Al Assad "no discute asuntos internos con nadie que no sea sirio"
Madrid, EP
El Ministerio de Información sirio ha resaltado este viernes que el presidente, Bashar al Assad, "no discute asuntos internos con nadie que no sea sirio", recalcando la necesidad de un diálogo nacional para superar la crisis política que atraviesa el país.
"La forma del sistema político, la naturaleza del Gobierno y las elecciones en Siria son un asunto sirio", ha manifestado, según ha informado la agencia estatal de noticias, SANA.
"El Gobierno siempre ha creído, y sigue creyendo, que la victoria real se alcanzará y será para todos los sirios, y que la solución política es el camino para lograrla", ha agregado.
Asimismo, se ha mostrado muy crítico con el enviado especial conjunto de Naciones Unidas y la Liga Árabe para Siria, Lajdar Brahimi, del que ha dicho que "no puede entender la lógica siria, que pone el concepto de la soberanía por encima de cualquier otra consideración".
El jueves, el portavoz de la Secretaría General de la ONU, Martin Nesirky, anunció que Brahimi seguirá en el cargo al menos hasta final de 2013, en medio de las últimas críticas por parte de Damasco contra su papel y a pesar de que no se han logrado avances significativos en el conflicto.
Esta misma semana, el ministro de Información de Siria, Omran al Zoubi, manifestó que el Gobierno "es persistente" en su oferta de diálogo "incluso si la violencia continúa", ya que considera que el proceso "reducirá el nivel de violencia y creará una nueva atmósfera para aplicar la ley y consolidar la seguridad".
"La invitación está abierta a todos los sirios en el interior y en el exterior (...) el Estado ha dado todas las garantías y herramientas logística para que la oposición en el extranjero pueda participar en un diálogo profundo y serio", agregó.
Asimismo, valoró que la postura internacional ha cambiado y se ha acercado a la posibilidad de mantener un diálogo después de que haya quedado claro que es "imposible" que se "derroque" al Gobierno "por la fuerza".
Tanto el Gobierno como la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y de la Revolución Siria (CNFORS) han abogado por un proceso de diálogo, si bien hasta el momento no hay acuerdo respecto a los condicionantes o el lugar de celebración.
PROPUESTA DE AL JATIB
El líder de la formación opositora, Moaz al Jatib, se ofreció en enero a negociar con el vicepresidente sirio Faruk al Sharaa una fórmula para la salida del poder de Al Assad en las "zonas libres" del norte del país, si bien amplió posteriormente su oferta a todos los miembros del Ejecutivo "que no tengan las manos manchadas de sangre".
De cara a una eventual reunión, Al Jatib ha puesto como condiciones la liberación de miles de presos políticos encarcelados en el marco del levantamiento popular contra el Gobierno sirio y la renovación de los pasaportes de los opositores que se encuentran en el extranjero.
En respuesta, el ministro de Reconciliación Nacional de Siria, Alí Haidar, dijo al diario británico 'The Guardian' que está dispuesto a reunirse con Al Jatib en una ciudad extranjera, aunque poco después matizó sus palabras, descartando haber hecho dicha proposición y recalcando que el diálogo debía llevarse a cabo en territorio sirio.
No obstante, Al Halqi aseguró que el Gobierno "está abierto a todas las iniciativas para solucionar la crisis política" siempre que garanticen la soberanía, la unidad y la estabilidad de Siria" y que no haya "injerencias extranjeras en los asuntos internos" del país árabe.
Tres semanas antes de la propuesta de Al Jatib, el presidente sirio hizo una oferta de diálogo a la oposición para tratar de desencallar el conflicto que azota al país. Sin embargo, la CNFORS no se ha pronunciado de forma unánime al respecto, si bien algunos sectores de la oposición la han criticado por las condiciones previas.
Naciones Unidas calcula que desde marzo de 2011, cuando comenzó el levantamiento popular contra el Gobierno de Al Assad, unas 70.000 personas han muerto a causa de los combates entre las fuerzas gubernamentales y rebeldes.
El Gobierno atribuye gran parte de las víctimas a los grupos terroristas que actúan en el país árabe --según ha denunciado insistentemente-- con la financiación y el apoyo material de Arabia Saudí, Qatar y Turquía, entre otros.
El Ministerio de Información sirio ha resaltado este viernes que el presidente, Bashar al Assad, "no discute asuntos internos con nadie que no sea sirio", recalcando la necesidad de un diálogo nacional para superar la crisis política que atraviesa el país.
"La forma del sistema político, la naturaleza del Gobierno y las elecciones en Siria son un asunto sirio", ha manifestado, según ha informado la agencia estatal de noticias, SANA.
"El Gobierno siempre ha creído, y sigue creyendo, que la victoria real se alcanzará y será para todos los sirios, y que la solución política es el camino para lograrla", ha agregado.
Asimismo, se ha mostrado muy crítico con el enviado especial conjunto de Naciones Unidas y la Liga Árabe para Siria, Lajdar Brahimi, del que ha dicho que "no puede entender la lógica siria, que pone el concepto de la soberanía por encima de cualquier otra consideración".
El jueves, el portavoz de la Secretaría General de la ONU, Martin Nesirky, anunció que Brahimi seguirá en el cargo al menos hasta final de 2013, en medio de las últimas críticas por parte de Damasco contra su papel y a pesar de que no se han logrado avances significativos en el conflicto.
Esta misma semana, el ministro de Información de Siria, Omran al Zoubi, manifestó que el Gobierno "es persistente" en su oferta de diálogo "incluso si la violencia continúa", ya que considera que el proceso "reducirá el nivel de violencia y creará una nueva atmósfera para aplicar la ley y consolidar la seguridad".
"La invitación está abierta a todos los sirios en el interior y en el exterior (...) el Estado ha dado todas las garantías y herramientas logística para que la oposición en el extranjero pueda participar en un diálogo profundo y serio", agregó.
Asimismo, valoró que la postura internacional ha cambiado y se ha acercado a la posibilidad de mantener un diálogo después de que haya quedado claro que es "imposible" que se "derroque" al Gobierno "por la fuerza".
Tanto el Gobierno como la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y de la Revolución Siria (CNFORS) han abogado por un proceso de diálogo, si bien hasta el momento no hay acuerdo respecto a los condicionantes o el lugar de celebración.
PROPUESTA DE AL JATIB
El líder de la formación opositora, Moaz al Jatib, se ofreció en enero a negociar con el vicepresidente sirio Faruk al Sharaa una fórmula para la salida del poder de Al Assad en las "zonas libres" del norte del país, si bien amplió posteriormente su oferta a todos los miembros del Ejecutivo "que no tengan las manos manchadas de sangre".
De cara a una eventual reunión, Al Jatib ha puesto como condiciones la liberación de miles de presos políticos encarcelados en el marco del levantamiento popular contra el Gobierno sirio y la renovación de los pasaportes de los opositores que se encuentran en el extranjero.
En respuesta, el ministro de Reconciliación Nacional de Siria, Alí Haidar, dijo al diario británico 'The Guardian' que está dispuesto a reunirse con Al Jatib en una ciudad extranjera, aunque poco después matizó sus palabras, descartando haber hecho dicha proposición y recalcando que el diálogo debía llevarse a cabo en territorio sirio.
No obstante, Al Halqi aseguró que el Gobierno "está abierto a todas las iniciativas para solucionar la crisis política" siempre que garanticen la soberanía, la unidad y la estabilidad de Siria" y que no haya "injerencias extranjeras en los asuntos internos" del país árabe.
Tres semanas antes de la propuesta de Al Jatib, el presidente sirio hizo una oferta de diálogo a la oposición para tratar de desencallar el conflicto que azota al país. Sin embargo, la CNFORS no se ha pronunciado de forma unánime al respecto, si bien algunos sectores de la oposición la han criticado por las condiciones previas.
Naciones Unidas calcula que desde marzo de 2011, cuando comenzó el levantamiento popular contra el Gobierno de Al Assad, unas 70.000 personas han muerto a causa de los combates entre las fuerzas gubernamentales y rebeldes.
El Gobierno atribuye gran parte de las víctimas a los grupos terroristas que actúan en el país árabe --según ha denunciado insistentemente-- con la financiación y el apoyo material de Arabia Saudí, Qatar y Turquía, entre otros.