Bruselas controlará más de cerca los presupuestos nacionales desde octubre

La Unión Europea busca actuar para intentar prevenir desequilibrios como los actuales

Lucía Abellán
Bruselas, El País
Los países de la zona euro deberán someter sus presupuestos a la lupa de Bruselas, que podrá vetarlos y exigir una nueva redacción si no se ajustan a las metas fiscales. El Parlamento Europeo ha aprobado hoy el texto definitivo de esa norma de control, con mínimas novedades respecto a la propuesta de la Comisión. Los eurodiputados pretendían incluir en este paquete la creación de un fondo de mutualización de la deuda excesiva que emitiera eurobonos. Finalmente se han conformado con que un grupo de expertos presente un estudio de aquí a un año.


El llamado doble paquete de gobierno económico tendrá efectos inmediatos en los 17 países del euro. El primer paquete establece que a mediados de octubre los Gobiernos deberán remitir a la Comisión sus proyectos de cuentas públicas para 2014. El Ejecutivo comunitario las evaluará y podrá pedir cambios si considera que no garantizan los límites de déficit y deuda comprometidos. Los controles serán más estrictos para los países con graves desequilibrios financieros y para aquellos que hayan recibido algún tipo de rescate. A todos ellos se les aplicará el segundo paquete de control, unas reglas específicas que deberán acatar para corregir su situación.

Lo aprobado hoy recopila y refuerza las reglas de control de las cuentas públicas nacionales que hasta ahora había manejado Bruselas. Con la nueva norma, la Unión Europea busca actuar de manera más temprana –antes incluso de que los Presupuestos estén aprobados en los Parlamentos nacionales- para intentar prevenir desequilibrios como los actuales. Las normas han sido respaldadas por una amplísima mayoría de la Eurocámara, reunida en Estrasburgo.

El proyecto adolece, pese a todo, del mal que caracteriza a todas las políticas comunitarias desde que estalló la crisis: un énfasis excesivo en el control del déficit y una gran laxitud respecto a las medidas de estímulo. Aunque el texto final introduce más transparencia en el procedimiento y obliga a tener en cuenta el impacto de las recetas de Bruselas en el crecimiento, algunos eurodiputados reconocen que se podía haber ido más lejos. “La asimetría entre la rapidez con que se adoptan las normas de control y la lentitud con la que se avanza en los aspectos de crecimiento hace que el proceso de gobernanza e integración económica esté cojo y desequilibrado”, subrayó el diputado socialista Antolín Sánchez Presedo.

Varios europarlamentarios aprovecharon la intervención en el pleno del comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, para expresar su malestar. Rehn recibió abucheos mientras trataba de decir que la respuesta europea a la crisis “habría obtenido resultados más rápidos si la propuesta de la Comisión hubiera sido aceptada por los Estados miembros”. Aunque el compromiso respecto al fondo de mutualización de la deuda se limita a un mero estudio de expertos, Rehn ya ha dejado claras las condiciones para poner en marcha un instrumento de ese tipo: “Debe ir acompañado de una mayor disciplina fiscal e integración”.

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