El Gobierno vasco reconoce fallos en el Euskadi-Bolivia
San Sebastián, EFE
El informe elaborado por el Departamento de Seguridad sobre los incidentes ocurridos en el estadio de Anoeta en el partido amistoso Euskadi-Bolivia reconoce una serie de fallos en la ejecución del dispositivo de seguridad de la Ertzaintza para el evento. La consejera de Seguridad del Gobierno Vasco, Estefanía Beltrán de Heredia, ha comparecido hoy en el Parlamento de Vitoria para dar a conocer las conclusiones de este informe, que hoy mismo trasladará a los sindicatos de la Policía autonómica.
Los incidentes ocurrieron al término del partido amistoso entre las selecciones de Euskadi y Bolivia disputado el 29 de diciembre del año pasado en el estadio de Anoeta de San Sebastián y se saldaron con 14 ertzainas heridos, dos de ellos con fracturas y el resto con contusiones, y dos detenidos. Un grupo de espectadores tiró objetos, petardos y asientos del estadio contra los policías, lo que dio pie a que hubiera varias cargas. También se arrojaron bengalas.
La consejera ha explicado que en el informe se sostiene que el dispositivo para la seguridad del evento fue el "adecuado", porque no había datos que hicieran prever incidentes, pero que a la hora de ejecutarlo hubo fallos. Ha citado que, por ejemplo, la gestión de los incidentes "adoleció" de la falta de un mando con el necesario grado y "experiencia práctica", que hubo fallos en la actuación de la unidad de refuerzo y de material, que los dos mandos antidisturbios encargados del dispositivo no acudieron a la reunión preparatoria correspondiente o que hubo un "incorrecto" funcionamiento de las comunicaciones policiales.
En el informe se constata que no se celebró una reunión formal conjunta entre los jefes del dispositivo y los responsables de las unidades de apoyo, algo que debería haberse producido. También se señala que fue "ostensiblemente insuficiente" la presencia de efectivos de la seguridad privada en las dos puertas de entrada al estadio por donde accedieron grupos de hinchas que, al final del partido, provocaron unos incidentes con una "violencia inusitada y desmedida", según la consejera.
Ha explicado que en total 123 ertzainas participaron en el dispositivo, junto con otros 91 agentes de seguridad privada, en ambos casos más de lo que suele ser habitual en partidos declarados de alto riesgo. La consejera ha anunciado que su Departamento va a "revisar la estructura de las brigadas de control de masas", lo conocido comúnmente como brigadas antidisturbios para "corregir detalles y mejorar aspectos operativos".
Los grupos de la oposición han sido críticos con la actuación de la consejera, a la que incluso Gorka Maneiro (UPyD) ha pedido que asuma su "responsabilidad" por lo sucedido. Julen Arzuaga, de EH Bildu, por su parte, ha acusado a la Ertzaintza de haber causado más daños de los que intentó evitar.
El informe elaborado por el Departamento de Seguridad sobre los incidentes ocurridos en el estadio de Anoeta en el partido amistoso Euskadi-Bolivia reconoce una serie de fallos en la ejecución del dispositivo de seguridad de la Ertzaintza para el evento. La consejera de Seguridad del Gobierno Vasco, Estefanía Beltrán de Heredia, ha comparecido hoy en el Parlamento de Vitoria para dar a conocer las conclusiones de este informe, que hoy mismo trasladará a los sindicatos de la Policía autonómica.
Los incidentes ocurrieron al término del partido amistoso entre las selecciones de Euskadi y Bolivia disputado el 29 de diciembre del año pasado en el estadio de Anoeta de San Sebastián y se saldaron con 14 ertzainas heridos, dos de ellos con fracturas y el resto con contusiones, y dos detenidos. Un grupo de espectadores tiró objetos, petardos y asientos del estadio contra los policías, lo que dio pie a que hubiera varias cargas. También se arrojaron bengalas.
La consejera ha explicado que en el informe se sostiene que el dispositivo para la seguridad del evento fue el "adecuado", porque no había datos que hicieran prever incidentes, pero que a la hora de ejecutarlo hubo fallos. Ha citado que, por ejemplo, la gestión de los incidentes "adoleció" de la falta de un mando con el necesario grado y "experiencia práctica", que hubo fallos en la actuación de la unidad de refuerzo y de material, que los dos mandos antidisturbios encargados del dispositivo no acudieron a la reunión preparatoria correspondiente o que hubo un "incorrecto" funcionamiento de las comunicaciones policiales.
En el informe se constata que no se celebró una reunión formal conjunta entre los jefes del dispositivo y los responsables de las unidades de apoyo, algo que debería haberse producido. También se señala que fue "ostensiblemente insuficiente" la presencia de efectivos de la seguridad privada en las dos puertas de entrada al estadio por donde accedieron grupos de hinchas que, al final del partido, provocaron unos incidentes con una "violencia inusitada y desmedida", según la consejera.
Ha explicado que en total 123 ertzainas participaron en el dispositivo, junto con otros 91 agentes de seguridad privada, en ambos casos más de lo que suele ser habitual en partidos declarados de alto riesgo. La consejera ha anunciado que su Departamento va a "revisar la estructura de las brigadas de control de masas", lo conocido comúnmente como brigadas antidisturbios para "corregir detalles y mejorar aspectos operativos".
Los grupos de la oposición han sido críticos con la actuación de la consejera, a la que incluso Gorka Maneiro (UPyD) ha pedido que asuma su "responsabilidad" por lo sucedido. Julen Arzuaga, de EH Bildu, por su parte, ha acusado a la Ertzaintza de haber causado más daños de los que intentó evitar.