Fuerzas de Assad intentan repeler a insurgentes en la periferia de Damasco

Amman, Reuters
Las fuerzas del presidente sirio, Bashar al-Assad, luchaban el viernes por recuperar posiciones en una circunvalación de Damasco que cayó a manos de los rebeldes, para no perder el dominio sobre la capital, dijeron activistas de la oposición.

Combatientes de la zona oriental de Ghouta rompieron las líneas defensivas del Gobierno hace dos días y capturaron áreas de la carretera desde donde pudieron ingresar al vecindario de Jobar, situado a dos kilómetros de las principales instalaciones de seguridad sirias en el corazón de la capital.

Assad, que lucha por aplastar una revuelta de 22 meses que ya costó la vida a unas 60.000 personas, ha perdido el control de vastas regiones del país, aunque sus fuerzas han podido contener a los rebeldes en las afueras de Damasco.

Las potencias mundiales temen que el conflicto - el más prolongado y letal de los levantamientos de la Primavera Arabe - termine por propagarse a los países vecinos y la volátil región se desestabilice aún más.

Intensos enfrentamientos fueron reportados en la intersección de Hermalleh sobre la circunvalación situada al sur de Jobar capturada por los rebeldes. Aviones de combate disparaban proyectiles sobre los distritos de Jobar, Qaboun y Barzeh, señalaron las fuentes.

El capitán Islam Alloush, de la unidad rebelde Liwa al-Islam, dijo que no pretendían permanecer en la circunvalación y que incluso si se retiraban del sector, su control de las zonas circundantes impedirían el ingreso de suministros para el Ejército por esa área.

"Están batallando contra las fuerzas del régimen pero no pretenden permanecer en Hermalleh si las bajas aumentan. El objetivo de la operación es un avance lento hacia Damasco", afirmó a Reuters.

FRANCOTIRADORES

Alloush sostuvo que las fuerzas de oposición habían desplegado francotiradores en Jobar, donde los puntos de control del Gobierno fueron capturados o están sitiados.

"El control de la intersección de Harmalleh cambia de manos entre los rebeldes y el Ejército. Al atacar la circunvalación, los rebeldes han conectado Jobar con el este de Ghouta", dijo un estudiante universitario residente del distrito.

Ghouta es un área en manos de rebeldes compuesta por suburbios y terrenos agrícolas junto a la capital.

Activistas dijeron que 46 personas murieron el jueves, en su mayoría por ataques con morteros. No había reportes inmediatos sobre víctimas el viernes.

Con una línea de suministro abierta en la costa para las bases militares, las fuerzas de Assad todavía están instaladas cómodamente sobre el Monte Qasioun, situado en la parte noroeste de Damasco, desde donde han estado atacando a los combatientes en los suburbios.

REFUGIADOS EN AUMENTO

La guerra civil está generando una crisis humanitaria a gran escala, de acuerdo a organizaciones internacionales, y afecta a los países vecinos que reciben a las numerosas personas que escapan del conflicto.

Unos 5.000 civiles huyen diariamente de Siria buscando refugio en las naciones contiguas, informó el viernes un agencia de asistencia humanitaria de Naciones Unidas.

"Esta es una crisis en toda regla", dijo Adrian Edwards, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en una rueda de prensa en Ginebra.

"Hubo un enorme aumento sólo en enero, estamos hablando de un aumento del 25 por ciento en el número de refugiados registrados en sólo un mes", aseveró.

Desde que comenzó el conflicto hace dos años más de 787.000 sirios se refugiaron o están en proceso de hacerlo en la región, principalmente en Líbano, Irak, Jordania y Turquía, dijo el funcionario de la ONU.

En Siria, la escasez de agua está empeorando y en algunos casos las fuentes están contaminadas, lo que incrementó la vulnerabilidad de los niños a enfermedades, afirmó UNICEF el viernes.

La primera evaluación a nivel federal que hizo el organismo mostró que el suministro de agua en zonas afectadas por el conflicto está en un tercio de los niveles previos a la crisis, de acuerdo a un comunicado de UNICEF.

"Señala una grave interrupción de servicios, daños a los sistemas de agua y sanitarios, y acceso limitado a una higiene básica, todo lo cual coloca a los niños en un riesgo mayor de enfermedad", dijo la portavoz de UNICEF Marixie Mercado.

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