Argentina goleó con un ataque perfecto


Martín Kolodny, Clarín
La sociedad entre Messi e Higuaín funcionó de manera espectacular: la Pulga marcó de penal y le dio dos asistencias de lujo al Pipita, que anotó un doblete para el 3-0 ante Venezuela en el Monumental. La Selección quedó muy cerca del Mundial.


Luz, Messi es luz en un estadio repleto de hinchas que quiere ver en la oscuridad de un fútbol argentino precarizado. Messi ilumina el césped del Monumental a pura gambeta y todos aguardan, agazapados, por ese destello de la Pulga cuando corre con el balón. Venezuela es un rival ausente, sus jugadores son sombras que el mejor jugador del mundo deja en el camino una a una. La Selección Argentina lo disfruta, se abriga con su luz y ya sueña con su ídolo abrazado a una copa envuelto en la bandera en tierras brasileñas.

Sabella parece haber encontrado a los 10 futbolistas que acompañan a Messi en la Selección y con esos apellidos el funcionamiento de un equipo que poco a poco se afianza en una idea simple: aprovechar la contundencia de sus delanteros. Ante Venezuela le faltaron Di María (suspendido) y Agüero (lesionado), sin embargo el 4-3-3 parece tan aceitado que en el cambio de figuritas la diferencia casi no se nota.

Fue de menos a más la Selección en el primer tiempo, siempre bajo la conducción de su capitán, Leo Messi. Pero el esqueleto de Argentina se compone por una defensa a la que la exigen poco y aprueba con un cuatro como el alumno que estudia lo mínimo e indispensable para un examen en el que le preguntan lo mínimo e indispensable (dos veces en el segundo tiempo desbordó Rondón por izquierda y Otero falló el gol por el medio). Es Javier Mascherano el primer hueso de una columna vertebral derecha y firme. Mascherano corta cualquier avance rival y a partir de allí se construye el juego argentino.

Fernando Gago es casi siempre el primer pase claro del equipo. Y después Messi, Montillo, Lavezzi e Higuaín... una aplanadora para Venezuela. Fue puro toque (preciso), velocidad y vértigo (hasta Zabaleta y Rojo se sumaron por los laterales por sorpresa y con oportunismo). A los 18, Messi tira una pared con Higuaín y saca el zurdazo. A los 20, taco de Higuaín para Lavezzi que rompe por izquierda. A los 21, Rojo sorprende con un zurdazo que pega en la red, pero no es gol. Seis más tarde, otra pared, Messi-Montillo-Lavezzi y el arquero Daniel Hernández corta con los pies. Le faltaba el último toque.

Minuto 28, corta Mascherano. Montillo de primera para Messi, Messi de primera para Higuaín que queda mano a mano. Derechazo por entre las piernas del arquero y gol. Golazo. Se abrió el marcador y cada intérprete afinó su instrumento para que de las tribunas baje el ole, ole... A los 41, pared Messi con Rojo y el diez que no puede definir. Dos más tarde, otra pared Messi para Higuaín y mano de Cichero en el área. Penal y golazo de Messi, de zurda, al ángulo, iluminado por mil flashes que bajaban desde las tribunas. Argentina parecía una máquina con el 2-0.

Ya no hubo partido. A los 13 del segundo tiempo, Messi arrancó en tres cuartos de cancha propia, tiró una pared en el medio con gago y siguió a toda marcha. Habilitó a Higuaín con un pase delicioso (el Pipita estaba un pasito adelantado), y el delantero no falló en la definición con un toquecito de derecha para sellar el 3-0 y ser el goleador de las Eliminatorias con 9 gritos. La dupla de Argentina, uno del Barcelona el otro del Real Madrid, es un tándem perfecto e imparable.

Después el equipo levantó el pie del acelerador y Sabella aprovechó para ajustar algunas clavijas: Gago salió por precaución ya que se recuperaba de una lesión y Banega lo reemplazó. El equipo no lo notó. Después el técnico le dio minutos a Palacio que tiene chances de ser titular en La Paz, el martes, ya que Higuaín fue amonestado y quedó suspendido. Pudo haber marcado algún gol más Argentina, pero no hacía falta. La Selección se aferra al primer puesto, con una actuación convincente y con una delantera temible. Brasil está cada vez más cerca...

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