Un atentado suicida frente a unas mezquitas deja 21 muertos en Pakistán


ISLAMABAD, AFP
 Al menos 21 personas murieron y otras decenas resultaron heridas en el noroeste de Pakistán en un atentado suicida dirigido contra "los chiíes", según la policía, tras estallar una bomba frente a dos mezquitas, una chií y otra suní este viernes.
El autor del atentado, que no ha sido reivindicado, llegó en moto al lugar de los hechos, en la ciudad de Hangu, cercana a las zonas tribales semiautónomas fronterizas con Afganistán, bastiones de los insurgentes talibanes. Los explosivos que llevaba el kamikaze estallaron en una calle angosta en la que hay dos mezquitas, una chiita y otra sunita.
El jefe de la policía del distrito, Mian Muhamad Said, informó de 21 muertos y más de 50 heridos, seis de los cuales estaban en estado crítico. "Fue un ataque suicida dirigido contra los chiitas, pero también hubo víctimas musulmanas sunitas, ya que su mezquita y algunas tiendas se encuentran muy cerca de ese lugar", declaró. "Encontramos la cabeza del terrorista, que fue hasta allí en moto", puntualizó.
"Las mezquitas chiita y sunita están muy cerca una de otra y la explosión tuvo lugar en el momento en que los chiitas estaban saliendo de su mezquita y los sunitas estaban entrando en la suya, con motivo de las oraciones del viernes", afirmó el oficial de policía Imtiaz Shah. Muzammil Husain, un chiita de 28 años herido en la cabeza y la mano, dijo a la AFP que oyó la explosión cuando salió de la mezquita.
"En cuanto llegué a la salida de la mezquita, una fuerte explosión estremeció la zona. Mucha gente se cayó encima mío, como consecuencia del impacto de la explosión", declaró por teléfono, desde el hospital, en la cercana ciudad de Kohat. "Vi pedazos de carne humana por todas partes. Nunca en mi vida había visto una escena así. Estaba semiconsciente cuando me llevaron a un hospital", agregó.
El agente de policía Raaz Muhamad, quien participó en las tareas de rescate, dijo que la explosión dañó dos tiendas de cosméticos y tres de venta de verduras. "Vi pedazos de carne humana y grandes manchas de sangre en las paredes que lindan con la mezquita y en las tiendas cercanas", puntualizó. "Toda la calle estaba cubierta con sandalias y gorras de la gente que salía de la mezquita", agregó.
Pakistán vivió el pasado 10 de enero una de las jornadas más sangrientas de su historia reciente, con 125 muertos en una serie de atentados principalmente contra chiitas, a pocos meses de elecciones generales en este inestable país dotado del arma nuclear.
El ataque más devastador, fue un doble atentado en un club de billar repleto de gente en ciudad de Quetta, capital de Baluchistán, de mayoría chiita, que dejó 92 muertos y 121 heridos, indicaron las autoridades locales. El atentado de Quetta fue reivindicado por el Lashkar e Jhangvi (LeJ), principal grupo rebelde antichiita del país. La minoría chiita representa 20% de la población total de Pakistán (180 millones de habitantes).

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