La oposición toma las calles de Egipto en protesta contra del Gobierno de Morsi

Varios opositores han lanzado cócteles molotov contra el palacio presidencial

David Alandete
El Cairo, El País
Miles de personas han salido a la calle en Egipto este viernes, en protesta contra el Gobierno de Mohamed Morsi y la sociedad de los Hermanos Musulmanes, que le apoya. A pesar de que los principales grupos opositores habían firmado ayer un acuerdo de no violencia, hoy, en El Cairo, varios manifestantes se enfrentaron a la policía en las inmediaciones de la plaza de Tahrir, que ha sido el epicentro de las protestas desde que comenzara la revolución que depuso a Hosni Mubarak, en 2011, y en la palacio de Heliopolis, sede de la presidencia, contra el que lanzaron cócteles molotov y donde ha habido un muerto y más de 50 heridos.


Varias marchas han recorrido El Cairo esta tarde para unirse frente al palacio presidencial, ante el que han entonado cánticos como “le vamos a cortar la barba a Morsi”, “que se vaya ya”, o “abajo con el régimen de los Hermanos Musulmanes”. Unos jóvenes, con las caras cubiertas por pasamontañas, afiliados al movimiento de protesta Black Bloc, han lanzado piedras y varias bombas incendiarias contra el edificio, ante lo que la policía ha respondido con el uso de botes de gas lacrimógeno y mangueras de agua, para tratar de dispersar a una muchedumbre de unas 3.000 personas. Fuentes médicas, citadas por la agencia France Presse, indicaron que al menos una persona había muerto durante los choques.

Morsi ha acusado a los partidos opositores de instigar a la violencia. “La presidencia ha seguido las manifestaciones convocadas por las fuerzas políticas, que desafortunadamente han renunciado a su carácter pacífico, con el lanzamiento de cócteles molotov y piedras contra el palacio presidencial”, dijo, en un comunicado leído en la televisión oficial, en el que ha advertido de que “las fuerzas de seguridad actuarán con la máxima contundencia para restablecer el orden y la seguridad”. Paralelamente, en otro comunicado, los Hermanos Musulmanes han pedido a los opositores que abandonen las inmediaciones del palacio, y cesen en sus actos de "violencia y vandalismo"

“Estamos aquí para reivindicar la memoria de los mártires”, explicaba frente al palacio presidencial Ahmed Mando, de 25 años, afiliado al grupo de los Ultras, que nació como una hinchada de fúbtol pero que en los pasados meses se ha convertido en una avanzadilla de protesta juvenil. Con la palabra “mártires” se refiere a las más de 50 personas que han fallecido en el país desde que comenzara esta oleada de disturbios, la semana pasada. “Lo que queremos es justicia para los crímenes que ha cometido el Gobierno. No pararemos hasta que caiga el régimen”, añadió.

En Tahrir, la concentración ha sido eminentemente pacífica, pero en los aledaños de la plaza se han producido de nuevo enfrentamientos entre las fuerzas del orden y algunos jóvenes afiliados al Black Bloc y al grupo Ultras. Tahrir ha sido escenario de incidentes violentos a lo largo de toda la semana, desde que el 24 de enero comenzaran unos disturbios relacionados con el segundo aniversario de las revueltas que acabaron con el régimen de Mubarak e instauraron un Gobierno democrático, que ahora preside el islamista Morsi.

El Frente de Salvación Nacional, una coalición de partidos opositores en Egipto, había convocado las protestas de este viernes, con la intención de presionar a Morsi con concentraciones populares, para que derogue la Constitución de corte islamista aprobada en diciembre; conforme un Gobierno de unidad nacional, y fuerce el cese del fiscal general al que nombró recientemente, Talaat Abdalá. Además, la oposición ha amenazado con boicotear las elecciones parlamentarias programadas para abril. En el referéndum de la Constitución sólo participó el 32,9% del electorado.

“Este presidente no es válido, porque no es más que una marioneta de los Hermanos Musulmanes”, explicaba frente al palacio presidencial Faten Mohamed Ali, una veterana activista política de 55 años que ahora militar en el Partido de la Constitución, que lidera Mohamed al Baradei. “A Morsi no le importa Egipto, mejorar la situación económica y social del país ni siquiera entra en sus planes. Él y los Hermanos Musulmanes sólo se han aprovechado de la revolución para establecerse en el poder. Y, ¿que somos las mujeres para ellos? Nada. Ven a las mujeres como si fueran objetos para crear niños, no como iguales”.

Morsi ganó las elecciones presidenciales en junio, en segunda vuelta, como candidato del Partido Libertad y Justicia, que tiene estrechos lazos con los Hermanos Musulmanes. Muchos de los manifestantes, afiliados a grupos laicos, acusan a esa última organización de haber iniciado un lento asalto al poder cuyo fin último es imponer una serie de reformas islamistas de largo alcance. La Constitución aprobada en diciembre, por ejemplo, contiene una provisión que asegura que la fuente de toda nueva norma legislativa debe ser la ley islámica.

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