Asesinan en Túnez a un dirigente de la oposición y acusan al poder
TÚNEZ, AFP
Un dirigente de la oposición tunecina, Chokri Belaid, fue asesinado a balazos este miércoles por la mañana en Túnez, provocando protestas en todo el país y ataques contra sedes del partido islamista en el poder, Ennahda, acusado del crimen por el entorno del opositor.
El presidente tunecino, Moncel Marzouki, anuló su participación en la cumbre de la Organización de la Cooperación Islámica (OCI), en El Cairo, para regresar urgentemente a la capital tunecina desde Estrasburgo (este de Francia), donde asistía a una sesión del Parlamento Europeo.
"Este odioso asesinato de un líder político que conozco bien es una amenaza, es un mensaje que nos negamos a recibir", declaró el presidente tunecino en la Eurocámara. "Rechazamos este mensaje y continuaremos desenmascarando a los enemigos de la revolución", declaró.
Unos mil manifestantes estaban congregados a última hora de la mañana frente al ministerio del Interior de Túnez, donde seguía llegando gente, para denunciar el asesinato de Belaid, constataron unos periodistas de la AFP.
Los manifestantes gritaban lemas contra Ennahda, que dirige el gobierno tunecino, y cantaban el himno nacional frente al ministerio, situado en la avenida Habib Bourguiba, emblema de la revuelta de 2011 que derrocó al régimen de Zine El Abidine Ben Ali.
Por otra parte, varios manifestantes saquearon los locales de Ennahda en Mezzouna, cerca de Sidi Bouzid, y en Gafsa (centro). También fueron incendiados los locales de Ennahda en Mezzouna y saqueados los del partido en Gafsa, informaron un periodista de la AFP y varios testigos. Además, en Sidi Bouzid, Kasserine, Béja y Bizerte había otras manifestaciones para denunciar el asesinato de Belaid y contra el partido islamista gobernante.
Las fuerzas de seguridad tunecinas lanzaron gases lacrimógenos a los manifestantes que intentaban asaltar la sede de la policía en Sidi Bouzid, cuna de la revuelta de 2011 en el centro-oeste del país, constató la AFP. Unos 200 manifestantes atacaron la comisaría. Los policías replicaron inmediatamente lanzando gases antes de darse a la fuga. El ejército intervino para intentar calmar a la muchedumbre.
Por otro lado, alrededor de 2.000 personas se manifestaban pacíficamente en Sidi Bouzid, donde la inmolación de un vendedor ambulante en diciembre de 2010 desató la revuelta que hizo caer el régimen de Zine El Abidine Ben Ali.
"Mi hermano fue asesinado, estoy más que desesperado y deprimido", dijo a la AFP Abdelmajid Belaid. La esposa del opositor declaró a una radio local que su marido recibió el impacto de dos balas cuando salía de su casa.
Su hermano acusó inmediatamente al partido islamista Ennahda de ser responsable del asesinato. "Acuso (al jefe de Ennahda) Rached Ghannouchi de haber ordenado asesinar a mi hermano", declaró.
El jefe de Ennahda, Rached Ghannouchi, denunció el asesinato y estimó que los asesinos quieren un "baño de sangre" en el país. "Quieren un baño de sangre, pero no lo conseguirán", declaró a la AFP. "Denunciamos este acto cobarde dirigido contra la revolución y la estabilidad" de Túnez, añadió. Ghannouchi rechazó las acusaciones de la familia de la víctima, calificándolas de "ajuste de cuentas".
Chokri Belaid,de 48 años, líder de la oposición de izquierda y muy crítico con el gobierno actual, se había unido a una coalición de partidos, el Frente Popular, que plantea una alternativa al poder.
El primer ministro, el islamista Hamadi Jebali, denunció de inmediato el asesinato, que calificó de "acto de terrorismo". "Es un acto criminal, un acto de terrorismo no solamente contra Belaid sino contra todo el país", afirmó a la radio Mosaïque FM, y prometió hacer todo lo posible para que el asesino sea hallado rápidamente.
Según Jebali, Belaid fue liquidado por tres balazos disparados a quemarropa por un individuo que llevaba un atuendo tipo albornoz, una especie de largo abrigo tradicional con una capucha.
Ennahda, por su lado, denunció un "odioso crimen que pretende desestabilizar el país".
Ante el hospital del barrio Ennasr de Túnez, donde se halla el cadáver de Belaid, se congregó también una muchedumbre encolerizada, que acusó a Ennahda y pidió "una nueva revolución", según un periodista de la AFP. "¡Ghannouchi, perro asqueroso!, gritaba el padre de la víctima, entre sollozos.
Hamma Hammami, jefe del Frente Popular y afín a Belaid, denunció un "crimen político". "Ha sido cometido por partidos políticos que quieren hundir al país en el asesinato y la anarquía. Todo el gobierno, todo el poder asume la responsabilidad de este odioso crimen, ya que las amenazas contra Chokri y otros no datan de hoy", dijo a la AFP.
La violencia social y política se ha multiplicado en el país durante los últimos meses.
Varios partidos de la oposición y sindicalistas acusaron a las milicias proislámicas de los ataques contra los opositores o sus oficinas.
Por otro lado, Túnez está sumido en un callejón sin salida político a falta de compromiso sobre la futura Constitución, que bloquea la organización de nuevas elecciones.
Por último, la coalición en el poder dirigida por Ennahda atraviesa una grave crisis, ya que sus dos aliados de centroizquierda Ettakatol y el Congreso para la República, exigen una amplia remodelación ministerial para retirarle a los islamistas las principales carteras.