El FMI censura a Argentina por manipular sus estadísticas económicas

El organismo emite su primera "declaración de censura" contra un país en sus 69 años de historia Podría privar de ayuda al Gobierno de Buenos Aires si no corrige sus datos de inflación y PIB

Francisco Peregil
Buenos Aires, El País
Por primera vez en sus 69 años de historia, el Fondo Monetario Internacional (FMI) emitió este viernes una “declaración de censura” contra uno de sus 188 Estados miembros por negarse a facilitar estadísticas confiables sobre su inflación y Producto Interior Bruto. El Gobierno que protagonizó este hecho inédito es el de Argentina. A finales del año pasado la directora del Fondo, Christine Lagarde había amenazado ya al Ejecutivo de Cristina Fernández con “sacar tarjeta roja” si no mejoraba la precisión de sus estadísticas. En los últimos meses se produjeron varias reuniones entre miembros del Gobierno argentino y del FMI. Pero las mejoras ofrecidas no “han sido suficientes” y el FMI emplazó a Argentina para que arregle “la falta de precisión” de sus datos si no quiere verse privado de los recursos del Fondo. La fecha límite será el próximo 29 de septiembre.


La declaración de censura es el primer paso previsto en los estatutos del FMI para expulsar a un país que no presenta estadísticas fiables. Pero los directivos del Fondo están tratando de evitar esa medida y han decidido abrir una puerta al diálogo. Christine Lagarde deberá informar a la directiva del organismo internacional antes del 13 de noviembre sobre la evolución de las medidas que emprenda el Gobierno argentino. "En ese momento, el directorio revisará nuevamente este tema y la respuesta argentina en línea con los procedimientos del Fondo", indicó el directorio del Fondo a través de un comunicado..

Los partidos de oposición y los sindicatos vienen denunciando al Gobierno por manipular las cifras de la inflación. Mientras que el Gobierno la sitúa en torno al 10% las consultoras privadas la estiman alrededor del 25%. Pero tanto Cristina Fernández como sus ministros rechazan que existan tal manipulación y tratan de no mencionar la palabra en los discursos.

“La razón por la que empezaron a falsificar las cifras es que pagaban menos intereses a los acreedores que compraron deuda ajustada a los cambios de la inflación”, explicaba a este periódico en diciembre el diputado opositor Federico Pinedo. “Y lo decían abiertamente, sin ocultarlo. Pero ahora el problema es que este país probablemente ya no podrá tener una serie confiable de la evolución de la economía en el futuro. Porque va a haber un lapsus demasiado largo de cifras falsas”.

En la única oportunidad que hubo en el último año de preguntar directamente por la inflación a Cristina Fernández, varios alumnos de Harvard le plantearon la cuestión el pasado septiembre y ella respondió que ese no es solo un problema de Argentina: “Hay una postura del Fondo Monetario absolutamente muy de oposición a la Argentina. Yo pregunto cuáles eran las estadísticas de España, cuáles eran las estadísticas de Grecia, cuáles eran las estadísticas de Portugal, las de Inglaterra, las de este país [Estados Unidos]. ¿Vos realmente creés? ¿Cuánto es la inflación oficial en este país? Dos por ciento. ¿Realmente todos ustedes creen que el costo de vida en Estados Unidos crece únicamente el dos por ciento anual? (…) Yo creo que atrás de todo esto no hay una cuestión de estadísticas o una cuestión económica, hay una cuestión profundamente política de castigar a aquellos que pueden constituir un mal ejemplo”.

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