Vientres de silicona para fingir un embarazo causan furor en China
China, AFP
Los vientres de silicona, disponibles en muchas tiendas online de China, se han convertido en un gran negocio en el país asiático, donde muchas mujeres los utilizan para lograr que les cedan el asiento en los transportes públicos.
Según cuenta hoy el diario “Nuevo Pekín”, este producto, disponible por entre 300 y 700 yuanes, se vende muy bien, promocionado en las páginas web e incluso en los medios como una forma de conseguir esos “privilegios” de los que disfrutan las embarazadas.
“Ya no necesitará hacer cola y cada día en el autobús podrá tener asiento”, se publicita, por ejemplo, en una de las páginas promocionales de estos implantes.
Pese a este éxito, la existencia de estas “tripitas” falsas había pasado desapercibida en China hasta esta semana, cuando una mujer de Pekín, de apellido Zhang, apareció en las noticias al ser descubierta “in fraganti” con uno de estos implantes en el metro de la capital china.
Zhang, que vive en las afueras de Pekín, adquirió este objeto para disfrutar de mayor comodidad en sus largos desplazamientos diarios en metro a su lugar de trabajo, en el centro de la capital.
Pero al parecer, la barriga se movía demasiado durante el trayecto y los pasajeros se dieron cuenta del truco, para ridículo de la falsa embarazada.
Los vientres de silicona, disponibles en muchas tiendas online de China, se han convertido en un gran negocio en el país asiático, donde muchas mujeres los utilizan para lograr que les cedan el asiento en los transportes públicos.
Según cuenta hoy el diario “Nuevo Pekín”, este producto, disponible por entre 300 y 700 yuanes, se vende muy bien, promocionado en las páginas web e incluso en los medios como una forma de conseguir esos “privilegios” de los que disfrutan las embarazadas.
“Ya no necesitará hacer cola y cada día en el autobús podrá tener asiento”, se publicita, por ejemplo, en una de las páginas promocionales de estos implantes.
Pese a este éxito, la existencia de estas “tripitas” falsas había pasado desapercibida en China hasta esta semana, cuando una mujer de Pekín, de apellido Zhang, apareció en las noticias al ser descubierta “in fraganti” con uno de estos implantes en el metro de la capital china.
Zhang, que vive en las afueras de Pekín, adquirió este objeto para disfrutar de mayor comodidad en sus largos desplazamientos diarios en metro a su lugar de trabajo, en el centro de la capital.
Pero al parecer, la barriga se movía demasiado durante el trayecto y los pasajeros se dieron cuenta del truco, para ridículo de la falsa embarazada.