El líder de los católicos de EE UU dice que la Iglesia debe acercarse a los gais
El cardenal Timothy Dolan reconoce que, a la hora de transmitir su mensaje, la Iglesia debe evitar la sensación de que se opone a las posiciones de las minorías
Eva Saiz
Washington, El País
El presidente de la conferencia episcopal de EE UU, el arzobispo de la diócesis de Nueva York, Timothy Dolan, ha reconocido este domingo que a la Iglesia católica aún le queda mucho camino por delante para aproximarse a la comunidad homosexual. Durante una entrevista en televisión, Dolan ha abordado la distancia evidente entre los intereses de la jerarquía eclesiástica y la de sus fieles, y ha insistido en que la Iglesia debe ser más cuidadosa a la hora de transmitir su mensaje para que no parezca, como sostiene que ocurre actualmente, que en la defensa de sus doctrina subyace una oposición a las posiciones que son contrarias a las convicciones católicas.
En una semana de especial transcendencia para el reconocimiento de los derechos de los homosexuales en EE UU, donde su Tribunal Supremo ha debatido sobre la constitucionalidad de las uniones entre personas del mismo sexo, Dolan ha insistido en que para la Iglesia católica el único matrimonio válido es el de un hombre con una mujer. “Dios nos ha enseñado que el camino hacia la felicidad, especialmente en lo que se refiere al amor sexual, se circunscribe únicamente al matrimonio entre hombre y mujer”, ha indicado el prelado. “Debemos tratar de mejorar la forma en la que abordamos la defensa del matrimonio, de modo que no parezca que se reduce a un ataque a la los homosexuales”, ha reconocido a continuación.
Dolan, que estuvo presente en el cónclave que eligió al nuevo Papa, ha asegurado en la entrevista que la Iglesia está tratando de acercarse a la comunidad homosexual pero es consciente de que aún es pronto para que pueda dar la bienvenida a los católicos gais. “La naturaleza de la Iglesia hace que, en ocasiones, estemos alejados de los asuntos que verdaderamente preocupan a sus fieles”, ha indicado. “Queremos la felicidad de los homosexuales. Yo los amo, igual que los ama dios, pero a veces no somos lo suficientemente efectivos a la hora de trasladar a la sociedad cómo nos enseñó Él que debemos vivir”.
Una encuesta publicada por el Centro Pew días antes de que se conociera el nombre del nuevo Papa, concluía que la mayoría de los fieles de EE UU pedían al próximo Pontífice que modernizara la Iglesia, haciéndola más abierta a las nuevas realidades de la sociedad. Otro sondeo de la cadena ABC, dado a conocer por las mismas fechas, abundaba en que la mayoría de los católicos estadounidenses – con casi 80 millones de fieles, es la primera religión en el país- percibía que la jerarquía eclesial había perdido contacto con las verdaderas preocupaciones de sus feligreses. En las últimas décadas, la Iglesia católica en EE UU ha vivido asediada por los continuos escándalos de pederastia. La actitud de los altos cargos eclesiásticos, proclive a proteger la conducta de los sacerdotes implicados, en lugar de favorecer la transparencia de las investigaciones y velar por las víctimas, ha minado la credibilidad en esa institución.
El arzobispo de Nueva York también es consciente de lo acusado de ese alarmante desafecto. “Es inevitable que la Iglesia no esté en comunión con todos las preocupaciones de sus fieles, porque nos debemos a intereses que transcienden de los meramente terrenales”, ha asegurado Dolan. “Pero nuestro mayor reto es transmitir y hacer perdurar esos intereses y la doctrina eterna de la Iglesia en este tiempo. Lo estamos intentando. Estamos escuchando a los ciudadanos”, ha recalcado el prelado.
Dolan, no obstante, ha advertido de que las desafecciones no sólo se están produciendo en el seno de la Iglesia católica, sino que la falta de convicciones y compromiso es un estigma generalizado en la sociedad actual que, sostiene, prima más al individuo que a los valores colectivos. “La gente desea mantener su privacidad, busca la soledad, prefiere tuitear a hablar directamente con sus familias”, ha asegurado. “Este ansia de individualismo está afectando a la cultura y lo estamos sintiendo en nuestra Iglesia. Nosotros no nos preocupamos por la comunidad, no por el individuo, nosotros hablamos de ‘Nuestro Padre’, pero la sociedad habla del ‘yo’ y de ‘uno mismo”.
Eva Saiz
Washington, El País
El presidente de la conferencia episcopal de EE UU, el arzobispo de la diócesis de Nueva York, Timothy Dolan, ha reconocido este domingo que a la Iglesia católica aún le queda mucho camino por delante para aproximarse a la comunidad homosexual. Durante una entrevista en televisión, Dolan ha abordado la distancia evidente entre los intereses de la jerarquía eclesiástica y la de sus fieles, y ha insistido en que la Iglesia debe ser más cuidadosa a la hora de transmitir su mensaje para que no parezca, como sostiene que ocurre actualmente, que en la defensa de sus doctrina subyace una oposición a las posiciones que son contrarias a las convicciones católicas.
En una semana de especial transcendencia para el reconocimiento de los derechos de los homosexuales en EE UU, donde su Tribunal Supremo ha debatido sobre la constitucionalidad de las uniones entre personas del mismo sexo, Dolan ha insistido en que para la Iglesia católica el único matrimonio válido es el de un hombre con una mujer. “Dios nos ha enseñado que el camino hacia la felicidad, especialmente en lo que se refiere al amor sexual, se circunscribe únicamente al matrimonio entre hombre y mujer”, ha indicado el prelado. “Debemos tratar de mejorar la forma en la que abordamos la defensa del matrimonio, de modo que no parezca que se reduce a un ataque a la los homosexuales”, ha reconocido a continuación.
Dolan, que estuvo presente en el cónclave que eligió al nuevo Papa, ha asegurado en la entrevista que la Iglesia está tratando de acercarse a la comunidad homosexual pero es consciente de que aún es pronto para que pueda dar la bienvenida a los católicos gais. “La naturaleza de la Iglesia hace que, en ocasiones, estemos alejados de los asuntos que verdaderamente preocupan a sus fieles”, ha indicado. “Queremos la felicidad de los homosexuales. Yo los amo, igual que los ama dios, pero a veces no somos lo suficientemente efectivos a la hora de trasladar a la sociedad cómo nos enseñó Él que debemos vivir”.
Una encuesta publicada por el Centro Pew días antes de que se conociera el nombre del nuevo Papa, concluía que la mayoría de los fieles de EE UU pedían al próximo Pontífice que modernizara la Iglesia, haciéndola más abierta a las nuevas realidades de la sociedad. Otro sondeo de la cadena ABC, dado a conocer por las mismas fechas, abundaba en que la mayoría de los católicos estadounidenses – con casi 80 millones de fieles, es la primera religión en el país- percibía que la jerarquía eclesial había perdido contacto con las verdaderas preocupaciones de sus feligreses. En las últimas décadas, la Iglesia católica en EE UU ha vivido asediada por los continuos escándalos de pederastia. La actitud de los altos cargos eclesiásticos, proclive a proteger la conducta de los sacerdotes implicados, en lugar de favorecer la transparencia de las investigaciones y velar por las víctimas, ha minado la credibilidad en esa institución.
El arzobispo de Nueva York también es consciente de lo acusado de ese alarmante desafecto. “Es inevitable que la Iglesia no esté en comunión con todos las preocupaciones de sus fieles, porque nos debemos a intereses que transcienden de los meramente terrenales”, ha asegurado Dolan. “Pero nuestro mayor reto es transmitir y hacer perdurar esos intereses y la doctrina eterna de la Iglesia en este tiempo. Lo estamos intentando. Estamos escuchando a los ciudadanos”, ha recalcado el prelado.
Dolan, no obstante, ha advertido de que las desafecciones no sólo se están produciendo en el seno de la Iglesia católica, sino que la falta de convicciones y compromiso es un estigma generalizado en la sociedad actual que, sostiene, prima más al individuo que a los valores colectivos. “La gente desea mantener su privacidad, busca la soledad, prefiere tuitear a hablar directamente con sus familias”, ha asegurado. “Este ansia de individualismo está afectando a la cultura y lo estamos sintiendo en nuestra Iglesia. Nosotros no nos preocupamos por la comunidad, no por el individuo, nosotros hablamos de ‘Nuestro Padre’, pero la sociedad habla del ‘yo’ y de ‘uno mismo”.