El rescate de Chipre provoca el primer corralito en la Eurozona
Nicosia impedirá retirar parte del dinero de los bancos para asegurar que los depositantes paguen un nuevo impuesto
Anastasiades cree que el rescate era la "única solución" para evitar la bancarrota
Luis Doncel
Bruselas, El País
Europa cerró anoche el acuerdo para rescatar a Chipre, pero a costa de imponer una tasa a los ahorradores que empuja a las autoridades a decretar un corralito parcial. El acuerdo alcanzado en la madrugada del sábado incluye un impuesto que se parece como una gota de agua a una quita en los depósitos chipriotas. Todas las cuentas de la pequeña isla del Mediterráneo —tanto de residentes como de no residentes— quedarán sujetas a una tasa, que se pagará solo una vez, del 9,99% para los que superen los 100.000 euros, y del 6,75% para los que no lleguen a esa cantidad.
Con esta medida, la Eurozona da un paso más allá al permitir por primera vez que los depositantes tengan que pagar parte del rescate, incluso los que tienen menos de 100.000 euros, la cantidad asegurada por las normas europeas. Jörg Asmussen, miembro del consejo de gobierno del Banco Central Europeo, aseguró que las autoridades ya han tomado las medidas necesarias para que la parte correspondiente a la tasa se quede “congelada” en las cuentas bancarias para garantizar que pueda ser recaudada. El Gobierno del conservador Nikos Anastasiadis aprobará este fin de semana una ley para permitir esta operación. Se sabrán entonces los detalles de un bloqueo que, en principio, no tendría por qué durar más que el tiempo necesario para recaudar el impuesto. Pero mientras tanto, los ahorradores chipriotas verán bloqueados parte de su dinero en los bancos. Las sucursales estarán cerradas el lunes por ser festivo, pero el mismo sábado, muchos chipriotas se han lanzado a los cajeros a poner a salvo lo que puedan de sus ahorros.
El presidente de Chipre, Nicos Anastasiades, ha declarado que el rescate aprobado esta madrugada "era la única solución para evitar la bancarrota en el país". De haber fracasado, ha añadido, uno de los principales bancos del país habría quebrado.
El ministro de Finanzas de Chipre, Michael Sarris, admitió que esta decisión “ha sido muy difícil”, pero que las consecuencias de una bancarrota habrían sido peores. Sarris explicó que los ahorradores recibirán acciones de los bancos por un valor equivalente a lo que pierdan en sus depósitos. “El tamaño del sector bancario es tan grande [en Chipre] que hemos tenido que diseñar un programa específico en el que estaba justificado involucrar a los ahorradores”, aseguró el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, que estima que el nuevo impuesto sobre los depósitos recaudará 5.800 millones de euros. Con esta decisión, se supera el último escollo para aprobar un programa de ayudas de 10.000 millones de euros acordado tras diez horas de discusiones entre los ministros de la zona euro y los líderes del FMI y del BCE.
El Fondo Monetario Internacional ha logrado su objetivo de reducir el monto de un rescate que hace meses se calculaba en torno a 17.000 millones de euros, una cifra reducida en comparación con las ayudas concedidas a otros países, pero que equivale a todo el PIB chipriota. El organismo que encabeza Christine Lagarde, apoyado por Alemania, se ha empeñado en evitar a toda costa que la deuda pública del país se disparara hasta niveles insostenibles.
Pero si querían reducir el programa de asistencia financiera, el dinero había que buscarlo en otros sitios. Y sobre esas fuentes adicionales de ingresos es sobre lo que los ministros europeos han estado discutiendo hasta bien entrada la madrugada. Además de la tasa sobre los depósitos bancarios y otra sobre los intereses, se aprobará una quita para sus bonistas júnior, una subida del impuesto de sociedades al 12,5%, un ambicioso plan de privatizaciones y un ajuste presupuestario del 4,25% del PIB. Además, se redactará una evaluación independiente sobre el lavado de dinero en la banca y las autoridades de Nicosia se comprometen a reducir el tamaño de su sector financiero hasta alcanzar la media europea. “El Eurogrupo confía en que estas iniciativas permitan que la deuda pública de Chipre, que se prevé que llegue al 100% del PIB en 2020, permanezca en una senda sostenible e impulse el potencial de crecimiento de la economía”, asegura el comunicado.
Una de las obsesiones de países como Alemania era que el FMI participara en el programa de ayudas a la economía chipriota. Lagarde confirmó que propondrá al consejo de la institución que contribuya a financiar el rescate financiero, aunque no especificó con qué cantidad.
La mayor parte de la ayuda se destinará a recapitalizar a un sector financiero hipertrofiado que había quedado herido de muerte tras la quita de la deuda aprobada por sus vecinos griegos. El dinero que Europa va a prestar Chipre, cuya economía supone tan solo el 0,2% del PIB de la Eurozona, es muy inferior al inyectado en Grecia, Irlanda o Portugal —los otros tres países que han necesitado un rescate total—; o incluso en España, que recibió ayudas para su sector financiero. Pero muchos dirigentes temían que una quita entre los ahorradores chipriotas generara un pánico bancario que se extendiera al resto de la Eurozona.
Anastasiades cree que el rescate era la "única solución" para evitar la bancarrota
Luis Doncel
Bruselas, El País
Europa cerró anoche el acuerdo para rescatar a Chipre, pero a costa de imponer una tasa a los ahorradores que empuja a las autoridades a decretar un corralito parcial. El acuerdo alcanzado en la madrugada del sábado incluye un impuesto que se parece como una gota de agua a una quita en los depósitos chipriotas. Todas las cuentas de la pequeña isla del Mediterráneo —tanto de residentes como de no residentes— quedarán sujetas a una tasa, que se pagará solo una vez, del 9,99% para los que superen los 100.000 euros, y del 6,75% para los que no lleguen a esa cantidad.
Con esta medida, la Eurozona da un paso más allá al permitir por primera vez que los depositantes tengan que pagar parte del rescate, incluso los que tienen menos de 100.000 euros, la cantidad asegurada por las normas europeas. Jörg Asmussen, miembro del consejo de gobierno del Banco Central Europeo, aseguró que las autoridades ya han tomado las medidas necesarias para que la parte correspondiente a la tasa se quede “congelada” en las cuentas bancarias para garantizar que pueda ser recaudada. El Gobierno del conservador Nikos Anastasiadis aprobará este fin de semana una ley para permitir esta operación. Se sabrán entonces los detalles de un bloqueo que, en principio, no tendría por qué durar más que el tiempo necesario para recaudar el impuesto. Pero mientras tanto, los ahorradores chipriotas verán bloqueados parte de su dinero en los bancos. Las sucursales estarán cerradas el lunes por ser festivo, pero el mismo sábado, muchos chipriotas se han lanzado a los cajeros a poner a salvo lo que puedan de sus ahorros.
El presidente de Chipre, Nicos Anastasiades, ha declarado que el rescate aprobado esta madrugada "era la única solución para evitar la bancarrota en el país". De haber fracasado, ha añadido, uno de los principales bancos del país habría quebrado.
El ministro de Finanzas de Chipre, Michael Sarris, admitió que esta decisión “ha sido muy difícil”, pero que las consecuencias de una bancarrota habrían sido peores. Sarris explicó que los ahorradores recibirán acciones de los bancos por un valor equivalente a lo que pierdan en sus depósitos. “El tamaño del sector bancario es tan grande [en Chipre] que hemos tenido que diseñar un programa específico en el que estaba justificado involucrar a los ahorradores”, aseguró el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, que estima que el nuevo impuesto sobre los depósitos recaudará 5.800 millones de euros. Con esta decisión, se supera el último escollo para aprobar un programa de ayudas de 10.000 millones de euros acordado tras diez horas de discusiones entre los ministros de la zona euro y los líderes del FMI y del BCE.
El Fondo Monetario Internacional ha logrado su objetivo de reducir el monto de un rescate que hace meses se calculaba en torno a 17.000 millones de euros, una cifra reducida en comparación con las ayudas concedidas a otros países, pero que equivale a todo el PIB chipriota. El organismo que encabeza Christine Lagarde, apoyado por Alemania, se ha empeñado en evitar a toda costa que la deuda pública del país se disparara hasta niveles insostenibles.
Pero si querían reducir el programa de asistencia financiera, el dinero había que buscarlo en otros sitios. Y sobre esas fuentes adicionales de ingresos es sobre lo que los ministros europeos han estado discutiendo hasta bien entrada la madrugada. Además de la tasa sobre los depósitos bancarios y otra sobre los intereses, se aprobará una quita para sus bonistas júnior, una subida del impuesto de sociedades al 12,5%, un ambicioso plan de privatizaciones y un ajuste presupuestario del 4,25% del PIB. Además, se redactará una evaluación independiente sobre el lavado de dinero en la banca y las autoridades de Nicosia se comprometen a reducir el tamaño de su sector financiero hasta alcanzar la media europea. “El Eurogrupo confía en que estas iniciativas permitan que la deuda pública de Chipre, que se prevé que llegue al 100% del PIB en 2020, permanezca en una senda sostenible e impulse el potencial de crecimiento de la economía”, asegura el comunicado.
Una de las obsesiones de países como Alemania era que el FMI participara en el programa de ayudas a la economía chipriota. Lagarde confirmó que propondrá al consejo de la institución que contribuya a financiar el rescate financiero, aunque no especificó con qué cantidad.
La mayor parte de la ayuda se destinará a recapitalizar a un sector financiero hipertrofiado que había quedado herido de muerte tras la quita de la deuda aprobada por sus vecinos griegos. El dinero que Europa va a prestar Chipre, cuya economía supone tan solo el 0,2% del PIB de la Eurozona, es muy inferior al inyectado en Grecia, Irlanda o Portugal —los otros tres países que han necesitado un rescate total—; o incluso en España, que recibió ayudas para su sector financiero. Pero muchos dirigentes temían que una quita entre los ahorradores chipriotas generara un pánico bancario que se extendiera al resto de la Eurozona.