Italia se juega su futuro económico en las legislativas que comienzan este domingo
Roma, EP
Italia celebra mañana y el lunes unas elecciones legislativas trascendentales para su futuro, bajo la atenta mirada de la Unión Europea y de los mercados ante la posibilidad de un resultado inconcluso que podría arrastrar de nuevo el país al abismo de la quiebra.
La coalición de centro-izquierda que lidera Pier Luigi Bersani, secretario general del Partido Democrático, es favorita para alzarse con la mayoría de los 630 escaños que componen la Cámara de Diputados, pero el resultado de las elecciones en el Senado (con 315 de los 319 escaños en juego) es, a día de hoy, impredecible.
Si Bersani no obtiene una victoria clara, se pondría en marcha un complejo juego de alianzas que amenaza con bloquear el duro proceso de reformas impuesto desde Bruselas para que Italia ataje su inmensa deuda pública, que supera ya los dos billones de euros.
En esta posible negociación cobrarían importancia fundamental los dos grandes protagonistas de la política italiana de los últimos años: el ex primer ministro Silvio Berlusconi, segundo en las encuestas, inagotable a pesar de los escándalos que forzaron su dimisión en noviembre de 2011; y su sucesor, el primer ministro saliente Mario Monti, visto con buenos ojos por Bruselas para aplicar la reforma económica.
El último en discordia es el cómico italiano Beppe Grillo, la tercera opción más valorada por encima de Monti, como representante de los movimientos anti-sistema y antieuropeos, que ha prometido obstaculizar cualquier intento de asociación a favor de las medidas de ajuste.
LOS JUGADORES
A Bersani, de 61 años, le favorece su carácter pacífico y alejado de los excesos de la era Berlusconi. Antiguo ministro de Industria (1996-1999), ex comunista y católico practicante, el secretario general del Partido Democrático respalda además los planes de Bruselas, por lo que su victoria impondría cierta estabilidad a corto plazo, a pesar del reciente escándalo con el banco más antiguo del mundo, la Banca Monte dei Paschi de Siena, en el que se ha visto vinculado su partido.
Sin embargo, su talante reposado hace temer que sus políticas acaben sometidas a los designios de las formaciones más izquierdistas de la coalición, como Izquierda Ecología Libertad (SEL) de Nichi Vendola, antítesis del conservadurismo: homosexual declarado, experto en el cine de Pasolini y, sin embargo, presidente de Apulia, una de las regiones de mentalidad más anticuada del país.
Las contradicciones de la política italiana se aprecian con claridad en la figura de Silvio Berlusconi. Lejos de ser el cadáver político que se pronosticaba tras su dimisión, el ex primer ministro se presenta por cuarta vez a los comicios con posibilidades reales de ganar merced a la contundente carrera electoral financiada por su emporio y basada en la retirada de un polémico impuesto inmobiliario decretado por Monti, cuya eliminación ha prometido Berlusconi por carta a millones de italianos.
Todavía no queda claro si Berlusconi ejercerá de primer ministro en caso de victoria. El cargo está pendiente de negociación con el líder de la Liga Norte, socio mayor en la coalición de centro derecha, Roberto Maroni, y no se descarta que el actual secretario general del Partido de la Libertad de Berlusconi y protegido personal, Angelino Alfano, acabe como jefe de Gobierno.
Mientras, Mario Monti permanece a la espera de los resultados de los comicios para hacer valer el peso de su cuarto lugar en las encuestas. El tecnócrata se enfrenta a un dilema: a pesar de que sus posturas no son cercanas al centro izquierda, ve en Bersani a un sucesor en el plano de las reformas. Sin embargo, teme que la izquierda de Vendola dinamite una posible alianza. Por otro lado, la opción de centro derecha contaría con el beneplácito de líderes europeos como la canciller alemana Angela Merkel, pero la relación con Berlusconi, el hombre a quien sustituyó, podría ser insostenible.
Monti y su programa --la llamada 'Opción Cívica'-- jugarán su papel en las elecciones al Senado que, a diferencia de los comicios a la Cámara de Diputados, dependen de una serie de comicios regionales separados y pueden decidirse en las grandes regiones, como Sicilia o Lombardía, donde las encuestas no muestran a ningún claro vencedor.
DOS BILLONES DE DEUDA
La deuda pública de Italia asciende a los dos billones de euros, un 126 por ciento del PIB --la más alta desde la I Guerra Mundial-- y un auténtico lastre para el crecimiento económico que demanda Bruselas. Todos los candidatos han ofrecido soluciones moderadas para atajar el problema, excepto uno: Beppe Grillo, quien ha anunciado su intención de congelar el pago de los intereses sobre la deuda pública, lo que equivaldría a un impago o 'default', si se hace con el poder.
A pesar de ser tercero en las encuestas, las opciones de Grillo son escasas pero cabe la posibilidad de que el cómico italiano se convierta en figura imprescindible si ni siquiera Monti --sobre el que Grillo tiene seis puntos de ventaja-- consigue un acuerdo en el Senado. El cómico y líder del Movimiento Cinco Estrellas ha declarado su intención de obstaculizar hasta tal punto el programa de reformas que no participará en el sistema de alianzas y forzará unas nuevas elecciones si tiene la oportunidad.
La victoria de Berlusconi supondría el regreso del hombre bajo cuyo mandato la prima de riesgo se disparó hasta los 577 puntos básicos, dos días antes de que presentara su dimisión. Es tal el temor al regreso de 'Il Cavaliere' que el principal banco de inversión de Italia, Mediobanca, anticipa que un posible triunfo del ex primer ministro sería contestado por los mercados con tanta intensidad que el país tendría que verse obligado a pedir ayuda al Banco Central Europeo.
A LA ESPERA DE LOS INDECISOS
Casi un tercio de los italianos no tiene claro aún por quién votarán en las elecciones del próximo domingo y el lunes o incluso se plantean no acudir a las urnas, según un sondeo publicado el pasado martes por el diario 'Il Corriere della Sera'.
Según esta encuesta, el número de italianos indecisos o que barajan abstenerse ha caído desde el 51,5 por ciento hasta el 27,7 por ciento a menos de una semana de las elecciones.
Aunque no están permitidos los sondeos sobre posibles resultados, sí se permite revelar datos sobre posible participación. La mayoría de los indecisos son amas de casa de mediana edad o pensionistas con un nivel de educación relativamente bajo, que viven principalmente en el sur y que están poco interesados en política, según ha explicado Renato Mannheimer, cel instituto demoscópico ISPO que ha realizado el sondeo.
"Más de la mitad de los indecisos o potenciales abstencionistas actuales dicen que no pueden ubicarse ni a derecha ni a izquierda", ha explicado Mannheimer al diario milanés, subrayando que es muy probable que muchas de estas personas indecisas finalmente no voten.
No obstante, los datos históricos de tasa de participación sugieren que unos cinco millones de italianos, o lo que es lo mismo el 10 por ciento de los votantes, se decidirán en los últimos días, arrastrados por promesa de último minuto de los candidatos independientemente de su lugar en el espectro político, ha precisado.
Los colegios electorales abrirán sus puertas a las 08.00 del domingo hasta las 22.00 horas. El lunes, la votación se desarrollará únicamente por la mañana, desde las 07.00 hasta las 15.00 horas, aunque ya habrá comenzado el escrutinio del día anterior. Junto a las legislativas, se elige también al consejo regional de tres regiones: Lombardía, Lazio y Molise.
Italia celebra mañana y el lunes unas elecciones legislativas trascendentales para su futuro, bajo la atenta mirada de la Unión Europea y de los mercados ante la posibilidad de un resultado inconcluso que podría arrastrar de nuevo el país al abismo de la quiebra.
La coalición de centro-izquierda que lidera Pier Luigi Bersani, secretario general del Partido Democrático, es favorita para alzarse con la mayoría de los 630 escaños que componen la Cámara de Diputados, pero el resultado de las elecciones en el Senado (con 315 de los 319 escaños en juego) es, a día de hoy, impredecible.
Si Bersani no obtiene una victoria clara, se pondría en marcha un complejo juego de alianzas que amenaza con bloquear el duro proceso de reformas impuesto desde Bruselas para que Italia ataje su inmensa deuda pública, que supera ya los dos billones de euros.
En esta posible negociación cobrarían importancia fundamental los dos grandes protagonistas de la política italiana de los últimos años: el ex primer ministro Silvio Berlusconi, segundo en las encuestas, inagotable a pesar de los escándalos que forzaron su dimisión en noviembre de 2011; y su sucesor, el primer ministro saliente Mario Monti, visto con buenos ojos por Bruselas para aplicar la reforma económica.
El último en discordia es el cómico italiano Beppe Grillo, la tercera opción más valorada por encima de Monti, como representante de los movimientos anti-sistema y antieuropeos, que ha prometido obstaculizar cualquier intento de asociación a favor de las medidas de ajuste.
LOS JUGADORES
A Bersani, de 61 años, le favorece su carácter pacífico y alejado de los excesos de la era Berlusconi. Antiguo ministro de Industria (1996-1999), ex comunista y católico practicante, el secretario general del Partido Democrático respalda además los planes de Bruselas, por lo que su victoria impondría cierta estabilidad a corto plazo, a pesar del reciente escándalo con el banco más antiguo del mundo, la Banca Monte dei Paschi de Siena, en el que se ha visto vinculado su partido.
Sin embargo, su talante reposado hace temer que sus políticas acaben sometidas a los designios de las formaciones más izquierdistas de la coalición, como Izquierda Ecología Libertad (SEL) de Nichi Vendola, antítesis del conservadurismo: homosexual declarado, experto en el cine de Pasolini y, sin embargo, presidente de Apulia, una de las regiones de mentalidad más anticuada del país.
Las contradicciones de la política italiana se aprecian con claridad en la figura de Silvio Berlusconi. Lejos de ser el cadáver político que se pronosticaba tras su dimisión, el ex primer ministro se presenta por cuarta vez a los comicios con posibilidades reales de ganar merced a la contundente carrera electoral financiada por su emporio y basada en la retirada de un polémico impuesto inmobiliario decretado por Monti, cuya eliminación ha prometido Berlusconi por carta a millones de italianos.
Todavía no queda claro si Berlusconi ejercerá de primer ministro en caso de victoria. El cargo está pendiente de negociación con el líder de la Liga Norte, socio mayor en la coalición de centro derecha, Roberto Maroni, y no se descarta que el actual secretario general del Partido de la Libertad de Berlusconi y protegido personal, Angelino Alfano, acabe como jefe de Gobierno.
Mientras, Mario Monti permanece a la espera de los resultados de los comicios para hacer valer el peso de su cuarto lugar en las encuestas. El tecnócrata se enfrenta a un dilema: a pesar de que sus posturas no son cercanas al centro izquierda, ve en Bersani a un sucesor en el plano de las reformas. Sin embargo, teme que la izquierda de Vendola dinamite una posible alianza. Por otro lado, la opción de centro derecha contaría con el beneplácito de líderes europeos como la canciller alemana Angela Merkel, pero la relación con Berlusconi, el hombre a quien sustituyó, podría ser insostenible.
Monti y su programa --la llamada 'Opción Cívica'-- jugarán su papel en las elecciones al Senado que, a diferencia de los comicios a la Cámara de Diputados, dependen de una serie de comicios regionales separados y pueden decidirse en las grandes regiones, como Sicilia o Lombardía, donde las encuestas no muestran a ningún claro vencedor.
DOS BILLONES DE DEUDA
La deuda pública de Italia asciende a los dos billones de euros, un 126 por ciento del PIB --la más alta desde la I Guerra Mundial-- y un auténtico lastre para el crecimiento económico que demanda Bruselas. Todos los candidatos han ofrecido soluciones moderadas para atajar el problema, excepto uno: Beppe Grillo, quien ha anunciado su intención de congelar el pago de los intereses sobre la deuda pública, lo que equivaldría a un impago o 'default', si se hace con el poder.
A pesar de ser tercero en las encuestas, las opciones de Grillo son escasas pero cabe la posibilidad de que el cómico italiano se convierta en figura imprescindible si ni siquiera Monti --sobre el que Grillo tiene seis puntos de ventaja-- consigue un acuerdo en el Senado. El cómico y líder del Movimiento Cinco Estrellas ha declarado su intención de obstaculizar hasta tal punto el programa de reformas que no participará en el sistema de alianzas y forzará unas nuevas elecciones si tiene la oportunidad.
La victoria de Berlusconi supondría el regreso del hombre bajo cuyo mandato la prima de riesgo se disparó hasta los 577 puntos básicos, dos días antes de que presentara su dimisión. Es tal el temor al regreso de 'Il Cavaliere' que el principal banco de inversión de Italia, Mediobanca, anticipa que un posible triunfo del ex primer ministro sería contestado por los mercados con tanta intensidad que el país tendría que verse obligado a pedir ayuda al Banco Central Europeo.
A LA ESPERA DE LOS INDECISOS
Casi un tercio de los italianos no tiene claro aún por quién votarán en las elecciones del próximo domingo y el lunes o incluso se plantean no acudir a las urnas, según un sondeo publicado el pasado martes por el diario 'Il Corriere della Sera'.
Según esta encuesta, el número de italianos indecisos o que barajan abstenerse ha caído desde el 51,5 por ciento hasta el 27,7 por ciento a menos de una semana de las elecciones.
Aunque no están permitidos los sondeos sobre posibles resultados, sí se permite revelar datos sobre posible participación. La mayoría de los indecisos son amas de casa de mediana edad o pensionistas con un nivel de educación relativamente bajo, que viven principalmente en el sur y que están poco interesados en política, según ha explicado Renato Mannheimer, cel instituto demoscópico ISPO que ha realizado el sondeo.
"Más de la mitad de los indecisos o potenciales abstencionistas actuales dicen que no pueden ubicarse ni a derecha ni a izquierda", ha explicado Mannheimer al diario milanés, subrayando que es muy probable que muchas de estas personas indecisas finalmente no voten.
No obstante, los datos históricos de tasa de participación sugieren que unos cinco millones de italianos, o lo que es lo mismo el 10 por ciento de los votantes, se decidirán en los últimos días, arrastrados por promesa de último minuto de los candidatos independientemente de su lugar en el espectro político, ha precisado.
Los colegios electorales abrirán sus puertas a las 08.00 del domingo hasta las 22.00 horas. El lunes, la votación se desarrollará únicamente por la mañana, desde las 07.00 hasta las 15.00 horas, aunque ya habrá comenzado el escrutinio del día anterior. Junto a las legislativas, se elige también al consejo regional de tres regiones: Lombardía, Lazio y Molise.