Opositores descartan "plan de paz" de Assad para Siria
Beirut, Reuters
El presidente sirio, Bashar al-Assad, rechazó el domingo sostener negociaciones de paz con sus enemigos, en un desafiante discurso que fue considerado por sus detractores como una renovada declaración de guerra.
Aunque el discurso fue calificado por el presidente como un nuevo plan de paz, Assad no ofreció concesiones e incluso pareció endurecer varias de sus posiciones. Alentó a los sirios a llevar a adelante "guerra para defender a la nación" y descartó la posibilidad de negociaciones políticas.
"No rechazamos un diálogo político (...) pero ¿con quién deberíamos dialogar? ¿con extremistas que no creen en ninguna conversación sino en matar y en el terrorismo?", dijo Assad a sus partidarios que atestaron el Opera House de Damasco para oir su primer discurso desde junio.
"¿Deberíamos hablar con las pandillas formadas en el exterior y que siguen órdenes de extranjeros. ¿Deberíamos tener un diálogo oficial con la marioneta creada por Occidente que ya le escribió el guión?", agregó.
Fue la primera declaración de Assad ante un público en seis meses. Desde la última vez que emitió un discurso, los rebeldes se han acercado hasta las afueras de la capital.
George Sabra, vicepresidente de la opositora Coalición Nacional, dijo a Reuters que el plan que Assad mencionó en su discurso "ni siquiera merece ser llamado una iniciativa".
"En lugar de eso deberíamos verlo como una declaración de que continuará con su guerra en contra del pueblo sirio", sostuvo. "La respuesta apropiada es continuar resistiendo este régimen inaceptable y que el Ejército de Siria Libre siga con su trabajo hasta que cada metro de Siria sea libre", indicó.
El discurso fue considerado por muchos como una respuesta al mediador de Naciones Unidas, Lakhdar Brahimi, quien ha estado reuniéndose con funcionarios rusos y estadounidenses para tratar de superar las diferencias entre Washington y Moscú sobre un plan de paz para Siria.
Brahimi también se reunió con Assad en Siria a fines del mes pasado.
El Departamento de Estado en Washington desestimó el discurso de Assad el domingo, al describirlo como un intento sin sentido de retener el poder en el conflictivo país y lo instó a renunciar.
Las declaraciones del presidente sirio "no hacen nada por acercar a su pueblo al objetivo de una transición", dijo la portavoz del Departamento de Estado Victoria Nuland.
"Su iniciativa está desvinculada de la realidad, socava los esfuerzos del representante especial Brahimi y sólo permitirá al régimen perpetuarse en medio de una opresión sangrienta del pueblo sirio", agregó.
PUNTO MUERTO DIPLOMATICO
Estados Unidos, la Unión Europea, Turquía y buena parte de los estados árabes han hecho llamados a Assad para que renuncie. Rusia, que vende armas y cuenta con una base naval en Siria, dice que respalda una transición de poder pero que una salida de Assad no debería ser una precondición de futuras negociaciones.
Los enemigos extranjeros de Assad fueron despectivos con el reciente discurso del mandatario sirio.
"Sus comentarios sólo son repeticiones de que lo siempre ha dicho", dijo el ministro de Relaciones Exteriores turco, Ahmet Davutoglu. "Parece como si estuviera encerrado en una habitación y que sólo lee los reportes de inteligencia que se le entregan", aseveró.
Assad, de 47 años, alto y de bigotes, habló con confianza por cerca de una hora ante una multitud de partidarios que le aplaudían, quienes ocasionalmente lo interrumpieron para gritar y alentarlo, en un punto levantando sus puños y coreando: "Nos sacrificamos por tí, oh Bashar, con nuestra alma y nuestra sangre".
Naciones Unidas estima que unas 60.000 personas han muerto en la guerra civil de Siria, el conflicto más prolongado y sangriento emergido en dos años de revueltas en el mundo árabe.
Los rebeldes ahora controlan buena parte del norte y el este del país, una serie cada vez más extensa de suburbios en las afueras de la capital y buena parte de los cruces fronterizos con Turquía en el norte.
Sin embargo, las fuerzas militares de Assad recurren cada vez más a feroces bombardeos aéreos para mantener a los combatientes alejados del bastión de poder del presidente en Damasco.
El presidente sirio, Bashar al-Assad, rechazó el domingo sostener negociaciones de paz con sus enemigos, en un desafiante discurso que fue considerado por sus detractores como una renovada declaración de guerra.
Aunque el discurso fue calificado por el presidente como un nuevo plan de paz, Assad no ofreció concesiones e incluso pareció endurecer varias de sus posiciones. Alentó a los sirios a llevar a adelante "guerra para defender a la nación" y descartó la posibilidad de negociaciones políticas.
"No rechazamos un diálogo político (...) pero ¿con quién deberíamos dialogar? ¿con extremistas que no creen en ninguna conversación sino en matar y en el terrorismo?", dijo Assad a sus partidarios que atestaron el Opera House de Damasco para oir su primer discurso desde junio.
"¿Deberíamos hablar con las pandillas formadas en el exterior y que siguen órdenes de extranjeros. ¿Deberíamos tener un diálogo oficial con la marioneta creada por Occidente que ya le escribió el guión?", agregó.
Fue la primera declaración de Assad ante un público en seis meses. Desde la última vez que emitió un discurso, los rebeldes se han acercado hasta las afueras de la capital.
George Sabra, vicepresidente de la opositora Coalición Nacional, dijo a Reuters que el plan que Assad mencionó en su discurso "ni siquiera merece ser llamado una iniciativa".
"En lugar de eso deberíamos verlo como una declaración de que continuará con su guerra en contra del pueblo sirio", sostuvo. "La respuesta apropiada es continuar resistiendo este régimen inaceptable y que el Ejército de Siria Libre siga con su trabajo hasta que cada metro de Siria sea libre", indicó.
El discurso fue considerado por muchos como una respuesta al mediador de Naciones Unidas, Lakhdar Brahimi, quien ha estado reuniéndose con funcionarios rusos y estadounidenses para tratar de superar las diferencias entre Washington y Moscú sobre un plan de paz para Siria.
Brahimi también se reunió con Assad en Siria a fines del mes pasado.
El Departamento de Estado en Washington desestimó el discurso de Assad el domingo, al describirlo como un intento sin sentido de retener el poder en el conflictivo país y lo instó a renunciar.
Las declaraciones del presidente sirio "no hacen nada por acercar a su pueblo al objetivo de una transición", dijo la portavoz del Departamento de Estado Victoria Nuland.
"Su iniciativa está desvinculada de la realidad, socava los esfuerzos del representante especial Brahimi y sólo permitirá al régimen perpetuarse en medio de una opresión sangrienta del pueblo sirio", agregó.
PUNTO MUERTO DIPLOMATICO
Estados Unidos, la Unión Europea, Turquía y buena parte de los estados árabes han hecho llamados a Assad para que renuncie. Rusia, que vende armas y cuenta con una base naval en Siria, dice que respalda una transición de poder pero que una salida de Assad no debería ser una precondición de futuras negociaciones.
Los enemigos extranjeros de Assad fueron despectivos con el reciente discurso del mandatario sirio.
"Sus comentarios sólo son repeticiones de que lo siempre ha dicho", dijo el ministro de Relaciones Exteriores turco, Ahmet Davutoglu. "Parece como si estuviera encerrado en una habitación y que sólo lee los reportes de inteligencia que se le entregan", aseveró.
Assad, de 47 años, alto y de bigotes, habló con confianza por cerca de una hora ante una multitud de partidarios que le aplaudían, quienes ocasionalmente lo interrumpieron para gritar y alentarlo, en un punto levantando sus puños y coreando: "Nos sacrificamos por tí, oh Bashar, con nuestra alma y nuestra sangre".
Naciones Unidas estima que unas 60.000 personas han muerto en la guerra civil de Siria, el conflicto más prolongado y sangriento emergido en dos años de revueltas en el mundo árabe.
Los rebeldes ahora controlan buena parte del norte y el este del país, una serie cada vez más extensa de suburbios en las afueras de la capital y buena parte de los cruces fronterizos con Turquía en el norte.
Sin embargo, las fuerzas militares de Assad recurren cada vez más a feroces bombardeos aéreos para mantener a los combatientes alejados del bastión de poder del presidente en Damasco.