Una renuncia, un rayo y un próximo Papa: los elementos que hacen recordar a San Malaquías
Caracas, EFE
El rayo que cayó sobre la cúpula de la Basílica de San Pedro horas después de que el Papa anunciara su renuncia, se convirtió en una noticia viral.Muchos son los que a través de las redes sociales hablaban de profecías ante el impactante evento natural que iluminó por un segundo al Vaticano.
El rayo que cayó sobre la cúpula de la Basílica de San Pedro horas después de que el Papa anunciara su renuncia, se convirtió en una noticia viral.Muchos son los que a través de las redes sociales hablaban de profecías ante el impactante evento natural que iluminó por un segundo al Vaticano.
La cúpula de San Pedro, proyecto de Miguel Ángel, se eleva a una altura de 136,57 metros desde el suelo hasta la parte superior de la cruz externa. La obra fue finalizada por los arquitectos Giacomo della Porta y Domenico Fontana y hoy es el blanco de las miradas de creyentes y curiosos.
Pero el tema supera la casa del pájaro azul, que esta semana logró pasar página de lo político. El Cardenal Urosa Savino, a través de una rueda de prensa que ofrecía para dar detalles sobre su visión acerca de la renuncia, también se refirió al tema al que calificó hoy como “un evento luminoso”.
A pesar de los comentarios,Savino explicó que en la cúpula hay para-rayos lo que explica la atracción de la descarga hacia esa zona en particular. “Es una coincidencia feliz”, sumó entre risas y restando importancia a quienes cayeron en supersticiones negativas.
Pero la realidad es que los comentarios continúan incluso un día después del hecho. Muchos no solo hablan de una causalidad o de una profecía, sino que recuerdan y citan a reconocidos profetas de la historia como San Malaquías, abriendo la puerta a una nueva tendencia de discusión, a falta del fin del mundo según los Mayas.
Las profecías de San Malaquías
A este santo de origen irlandés, del que se decía que podía predecir el futuro, se le atribuye la redacción de 112 profecías correspondientes a los 112 papas que sucederían a Celestino II, elegido en 1130, hasta el fin del mundo. Lo interesante es que si contamos a partir de ese momento, Benedicto XVI sería el número 111.
No fueron pocos los que recordaron este dato cuando se supo la noticia. Malaquías, quien según el religioso Bernardo de Claraval, gozaba del don de la profecía, escribió lo que se conoce como “La profecía de los Papas” en el libro Lignum vitæ, ornamentum, & decus Ecclesiae en 1559.
Las supuestas profecías están compuestas por “lemas” para cada uno de los 112 Papas que menciona. En el caso del número 111, se refiere a “Gloria Olivae” o “Gloria del Olivo”, clásico símbolo de la paz.
Según el libro “El enigma de la profecía de San Malaquías sobre los Papas ¿Está próximo el fin del mundo?” de Juan Manuel Igartua, “el olivo es el símbolo clásico de la paz desde el relato bíblico de Noé, con la paloma que trajo el célebre ramito de olivo en el pico, como símbolo de la cesación del diluvio universal”. Asimismo, recuerda que según la profecías expuestas tras la aparición la Virgen de Fátima, se anunciaba que, tras la conversión de Rusia, un breve tiempo de paz sería concedido al mundo. En tal sentido, el autor no clarifica si este sería el periodo de paz -el de su papado- del que se habla o si estará por venir, aunque sí distingue bien entre la paz externa y la de la ciudad de las 7 colinas, Roma.
El 19 de abril del año 2005, Ratzinger fue electo como el sucesor de Juan Pablo II y elige el nombre de Benedicto XVI, según sus propias palabras, “he querido llamarme Benedicto XVI para relacionarme idealmente al venerado pontífice Benedicto XV que ha guiado a la Iglesia en un periodo atormentado por el primer conflicto mundial. Fue valiente y auténtico profeta de paz y actuó con extrema valentía desde el inicio para evitar el drama de la guerra y después al limitar las nefastas consecuencias”.
El Papa es conocido por sus esfuerzos en unificar la fe católica y unir a las iglesias ortodoxas, así como por sus acciones en buscar la paz creando incluso alianzas con gobiernos como el de Cuba.
Malaquías también habla sobre el Papa 110, bajo el lema “De labore solis” o “Del trabajo del sol”, atribuído a Juan Pablo II.
Los críticos dicen que las supuestas profecías se tratan de una falsificación, posiblemente distribuida como una campaña de propaganda a finales del pasado siglo XVI, para favorecer a un cardenal durante el cónclave.
Lo cierto es que Juan Pablo nació el 18 de mayo de 1920, el mismo día del eclipse solar. El Pontífice fue enterrado el 8 de abril de 2005, el mismo que un eclipse parcial que fue visto en América.
“En la última persecución de la Santa Iglesia Romana se sentará Pedro Romano, que apacentará las ovejas entre muchas tribulaciones; pasadas estas cosas, la Ciudad de las Siete Colinas será destruída y el Juez Terrible juzgará al pueblo. El fin”, cita la supuesta profecía sobre el último Papa, el 112. Según la predicción de San Malaquías, Gloria Olivae dará paso a Petrus Romanus, que adoptará el nombre del primer Obispo de Roma y sucesor directo de Jesucristo.
Carlos Díaz, experto en temas teológicos, conversó con Noticias24 Radio acerca de este tema y aseguró que este “último Papa”, fiel como Pedro, cuidará de su rebaño en medio de los ataques del enemigo”. Para Díaz esto es posible en un mundo “que ha perdido la fe y que no lleva consigo los preceptos de Dios”.
Se habla de una renovación del templo, del fin de una era o del fin del mundo para muchos, pero qué significa la profecía de Malaquías en este tiempo, “en el apocalipsis del apóstol Juan se dice que Babilonia será destruida y la representación de esta es Roma, aún no sabemos si será destruida pero la iglesia jamás terminará ni se rendirá ante las puertas del infierno”.
“El nuevo Pontífice viene a renovar el templo de Dios, porque el piso de la iglesia se está elevando, el mundo no puede detenerse y tienen que venir nuevos tiempos para la fe católica, debe haber un concilio llamado Jerusalén segundo porque fue allí en donde nació la iglesia”, explicó.
Creyento o no, no dejan de ser escritos que están prestos a la interpretación de expertos y supersticiosos, que sin duda, juegan un papel ante la renuncia de Benedicto XVI y la proliferación de la información a través de las redes sociales. ¿Verdad o una simple superstición?