River dio vuelta un partido increíble para volver a ser líder


Buenos Aires, Olé
River no jugaba bien y Tigre le ganaba. El equipo de Ramón atacaba con más actitud que ideas hasta que llegó una ráfaga: dos buenas jugadas de Mora y Luna que metió dos goles. Iturbe alargó la diferencia y Pérez García descontó. Punta millonaria.


¿Por dónde arrancar? ¿Por los últimos cinco minutos o por los primeros 85? ¿Por el Tigre que tuvo la llave para cerrar el partido o por ese que se dejó atrasar por un rival con tanta actitud como pocas ideas? El triunfo del equipo de Ramón se entiende por el espíritu, se comprende por esa actitud ganadora que les metió el entrenador y que, al menos en esta ocasión, les alcanzó para ganar cuando estaba perdido.

No se explica desde lo futbolístico. Porque Tigre aguantó el primer aluvión que pide un Monumental lleno y empezó a mostrar los problemas defensivos ajenos con un Diego Botta encendido e inteligente. Así como llegó al gol en una buena definición de Donatti, lo pudo liquidar en un mano a mano de Leguizamón.

Los peros los ponía River y su fuerza anímica. Ni Lanzini, ni Sánchez (debió ser expulsado por un par de prepoteadas con golpes inclusive) ni Ponzio traían ideas. Pero a Mora le alcanzó con ponerse fino cinco minutos para transformar un desborde ordinario en un centro de gol. Luna, que había entrado por Trezeguet, ponía el empate. El "Vamos que lo ganamos...." de Ramón no fue sólo un aliento al viento.

Luna e Iturbe (entró muy bien, rápido e incisivo) alargaron la ráfaga de River que en tan poco tiempo, escondió debajo de la alfombra lo mal que venía jugando. El descuento de Tigre apenas sirvió para que la diferencia no fuera tanta. Diferencia que no existió en 85 minutos de juego. Hasta que River mostró que en esta era Ramón tienen el ánimo en la Luna.

Entradas populares