El día que conocí a Hugo Chávez

Redacción
BBC Mundo
Tras el fallido golpe de Estado de 2002, Hugo Chávez invitó al corresponsal de BBC Mundo en La Habana, Fernando Ravsberg, al Palacio de Miraflores para ofrecerle una entrevista en exclusiva.
Ravsberg recordó ese momento en su blog, Cartas desde Cuba, días después de que el ahora fallecido mandatario se sometiera el 11 de diciembre a su cuarta operación en La Habana, cuyas complicaciones no pudo superar.
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Conocí a Hugo Chávez en el año 1994, apenas salido de la prisión visitó Cuba y Fidel Castro lo recibió con honores de Jefe de Estado. Mientras lo oía hablar en la Universidad de La Habana, trataba de entender que se traía entre manos el líder cubano.
Chávez era un militar que intentó dar un golpe de Estado contra un gobierno democráticamente electo. Además, recuerdo que manejaba un lenguaje no tan socialista, aunque hacía constantes referencias a la justicia social y al nacionalismo.
El costo político de recibir a un golpista era demasiado alto para hacerlo sin un propósito, así que traté de averiguar qué había detrás de esa nueva amistad de Fidel. Para empezar me enteré de que el pronunciamiento había sido mucho más que una intentona militar.
Supe que participaron civiles, entre ellos algunos viejos guerrilleros que en el pasado estuvieron muy ligados a Cuba y que sin dudas debían ser una valiosa fuente de información para La Habana sobre la personalidad e ideas políticas del militar venezolano.

Pero más allá de cualquier cosa que le hubiesen informado a uno sobre el otro, entre Chávez y Fidel surgió un amor a primera vista. Llevo dos décadas en Cuba y nunca he visto al Comandante reír a carcajadas como lo hacía cuando lo visitaba el venezolano.
Castro encontró a su continuador en América Latina y Chávez, por su parte, a un zorro político cuyos consejos le allanaron el camino en más de una ocasión. Y se salvaron mutuamente, Cuba recibió petróleo y Venezuela médicos y maestros para las misiones sociales.
La primera vez que visité Caracas una amiga venezolana que participaba en las negociaciones bilaterales me confesó que Fidel Castro quería mandar los médicos gratuitamente pero entonces resultaba imposible equilibrar la balanza comercial.
Tiempo después ella misma me explicó que Chávez presionó al presidente cubano para que este aceptara intercambiar la atención médica por petróleo porque las leyes venezolanas no le permitían enviar el crudo a Cuba por pura solidaridad.
Que yo sepa, el único juego sucio que hubo entre ambos lo protagonizó Fidel Castro. Chávez lo retó a un partido de béisbol entre veteranos y el Comandante lo enfrentó a los jugadores de la selección nacional cubana disfrazados de ancianitos.

La entrevista

Durante el golpe de Estado del 2002 informé a través de la cadena televisiva Telemundo de EEUU sobre una entrevista a la hija de Chávez, donde aseguraba que su padre nunca había renunciado al cargo como decían los golpistas para justificar su derrocamiento.
Telemundo se ve en Venezuela y creo que con ese reportaje de alguna forma contribuimos a revelar lo que estaba ocurriendo porque unos días después fuimos convocados a Caracas y el Presidente Chávez nos dio la primera entrevista a la prensa tras su liberación.
El encuentro fue en el Palacio de Miraflores y hablamos de su detención, del intento de formar otro gobierno por la fuerza, del papel de la prensa en el golpe, de sus relaciones con EEUU y España. Estaba muy sereno y menos belicoso que en sus discursos.

Recuerdo que hizo mucho hincapié en el mensaje que recibió de Fidel en Miraflores, durante los primeros momentos del alzamiento. Castro le recomendaba no hacerse matar, evitar un sacrificio inútil y conservar la vida para continuar la lucha después.
Chávez me pareció un hombre bastante sencillo, nos trató con deferencia, tomamos café juntos, nos hicimos fotos y nos regaló a cada miembro del equipo un ejemplar de su segunda biblia, la Constitución de la Republica firmada por el mismo.
Habíamos esperado todo el día en Miraflores a que terminara de despachar y la entrevista acabó a medianoche. Salimos corriendo a enviar cortes por satélite para que la cadena empezara a anunciar que tendríamos al presidente venezolano en exclusiva.
Estábamos agotados y de regreso con mi camarógrafo, Víctor Buttari, olvidamos en el taxi los casetes originales. Increíblemente pudimos recuperarlos en Caracas a las 3 de la madrugada, para abordar el avión rumbo Miami a las 6 de la mañana.
Este fin de semana Cuba entera se quedó sin aliento al escuchar la despedida de Chávez, varios de mis amigos me llamaron emocionados para avisarme. Oyéndolo recordé algunas anécdotas y poco después me puse a escribir este post para compartirlas.

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