Erdogan ahonda la crisis de Turquía e Israel al comparar sionismo y fascismo
El primer ministro apuesta por considerar "el sionismo, el antisemitismo o el fascismo" crímenes contra la humanidad
David Alandete
Jerusalén, El País
Un discurso del primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan, en una conferencia sobre islamofobia celebrada en Viena (Austria) el miércoles, en el que tildó al sionismo de “crimen contra la humanidad” y lo equiparó al antisemitismo y al fascismo, amenazan con arruinar el proceso de reconciliación diplomática entre Israel y Turquía. Las relaciones entre ambos países quedaron gravemente dañadas por el ataque en 2010 del Ejército israelí contra una flotilla de ayuda humanitaria que se dirigía a Gaza, en el que murieron nueve activistas turcos.
“Deberíamos hacer un esfuerzo por comprender la cultura de los demás, pero en lugar de eso vemos cómo la gente actúa movida por prejuicios, y excluye a otros, y los desprecia”, dijo Erdogan en el quinto foro en la ONU de la Alianza de Civilizaciones, la iniciativa propuesta por el expresidente español José Luís Rodríguez Zapatero. “Por eso es necesario que consideremos, como el sionismo, el antisemitismo o el fascismo, la islamofobia como un crimen contra la humanidad”.
Israel ha protestado enérgicamente por estas declaraciones, que han generado una polémica diplomática justo en una jornada en la que el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se encuentra en Turquía para una breve visita. “Condeno enérgicamente la comparación que el primer ministro turco ha realizado entre el sionismo y el fascismo”, dijo el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en un comunicado el jueves. “Se trata de un enunciado oscuro y mendaz, de los que pensábamos que eran cosa del pasado en este mundo”, añadió.
Representantes del departamento de Estado norteamericano que viajan con Kerry en su primer viaje al extranjero dijeron a los medios que les acompañaban que consideran la comparación de Erdogan “particularmente ofensiva” y que esta puede tener un “efecto corrosivo” para las relaciones entre Turquía y EE UU. El portavoz de la Casa Blanca Tommy Vietor rechazó en un comunicado “la caracterización del primer ministro Erdogan del sionismo como un crimen contra la humanidad, porque es ofensiva y errónea”.
De fondo, en este asunto, está la resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas número 3379, aprobada en 1975, que declaraba “al sionismo como una forma de racismo y discriminación racial”. Israel, con la ayuda de EE UU, se opuso firmemente a ella, y puso como condición para participar en la conferencia de paz de Madrid de 1991 que fuera revocada, algo que sucedió en diciembre de aquel año.
Condeno enérgicamente la comparación que el primer ministro turco ha realizado entre el sionismo y el fascismo”
Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel
Tras el comentario de Erdogan, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, aplaudió y estrechó la mano del primer ministro. Dos días después, este viernes, envió un comunicado, en el que dijo que “si los comentarios sobre el sionismo se interpretaron de forma correcta, entonces no solo son erróneos, sino que contradicen los principios básicos sobre los que se cimienta la Alianza de Civilizaciones”.
Turquía fue el primer país de mayoría musulmana que reconoció a Israel en 1949. Durante décadas, ambos países han mantenido unos sólidos lazos económicos y militares. En 2010 Israel atacó una flotilla de media docena de barcos que llevaba víveres a Gaza. Ante la muerte de nueve turcos, Ankara exigió a Israel que pidiera perdón. El Gobierno de Benjamín Netanyahu se negó, alegando que los soldados israelíes habían sido atacados. Ankara llamó a consultas a su embajador en Tel Aviv y expulsó al jefe de la misión diplomática israelí. En las pasadas semanas ambos países habían comenzado un tímido proceso de reconciliación.
El sionismo es un modo de nacionalismo judío, desarrollado en su plenitud entre los siglos XIX y XX, que considera la tierra entre el Mediterráneo y el río Jordán como la cuna del pueblo judío, y el lugar en que este debe mantener su soberanía. La Declaración de Independencia de Israel, de 1948, llama a los judíos en la diáspora a “que se congreguen en torno a los judíos de Israel y los secunden en las tareas de inmigración y construcción”.
David Alandete
Jerusalén, El País
Un discurso del primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan, en una conferencia sobre islamofobia celebrada en Viena (Austria) el miércoles, en el que tildó al sionismo de “crimen contra la humanidad” y lo equiparó al antisemitismo y al fascismo, amenazan con arruinar el proceso de reconciliación diplomática entre Israel y Turquía. Las relaciones entre ambos países quedaron gravemente dañadas por el ataque en 2010 del Ejército israelí contra una flotilla de ayuda humanitaria que se dirigía a Gaza, en el que murieron nueve activistas turcos.
“Deberíamos hacer un esfuerzo por comprender la cultura de los demás, pero en lugar de eso vemos cómo la gente actúa movida por prejuicios, y excluye a otros, y los desprecia”, dijo Erdogan en el quinto foro en la ONU de la Alianza de Civilizaciones, la iniciativa propuesta por el expresidente español José Luís Rodríguez Zapatero. “Por eso es necesario que consideremos, como el sionismo, el antisemitismo o el fascismo, la islamofobia como un crimen contra la humanidad”.
Israel ha protestado enérgicamente por estas declaraciones, que han generado una polémica diplomática justo en una jornada en la que el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se encuentra en Turquía para una breve visita. “Condeno enérgicamente la comparación que el primer ministro turco ha realizado entre el sionismo y el fascismo”, dijo el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en un comunicado el jueves. “Se trata de un enunciado oscuro y mendaz, de los que pensábamos que eran cosa del pasado en este mundo”, añadió.
Representantes del departamento de Estado norteamericano que viajan con Kerry en su primer viaje al extranjero dijeron a los medios que les acompañaban que consideran la comparación de Erdogan “particularmente ofensiva” y que esta puede tener un “efecto corrosivo” para las relaciones entre Turquía y EE UU. El portavoz de la Casa Blanca Tommy Vietor rechazó en un comunicado “la caracterización del primer ministro Erdogan del sionismo como un crimen contra la humanidad, porque es ofensiva y errónea”.
De fondo, en este asunto, está la resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas número 3379, aprobada en 1975, que declaraba “al sionismo como una forma de racismo y discriminación racial”. Israel, con la ayuda de EE UU, se opuso firmemente a ella, y puso como condición para participar en la conferencia de paz de Madrid de 1991 que fuera revocada, algo que sucedió en diciembre de aquel año.
Condeno enérgicamente la comparación que el primer ministro turco ha realizado entre el sionismo y el fascismo”
Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel
Tras el comentario de Erdogan, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, aplaudió y estrechó la mano del primer ministro. Dos días después, este viernes, envió un comunicado, en el que dijo que “si los comentarios sobre el sionismo se interpretaron de forma correcta, entonces no solo son erróneos, sino que contradicen los principios básicos sobre los que se cimienta la Alianza de Civilizaciones”.
Turquía fue el primer país de mayoría musulmana que reconoció a Israel en 1949. Durante décadas, ambos países han mantenido unos sólidos lazos económicos y militares. En 2010 Israel atacó una flotilla de media docena de barcos que llevaba víveres a Gaza. Ante la muerte de nueve turcos, Ankara exigió a Israel que pidiera perdón. El Gobierno de Benjamín Netanyahu se negó, alegando que los soldados israelíes habían sido atacados. Ankara llamó a consultas a su embajador en Tel Aviv y expulsó al jefe de la misión diplomática israelí. En las pasadas semanas ambos países habían comenzado un tímido proceso de reconciliación.
El sionismo es un modo de nacionalismo judío, desarrollado en su plenitud entre los siglos XIX y XX, que considera la tierra entre el Mediterráneo y el río Jordán como la cuna del pueblo judío, y el lugar en que este debe mantener su soberanía. La Declaración de Independencia de Israel, de 1948, llama a los judíos en la diáspora a “que se congreguen en torno a los judíos de Israel y los secunden en las tareas de inmigración y construcción”.