la Universidad de Clemson, el fenómeno no es nocivo ni es una moda casual sino parte de una tendencia histórica que refleja un nivel de insatisfacción cultural y agitación económica.
¿Son estas sólo obsesiones demenciales con la muerte y el deterioro?
Lauro, profesora de inglés en Clemson, estudió zombis mientras trabajaba en su doctorado en la Universidad de California, en Davis. Dijo que sigue la pista de películas, series televisivas y videojuegos sobre zombis, pero su investigación se enfoca principalmente en el concepto del “paseo del zombi”, una reunión masiva de gente que, vestida con ropa y maquillaje de muertos vivientes, se tambalea y baila.
Es una fascinación que para Lauro, quien dice ser una cobarde, parece forzada. Poco interesada en películas o juegos de violencia, Lauro dijo que hoy en día los ve en un intento por comprender qué es lo que hace vibrar a los amantes de los zombis.
“Odio la violencia”, dijo. “No soporto ver sangre. Así que es un parto, pero lo hago”.
Las reuniones de los zombis comenzaron en el 2003 en Toronto, dijo Lauro, y su popularidad escaló dramáticamente en Estados Unidos en el 2005, a la par del descontento con la guerra en Irak.
“Fue un modo en el que la población reaccionó al sentimiento de que el gobierno de (George W.) Bush no los escuchaba”, dijo Lauro. “Nadie en realidad quería la guerra, y de todos modos hubo guerra”.
Entre mediados y finales de la década del 2000 también se vio un repunte en la popularidad de los zombis en general, quizás motivada en parte por el estreno de películas postapocalípticas como “Dawn of the Dead” (“El amanecer de los muertos”) y “28 Days Later” (“28 días después” o “Exterminio”).
“Para mí es una alegoría tan obvia. En cierto modo nos sentimos como muertos”
Hasta el año pasado, dijo Lauro, se habían realizado paseos de zombis en 20 países. La mayor congregación atrajo a más de 4.000 participantes en el Paseo de Zombis de Nueva Jersey en Asbury Park, Nueva Jersey, en octubre del 2010, según el libro Guinness de Récords Mundiales.
“Estamos más interesados en zombis en momentos en los que como cultura nos sentimos vulnerables”, dijo Lauro. “Y los hechos muestran que, cuando atravesamos crisis económicas, la vasta población se siente vulnerable… Ya sea hacerse los muertos… o mirar un show como ‘Walking Dead’ le proporciona a la gente una gran variedad de escapes”.
Sin embargo, apuntó Lauro, la muestra de insatisfacción no siempre es una expresión consciente de ese sentimiento de frustración.
“Si uno le preguntara a los participantes, dudo que todos estén muy conscientes de lo que están diciendo cuando se ponen el maquillaje de zombis y participan”, dijo. “Para mí es una alegoría tan obvia. En cierto modo nos sentimos como muertos”.
Los zombis parecen estar últimamente en todas partes. En la popular serie televisiva “The Walking Dead”, los humanos luchan por escapar de una pandilla de muertos vivientes sedientos de carne viva.
Alertas en broma han anunciado por radio un apocalipsis de los zombis en un puñado de estados estadounidenses. Y alrededor del país, aspirantes a zombis en ropas raídas ocasionalmente llenan parques locales, gorgoteándoles gemidos a los vivos.
¿Son estas sólo obsesiones demenciales con la muerte y el deterioro? Para la profesora Sarah Lauro, de la Universidad de Clemson, el fenómeno no es nocivo ni es una moda casual sino parte de una tendencia histórica que refleja un nivel de insatisfacción cultural y agitación económica.
¿Son estas sólo obsesiones demenciales con la muerte y el deterioro?
Lauro, profesora de inglés en Clemson, estudió zombis mientras trabajaba en su doctorado en la Universidad de California, en Davis. Dijo que sigue la pista de películas, series televisivas y videojuegos sobre zombis, pero su investigación se enfoca principalmente en el concepto del “paseo del zombi”, una reunión masiva de gente que, vestida con ropa y maquillaje de muertos vivientes, se tambalea y baila.
Es una fascinación que para Lauro, quien dice ser una cobarde, parece forzada. Poco interesada en películas o juegos de violencia, Lauro dijo que hoy en día los ve en un intento por comprender qué es lo que hace vibrar a los amantes de los zombis.
“Odio la violencia”, dijo. “No soporto ver sangre. Así que es un parto, pero lo hago”.
Las reuniones de los zombis comenzaron en el 2003 en Toronto, dijo Lauro, y su popularidad escaló dramáticamente en Estados Unidos en el 2005, a la par del descontento con la guerra en Irak.
“Fue un modo en el que la población reaccionó al sentimiento de que el gobierno de (George W.) Bush no los escuchaba”, dijo Lauro. “Nadie en realidad quería la guerra, y de todos modos hubo guerra”.
Entre mediados y finales de la década del 2000 también se vio un repunte en la popularidad de los zombis en general, quizás motivada en parte por el estreno de películas postapocalípticas como “Dawn of the Dead” (“El amanecer de los muertos”) y “28 Days Later” (“28 días después” o “Exterminio”).
“Para mí es una alegoría tan obvia. En cierto modo nos sentimos como muertos”
Hasta el año pasado, dijo Lauro, se habían realizado paseos de zombis en 20 países. La mayor congregación atrajo a más de 4.000 participantes en el Paseo de Zombis de Nueva Jersey en Asbury Park, Nueva Jersey, en octubre del 2010, según el libro Guinness de Récords Mundiales.
“Estamos más interesados en zombis en momentos en los que como cultura nos sentimos vulnerables”, dijo Lauro. “Y los hechos muestran que, cuando atravesamos crisis económicas, la vasta población se siente vulnerable… Ya sea hacerse los muertos… o mirar un show como ‘Walking Dead’ le proporciona a la gente una gran variedad de escapes”.
Sin embargo, apuntó Lauro, la muestra de insatisfacción no siempre es una expresión consciente de ese sentimiento de frustración.
“Si uno le preguntara a los participantes, dudo que todos estén muy conscientes de lo que están diciendo cuando se ponen el maquillaje de zombis y participan”, dijo. “Para mí es una alegoría tan obvia. En cierto modo nos sentimos como muertos”.