México y Centroamérica encaran su drama en común: narcotráfico y migración

México, AFP
Desbordados por una violencia sin precedentes, Centroamérica y México tratarán el miércoles en una cumbre en San José su tragedia en común: el narcotráfico y la migración.


El presidente mexicano Enrique Peña Nieto, en su primer viaje desde que asumió el poder, llegaba a Costa Rica este martes para una visita bilateral previa a la cumbre regional del miércoles con una agenda marcada por el comercio, pero sobre todo por el sensible tema de la seguridad regional.

"Estamos en un momento para replantear (el) trabajo y hacerlo de la mano de México con quien compartimos muchos de estos desafíos", afirmó la mandataria costarricense, Laura Chinchilla, cuyo país ejerce por seis meses la presidencia del Sistema de Integración Centroamericana (SICA).

En el tapete estarán, "temas que son comunes" como el narcotráfico, el tráfico de migrantes y la trata de personas, pues buscan "redefinir" la lucha conjunta contra el crimen organizado, agregó su canciller Enrique Castillo.

Ubicados entre el mayor consumidor de cocaína del mundo, Estados Unidos, y el principal productor, Colombia, México y Centroamérica son puente por donde pasa, según Washington, el 90% de esa droga: cientos de toneladas de las que en 2012 sólo se decomisaron 85.

Toda Centroamérica está cuarteada por rutas que usan los carteles mexicanos y sudamericanos y el istmo está desplazando a México como primer frente del narcotráfico, según un informe de la ONU de 2012.

Tras la ofensiva militar antidrogas lanzada en 2005 en México por el entonces presidente Felipe Calderón, que deja unos 70.000 muertos, los carteles desplazaron operaciones a Centroamérica, donde se aliaron con las pandillas y hallaron un caldo de cultivo en la corrupción y debilidad institucional.

Hoy, según la ONU, Centroamérica es la zona sin conflicto bélico más violenta del mundo, sobre todo Honduras y Guatemala -que comparte con México casi 1.000 km de frontera selvática-.

El presidente Peña Nieto, quien asumió el 1 de diciembre, decidió mantener a las Fuerzas Armadas en el combate antidrogas, pero prometió reforzar el trabajo de inteligencia y, sin mencionar la legalización de las drogas, dice estar a favor de un debate hemisférico sobre la efectividad de como se ha llevado esa lucha.

"Si ese cambio de estrategia se da, habrá una reducción de la violencia en Centroamérica. México es esencial para contener a los grupos criminales en la región. Esta visita es vital para coordinar una nueva relación con Estados Unidos", dijo a la AFP el analista Alvaro Ramos, ex viceministro de Seguridad de Costa Rica.

Hace un año, el presidente de Guatemala, Otto Pérez, lanzó su propuesta de despenalizar la droga. Atenuada la polémica que desató, Centroamérica siguió la estrategia represiva, impulsada por Washington.

En los últimos años ha habido una "corporativización" de los carteles, como el sangriento cartel mexicano Los Zetas, que han incursionado en trata de personas, extorsiones y otros negocios criminales, mencionó a la AFP el fiscal general Jorge Chavarría.

Unos 140.000 centroamericanos -según los datos oficiales aunque las ONG manejan una cifra tres veces mayor- ingresan cada año a México ilegalmente con la esperanza de llegar a la frontera norte y cruzar a Estados Unidos en busca del "sueño americano".

En el camino, son víctimas de robos, violaciones, extorsiones y asesinatos por parte del crimen organizado, y hasta de abusos de las autoridades.

"Es innegable que esa situación de riesgo se mantiene y muy alta", dijo a AFP Gilma Pérez, coordinadora del Programa de Migrantes del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador.

Tan emblemática como horrenda fue la masacre atribuida a Los Zetas de 72 migrantes, la mayoría centroamericanos, ocurrida en 2010 en un pueblo del estado mexicano de Tamaulipas, bastión de ese grupo criminal, a 160 km de la frontera con Estados Unidos.

"El gobierno mexicano no da todavía muestras de querer mejorar la condición de nuestros migrantes, aunque sí vemos importante intentar una alianza con Centroamérica de cara a la posible reforma migratoria en Estados Unidos", agrega Pérez.

Cada año, según la comisión mexicana de derechos humanos, unos 20.000 migrantes son secuestrados por grupos criminales. La Mesa para las Migraciones en Guatemala cifra en "unos 70.000" los desaparecidos desde 2006: "México es un cementerio de migrantes", asegura esa ONG.

El presidente mexicano Enrique Peña Nieto (I) junto al mayor Miguel Angel Mancera asisten a una exhibición de las Fuerzas Armadas, el 15 de febrero de 2013 en Ciudad de México.

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