Seis mitos para 135 años de vida (II)
Londres, Marca
La vida del Manchester United avanza hacia finales del siglo XX. Con el centenario bien cumplido, la mejor época del club estaba por llegar... y llega en la década de los 90. Mucho tiene que ver en el gran salto la incorporación al banquillo de Old Trafford de un técnico escocés, Alex Ferguson, en 1986.
Con la explosión de títulos a nivel nacional e internacional, el United consigue la estabilidad económica. Hasta el punto de convertirse en uno de los clubes más ricos del universo-fútbol, gracias, sobre todo, a sus fuertes ingresos por marketing y publicidad.
Fue, además, de los pioneros en cotizar en Bolsa.Desde 1991 hasta 2005, que fue comprado por Malcolm Glazer y decidió retirarse del mercado para volver el año pasado a Wall Street.
En sus 135 años de vida, el United ha reunido jugadores de talla mundial. Cuatro han ganado el Balón de Oro con su camiseta: Bobby Charlton, Law, Best y Cristiano Ronaldo, y una de sus señas de identidad a lo largo de su historia es la fidelidad e identificación que mantienen sus futbolistas con su club y su afición.
Hay tanto para elegir que es complicado apostar por media docena de mitos entre todos los grandes red devils de la historia. También resulta difícil, sin caer en la injusticia, seleccionar el once más representativo. Saldrían, como en el Real Madrid o el Barça, dos o tres onces que reflejarían con más exactitud la trascendencia que este club ha tenido, tiene y tendrá en el fútbol británico, europeo y mundial.
Alex Ferguson, la dictadura del éxito
El aficionado español posiblemente supo de él por primera vez en la primavera de 1983. En Goteborg se disputaba la final de la Recopa y el rival del Real Madrid, dirigido por Alfredo di Stéfano, era un poco conocido equipo escocés llamado Aberdeen, de menor tradición que el Celtic y el Glasgow Rangers, pero que en aquellos tiempos les hacía sombra a nivel doméstico.
Su entrenador era un todavía más desconocido técnico escocés que respondía al nombre de Alexander Chapman Ferguson y tenía 41 años. Entonces no era, por supuesto, Sir, ni trascendía públicamente su afición por las carreras de caballos y el buen vino, pero ya se le conocía por el sobrenombre de Fergie y se escuchaban andanzas sobre su mal genio y ataques de ira.
Además, había hecho campeón al modesto Saint Mirren (1977) y con el Aberdeen ya había ganado la Liga (1980) y la Copa (82) antes de esa magnífica trayectoria por la Recopa que le llevó a la final, después de haber eliminado al mismísimo Bayern Munich.
Aquel Real Madrid de Camacho, Gallego, Stielike, Juanito, Santillana..., que quedó supcampeón de todo esa temporada, también partía como favorito en la final. El partido se disputó bajo una torrencial lluvia y en la prórroga los escoceses se llevaron el triunfo (2-1). "Por fin he hecho algo que vale la pena en mi vida. Ahora puedo decir que mi vida tiene sentido", susurró Ferguson, que saludó educadamente a un Di Stéfano al que se le comían los demonios.
Fue el espaldarazo definitivo. A la temporada siguiente conquistó Liga y Copa y pasó a formar parte de la Orden del Imperio Británico. Las ofertas de clubes ingleses se amontonaban y finalmente, en noviembre de 1986, aceptó la del Manchester United para sustituir a Atkinson.
1Inspiración.Por más años que pasen, títulos que consiga y experiencia que acumule, tanta o más que ellos, Ferguson no olvida a los que él llama sus maestros. Los hombres por los que decidió hacerse entrenador. Jock Stein fue su máxima referencia de juventud, pero los años que pasó, ya en el United, cerca de Matt Busby - fallece en el 94- le influyeron decisivamente.
"El mejor consejo que me dio Busby fue no leer la Prensa. Nunca me podré comparar con él salvo en que soy escocés, como él; soy hijo de la clase obrera, como él, que era hijo de minero, como Shankly y Paisley los legendarios técnicos del Liverpool, también escoceses... pero simplemente yo soy su heredero".
Jock Stein había nombrado recientemente a Alex Ferguson asistente y por lo tanto estaba sentado en el banquillo a su lado en el estadio Ninian Park de Cardiff el día (10-9-85), cuando un infarto fulminante acabó con su vida. Escocia, que estaba en el mismo grupo que España, se jugaba la clasificación para el Mundial 86. Cayó a su lado y minutos después fallecía en la enfermería del vestuario.
"No derramé ni una lágrima hasta que hube volado desde Cardiff a Glasgow y salí por carretera hacia Aberdeen. Paré en un área de descanso y sencillamente me derrumbé... Para gente como yo, Jock fue el precursor de todos los logros y retos a los que teníamos que aspirar. Él nunca se quedaba con los elogios. Siempre se trataba de los jugadores y de lo magnífico que era el equipo... Esa generosidad lo dice todo de él. Para cualquier persona que busque mejorar su formación futbolística, Stein era una universidad por sí solo".
Alex se hizo cargo de la selección y eliminando a Australia en el cruce definitivo clasificó a Escocia para el Mundial 86. Fue su último servicio a su maestro.
2Método. En estos veintiséis largos años, Ferguson no ha pasado especialmente por ser un entrenador fanático de la táctica. Partiendo de la base de que "para ganar un partido lo más fácil sigue siendo tener el balón", no cree haber inventado un método propio que pasará a la historia. "Es preciso adaptarse a cada generación y a cada jugador porque todos son diferentes. Eso sí, no hay que dejarles jamás que piensen que controlan la situación. Si es así, estas acabado".
Quizás por eso, cuando recibe en su despacho a cualquier fichaje que llega al United, su mensaje es muy claro. "Aquí las cosas son muy sencillas. Se hacen a mi manera, o a la calle".
Nunca tuvo fama de innovador ni de vivir con una pizarra al lado. Se adapta al momento, a las evoluciones técnicas, tácticas y físicas que marca el tiempo y, sobre todo, a los jugadores que tiene.
Su Manchester a lo largo de estos años ha modificado su forma de juego, sin un sistema fijo. Lo que no ha cambiado es su implicación en el vestuario, su poder de motivación y de intimidación. Dicen los que le conocen bien que del primer Ferguson que llegó a Old Trafford sólo queda el pragmatismo y el realismo con que afronta las situaciones.
Tampoco es un técnico que haya perdido el sentido con las nuevas tecnologías, que utilizan más sus ayudantes. "El fútbol es un juego de momentos y la concentración es la clave. En el banquillo sólo me ocupo de mi equipo. Del rival sólo me preocupa que su entrenador haga siempre el primer cambio".
3Carácter. Ferguson no suele provocar indiferencia en los que le rodean. Le conozcan o no. "Yo antes era más impetuoso, más colérico. Tenía más energía, ahora tengo más autocontrol". Aun así, su carrera es una batalla constante. Con sus jugadores, con los rivales, con los árbitros, con la Prensa, con sus colegas... Wenger y Benítez como principales enemigos.
Por todo ello se convierte en protagonista de episodios singulares. Como lanzar en el vestuario una bota a Beckham y alcanzarlo en la ceja porque había fallado en una jugada que acabó en gol del Arsenal; o recibir el impacto de un trozo de pizza que, al parecer, le lanzó Cesc en el túnel de vestuarios después de otro partido contra el Arsenal.
El Real Madrid también ha sido víctima de sus ataques. Le comparó con el general Franco porque intentaba fichar jugadores de su club...
La vida del Manchester United avanza hacia finales del siglo XX. Con el centenario bien cumplido, la mejor época del club estaba por llegar... y llega en la década de los 90. Mucho tiene que ver en el gran salto la incorporación al banquillo de Old Trafford de un técnico escocés, Alex Ferguson, en 1986.
Con la explosión de títulos a nivel nacional e internacional, el United consigue la estabilidad económica. Hasta el punto de convertirse en uno de los clubes más ricos del universo-fútbol, gracias, sobre todo, a sus fuertes ingresos por marketing y publicidad.
Fue, además, de los pioneros en cotizar en Bolsa.Desde 1991 hasta 2005, que fue comprado por Malcolm Glazer y decidió retirarse del mercado para volver el año pasado a Wall Street.
En sus 135 años de vida, el United ha reunido jugadores de talla mundial. Cuatro han ganado el Balón de Oro con su camiseta: Bobby Charlton, Law, Best y Cristiano Ronaldo, y una de sus señas de identidad a lo largo de su historia es la fidelidad e identificación que mantienen sus futbolistas con su club y su afición.
Hay tanto para elegir que es complicado apostar por media docena de mitos entre todos los grandes red devils de la historia. También resulta difícil, sin caer en la injusticia, seleccionar el once más representativo. Saldrían, como en el Real Madrid o el Barça, dos o tres onces que reflejarían con más exactitud la trascendencia que este club ha tenido, tiene y tendrá en el fútbol británico, europeo y mundial.
Alex Ferguson, la dictadura del éxito
El aficionado español posiblemente supo de él por primera vez en la primavera de 1983. En Goteborg se disputaba la final de la Recopa y el rival del Real Madrid, dirigido por Alfredo di Stéfano, era un poco conocido equipo escocés llamado Aberdeen, de menor tradición que el Celtic y el Glasgow Rangers, pero que en aquellos tiempos les hacía sombra a nivel doméstico.
Su entrenador era un todavía más desconocido técnico escocés que respondía al nombre de Alexander Chapman Ferguson y tenía 41 años. Entonces no era, por supuesto, Sir, ni trascendía públicamente su afición por las carreras de caballos y el buen vino, pero ya se le conocía por el sobrenombre de Fergie y se escuchaban andanzas sobre su mal genio y ataques de ira.
Además, había hecho campeón al modesto Saint Mirren (1977) y con el Aberdeen ya había ganado la Liga (1980) y la Copa (82) antes de esa magnífica trayectoria por la Recopa que le llevó a la final, después de haber eliminado al mismísimo Bayern Munich.
Aquel Real Madrid de Camacho, Gallego, Stielike, Juanito, Santillana..., que quedó supcampeón de todo esa temporada, también partía como favorito en la final. El partido se disputó bajo una torrencial lluvia y en la prórroga los escoceses se llevaron el triunfo (2-1). "Por fin he hecho algo que vale la pena en mi vida. Ahora puedo decir que mi vida tiene sentido", susurró Ferguson, que saludó educadamente a un Di Stéfano al que se le comían los demonios.
Fue el espaldarazo definitivo. A la temporada siguiente conquistó Liga y Copa y pasó a formar parte de la Orden del Imperio Británico. Las ofertas de clubes ingleses se amontonaban y finalmente, en noviembre de 1986, aceptó la del Manchester United para sustituir a Atkinson.
1Inspiración.Por más años que pasen, títulos que consiga y experiencia que acumule, tanta o más que ellos, Ferguson no olvida a los que él llama sus maestros. Los hombres por los que decidió hacerse entrenador. Jock Stein fue su máxima referencia de juventud, pero los años que pasó, ya en el United, cerca de Matt Busby - fallece en el 94- le influyeron decisivamente.
"El mejor consejo que me dio Busby fue no leer la Prensa. Nunca me podré comparar con él salvo en que soy escocés, como él; soy hijo de la clase obrera, como él, que era hijo de minero, como Shankly y Paisley los legendarios técnicos del Liverpool, también escoceses... pero simplemente yo soy su heredero".
Jock Stein había nombrado recientemente a Alex Ferguson asistente y por lo tanto estaba sentado en el banquillo a su lado en el estadio Ninian Park de Cardiff el día (10-9-85), cuando un infarto fulminante acabó con su vida. Escocia, que estaba en el mismo grupo que España, se jugaba la clasificación para el Mundial 86. Cayó a su lado y minutos después fallecía en la enfermería del vestuario.
"No derramé ni una lágrima hasta que hube volado desde Cardiff a Glasgow y salí por carretera hacia Aberdeen. Paré en un área de descanso y sencillamente me derrumbé... Para gente como yo, Jock fue el precursor de todos los logros y retos a los que teníamos que aspirar. Él nunca se quedaba con los elogios. Siempre se trataba de los jugadores y de lo magnífico que era el equipo... Esa generosidad lo dice todo de él. Para cualquier persona que busque mejorar su formación futbolística, Stein era una universidad por sí solo".
Alex se hizo cargo de la selección y eliminando a Australia en el cruce definitivo clasificó a Escocia para el Mundial 86. Fue su último servicio a su maestro.
2Método. En estos veintiséis largos años, Ferguson no ha pasado especialmente por ser un entrenador fanático de la táctica. Partiendo de la base de que "para ganar un partido lo más fácil sigue siendo tener el balón", no cree haber inventado un método propio que pasará a la historia. "Es preciso adaptarse a cada generación y a cada jugador porque todos son diferentes. Eso sí, no hay que dejarles jamás que piensen que controlan la situación. Si es así, estas acabado".
Quizás por eso, cuando recibe en su despacho a cualquier fichaje que llega al United, su mensaje es muy claro. "Aquí las cosas son muy sencillas. Se hacen a mi manera, o a la calle".
Nunca tuvo fama de innovador ni de vivir con una pizarra al lado. Se adapta al momento, a las evoluciones técnicas, tácticas y físicas que marca el tiempo y, sobre todo, a los jugadores que tiene.
Su Manchester a lo largo de estos años ha modificado su forma de juego, sin un sistema fijo. Lo que no ha cambiado es su implicación en el vestuario, su poder de motivación y de intimidación. Dicen los que le conocen bien que del primer Ferguson que llegó a Old Trafford sólo queda el pragmatismo y el realismo con que afronta las situaciones.
Tampoco es un técnico que haya perdido el sentido con las nuevas tecnologías, que utilizan más sus ayudantes. "El fútbol es un juego de momentos y la concentración es la clave. En el banquillo sólo me ocupo de mi equipo. Del rival sólo me preocupa que su entrenador haga siempre el primer cambio".
3Carácter. Ferguson no suele provocar indiferencia en los que le rodean. Le conozcan o no. "Yo antes era más impetuoso, más colérico. Tenía más energía, ahora tengo más autocontrol". Aun así, su carrera es una batalla constante. Con sus jugadores, con los rivales, con los árbitros, con la Prensa, con sus colegas... Wenger y Benítez como principales enemigos.
Por todo ello se convierte en protagonista de episodios singulares. Como lanzar en el vestuario una bota a Beckham y alcanzarlo en la ceja porque había fallado en una jugada que acabó en gol del Arsenal; o recibir el impacto de un trozo de pizza que, al parecer, le lanzó Cesc en el túnel de vestuarios después de otro partido contra el Arsenal.
El Real Madrid también ha sido víctima de sus ataques. Le comparó con el general Franco porque intentaba fichar jugadores de su club...