Rajoy advierte: “Ante cualquier conducta impropia no me temblará la mano”
El presidente del partido pone como escudo a Cospedal, Acebes y Arenas
Francesco Manetto
Almería, El País
Ni una explicación sobre el último capítulo del caso Gürtel ni una referencia a una comisión de investigación interna. Mariano Rajoy ha intentado disipar hoy ante los suyos las sospechas sobre prácticas corruptas habituales en el PP que sobrevuelan el partido desde que el miércoles se conociera que Luis Bárcenas, el extesorero más defendido por el presidente, tuvo hasta 22 millones en cuentas en Suiza. Pero lo ha hecho sin ofrecer ninguna aclaración en torno a los sobresueldos en dinero negro que, según el entorno de Bárcenas, cobraron durante años los dirigentes del partido. Tampoco ha explicado por qué si Bárcenas lleva desvinculado del partido, al menos sobre papel, desde abril de 2010, seguía conservando una sala de trabajo en Génova, 13, con sus documentos.
En cualquier caso, Rajoy ha lanzado algunas advertencias claras en su intervención en el cónclave intermunicipal que se celebra en Almería. El jefe del Ejecutivo ha asegurado que no le “temblará la mano" para atajar cualquier "irregularidad o conducta impropia” de los militantes populares. “Porque una de mis responsabilidades es que el partido se vea como honrado”, ha agregado. Además, ha insistido en el argumento habitual desde el miércoles: Bárcenas, y otros como él, "ya no están en el partido".
Sin embargo, el presidente no ha negado directamente los sobresueldos, aunque si lo ha hecho a su llegada, cuando ha ironizado ante los periodistas sobre su existencia: “Sí, hombre”, ha dicho esbozando una sonrisa. Rajoy se ha escudado en la negativa sobre su existencia que han hecho los últimos tres secretarios generales, María Dolores de Cospedal, Javier Arenas y Ángel Acebes. Es significativa, en este sentido, la omisión del anterior número dos del PP, Francisco Álvarez Cascos, y sus predecesores en el cargo. Nadie, en el partido, parece querer mojarse demasiado. Prácticamente todos los dirigentes hablan de sus casos particulares y hasta la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró que ella solo pondría la mano en el fuego por su propia conducta. Tampoco ha mencionado Rajoy, que el lunes reunirá a la Ejecutiva nacional en Génova, la posibilidad de que se ponga en marcha una comisión de investigación interna para esclarecer cómo se aprovechó el extesorero de su actividad en el partido, lo que reclaman algunos destacados barones como Esperanza Aguirre, Alberto Fabra y José Antonio Monago.
Rajoy ha tardado en arrancar. Tras una glosa al trabajo municipal (su intervención se ha producido en la intermunicipal del PP), una enorme tanda de agradecimientos y una mirada a Galicia (donde el partido celebra su congreso regional), finalmente ha entrado en harina. Primero con una loa a la honradez de los políticos y a todos los que trabajan sin cobrar por la política, como los concejales y alcaldes de pequeños pueblos. "No es aceptable que se diga que en política todo es sucio. No es cierto y es injusto, porque he visto a mucha gente que ha trabajado mucho y bien en la política, que lo ha hecho honradamente", ha subrayado. "En España la inmensa mayoría de las personas, con sus aciertos y sus errores, cumplen su obligación honrada y decentemente".
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Rajoy ha reclamado, en todo caso, un esfuerzo de ejemplaridad al partido, especialmente ahora que se le están exigiendo grandes sacrificios a los ciudadanos: "Debemos ser más ejemplares en nuestras conductas. Muchos españoles lo están pasando muy mal y solo les podemos pedir esfuerzos si ven que nuestros comportamientos están fuera de toda sospecha".
Ha sido entonces cuando el presidente endureció el tono, refiriéndose al meollo del caso Bárcenas, nombre que en ningún momento citó, como tampoco habló de sobresueldos o cuentas en Suiza. "Hoy, lamentablemente, nuestro partido es objeto de polémica; estad tranquilos", ha dicho a los suyos. "El PP siempre ha reaccionado con transparencia y rigor cuando ha estado en cuestión".
"Ayer tres secretarios generales han dicho claramente que las cuentas se han ajustado a la legalidad y los tres son garantías para todos nosotros", ha insistido en referencia a Javier Arenas, Ángel Acebes y Dolores de Cospedal.
Entre los asistentes a esa cita, los tres vicesecretarios generales del partido, Javier Arenas, Carlos Floriano y Esteban González Pons; el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro; la ministra de Fomento, Ana Pastor; el secretario de Política Autonómica del PP, Juan José Matarí; el secretario de Política Local, Manuel Cobo; y el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido.
Francesco Manetto
Almería, El País
Ni una explicación sobre el último capítulo del caso Gürtel ni una referencia a una comisión de investigación interna. Mariano Rajoy ha intentado disipar hoy ante los suyos las sospechas sobre prácticas corruptas habituales en el PP que sobrevuelan el partido desde que el miércoles se conociera que Luis Bárcenas, el extesorero más defendido por el presidente, tuvo hasta 22 millones en cuentas en Suiza. Pero lo ha hecho sin ofrecer ninguna aclaración en torno a los sobresueldos en dinero negro que, según el entorno de Bárcenas, cobraron durante años los dirigentes del partido. Tampoco ha explicado por qué si Bárcenas lleva desvinculado del partido, al menos sobre papel, desde abril de 2010, seguía conservando una sala de trabajo en Génova, 13, con sus documentos.
En cualquier caso, Rajoy ha lanzado algunas advertencias claras en su intervención en el cónclave intermunicipal que se celebra en Almería. El jefe del Ejecutivo ha asegurado que no le “temblará la mano" para atajar cualquier "irregularidad o conducta impropia” de los militantes populares. “Porque una de mis responsabilidades es que el partido se vea como honrado”, ha agregado. Además, ha insistido en el argumento habitual desde el miércoles: Bárcenas, y otros como él, "ya no están en el partido".
Sin embargo, el presidente no ha negado directamente los sobresueldos, aunque si lo ha hecho a su llegada, cuando ha ironizado ante los periodistas sobre su existencia: “Sí, hombre”, ha dicho esbozando una sonrisa. Rajoy se ha escudado en la negativa sobre su existencia que han hecho los últimos tres secretarios generales, María Dolores de Cospedal, Javier Arenas y Ángel Acebes. Es significativa, en este sentido, la omisión del anterior número dos del PP, Francisco Álvarez Cascos, y sus predecesores en el cargo. Nadie, en el partido, parece querer mojarse demasiado. Prácticamente todos los dirigentes hablan de sus casos particulares y hasta la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró que ella solo pondría la mano en el fuego por su propia conducta. Tampoco ha mencionado Rajoy, que el lunes reunirá a la Ejecutiva nacional en Génova, la posibilidad de que se ponga en marcha una comisión de investigación interna para esclarecer cómo se aprovechó el extesorero de su actividad en el partido, lo que reclaman algunos destacados barones como Esperanza Aguirre, Alberto Fabra y José Antonio Monago.
Rajoy ha tardado en arrancar. Tras una glosa al trabajo municipal (su intervención se ha producido en la intermunicipal del PP), una enorme tanda de agradecimientos y una mirada a Galicia (donde el partido celebra su congreso regional), finalmente ha entrado en harina. Primero con una loa a la honradez de los políticos y a todos los que trabajan sin cobrar por la política, como los concejales y alcaldes de pequeños pueblos. "No es aceptable que se diga que en política todo es sucio. No es cierto y es injusto, porque he visto a mucha gente que ha trabajado mucho y bien en la política, que lo ha hecho honradamente", ha subrayado. "En España la inmensa mayoría de las personas, con sus aciertos y sus errores, cumplen su obligación honrada y decentemente".
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Rajoy ha reclamado, en todo caso, un esfuerzo de ejemplaridad al partido, especialmente ahora que se le están exigiendo grandes sacrificios a los ciudadanos: "Debemos ser más ejemplares en nuestras conductas. Muchos españoles lo están pasando muy mal y solo les podemos pedir esfuerzos si ven que nuestros comportamientos están fuera de toda sospecha".
Ha sido entonces cuando el presidente endureció el tono, refiriéndose al meollo del caso Bárcenas, nombre que en ningún momento citó, como tampoco habló de sobresueldos o cuentas en Suiza. "Hoy, lamentablemente, nuestro partido es objeto de polémica; estad tranquilos", ha dicho a los suyos. "El PP siempre ha reaccionado con transparencia y rigor cuando ha estado en cuestión".
"Ayer tres secretarios generales han dicho claramente que las cuentas se han ajustado a la legalidad y los tres son garantías para todos nosotros", ha insistido en referencia a Javier Arenas, Ángel Acebes y Dolores de Cospedal.
Entre los asistentes a esa cita, los tres vicesecretarios generales del partido, Javier Arenas, Carlos Floriano y Esteban González Pons; el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro; la ministra de Fomento, Ana Pastor; el secretario de Política Autonómica del PP, Juan José Matarí; el secretario de Política Local, Manuel Cobo; y el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido.