La explosión en la Torre Pemex se debió a una acumulación de metano
México, EP
Los peritos han atribuido la explosión que se registró el pasado 31 de enero en la Torre de Petróleos Mexicanos (Pemex), ubicada en la capital del país iberoamericano, a una acumulación de entre un cinco y un diez por ciento de gas metano.
En una rueda de prensa, el director industrial de la empresa suiza SGS --que se está encargando del peritaje--, Mauricio Chequer, ha explicado que creen se debió a una acumulación de este gas porque la explosión fue limpia y no dejó residuos, características del metano.
Asimismo, ha explicado que creen que la concentración de metano no superó el diez por ciento porque, de lo contrario, aunque es inodoro, los trabajadores se habrían empezado a encontrar mal y se habría detectado el peligro.
A la pregunta de por qué la explosión no dio lugar a un incendio, ha indicado que la concentración de metano era muy pequeña y que consumó rápidamente todo el oxígeno que había en el lugar, lo que impidió su combustión.
En cuanto a la procedencia del metano, Chequer ha señalado que puede tener su origen en el subsuelo, en aguas negras o en las instalaciones de la Torre Pémex, por lo que han solicitado que se incorporen a las pesquisas expertos geólogos.
"De todas formas, va a tomar un largo tiempo para que se pueda eliminar todo tipo de gases y así aclarar con exactitud qué gas fue", ha dicho el alto ejecutivo, en declaraciones recogidas por el diario mexicano 'Milenio'.
Por su parte, el director de Operaciones de Pemex, Carlos Murrieta, ha descartado que pueda producirse un accidente similar en otros inmuebles de la empresa estatal, mientras que el subdirector de Servicios Corporativos, Sergio Martínez, ha subrayado que la compañía destina 100 millones de pesos (5,8 millones de euros) anuales a mantenimiento.
El suceso se produjo el pasado 31 de enero, cuando alrededor de las 15.40 horas (22.40 horas en España) se registró una explosión en el edificio B2 del centro administrativo de Pemex, que afectó al sótano, el mezanine y la planta baja.
Como consecuencia de ello, 37 personas han muerto y más de un centenar resultaron heridas, aunque solamente siguen hospitalizadas 21, de las cuales cinco estarían muy graves y tres graves, según el último balance oficial.
Los peritos han atribuido la explosión que se registró el pasado 31 de enero en la Torre de Petróleos Mexicanos (Pemex), ubicada en la capital del país iberoamericano, a una acumulación de entre un cinco y un diez por ciento de gas metano.
En una rueda de prensa, el director industrial de la empresa suiza SGS --que se está encargando del peritaje--, Mauricio Chequer, ha explicado que creen se debió a una acumulación de este gas porque la explosión fue limpia y no dejó residuos, características del metano.
Asimismo, ha explicado que creen que la concentración de metano no superó el diez por ciento porque, de lo contrario, aunque es inodoro, los trabajadores se habrían empezado a encontrar mal y se habría detectado el peligro.
A la pregunta de por qué la explosión no dio lugar a un incendio, ha indicado que la concentración de metano era muy pequeña y que consumó rápidamente todo el oxígeno que había en el lugar, lo que impidió su combustión.
En cuanto a la procedencia del metano, Chequer ha señalado que puede tener su origen en el subsuelo, en aguas negras o en las instalaciones de la Torre Pémex, por lo que han solicitado que se incorporen a las pesquisas expertos geólogos.
"De todas formas, va a tomar un largo tiempo para que se pueda eliminar todo tipo de gases y así aclarar con exactitud qué gas fue", ha dicho el alto ejecutivo, en declaraciones recogidas por el diario mexicano 'Milenio'.
Por su parte, el director de Operaciones de Pemex, Carlos Murrieta, ha descartado que pueda producirse un accidente similar en otros inmuebles de la empresa estatal, mientras que el subdirector de Servicios Corporativos, Sergio Martínez, ha subrayado que la compañía destina 100 millones de pesos (5,8 millones de euros) anuales a mantenimiento.
El suceso se produjo el pasado 31 de enero, cuando alrededor de las 15.40 horas (22.40 horas en España) se registró una explosión en el edificio B2 del centro administrativo de Pemex, que afectó al sótano, el mezanine y la planta baja.
Como consecuencia de ello, 37 personas han muerto y más de un centenar resultaron heridas, aunque solamente siguen hospitalizadas 21, de las cuales cinco estarían muy graves y tres graves, según el último balance oficial.