Los Verdes asaltan feudos de Merkel

Los ecologistas se hacen cada día más fuertes en Estados conservadores como Baden Württemberg

Enrique Müller
Berlín, El País
Hasta el mes de marzo de 2011, el land de Baden Württemberg —hogar de Daimler-Mercedes Benz, Porsche, Bosch, y donde reina el milagro del pleno empleo—, el Estado federado más próspero de Alemania, y también el más conservador, ofrecía una imagen sacada de un cuento de hadas. La población tenía trabajo, dinero en el bolsillo, un paisaje hermoso y un jefe de Gobierno regional profundamente conservador, católico hasta los huesos, y que siempre provenía de un solo partido, la Unión Cristiano-Demócrata (CDU). Pero el día 27 de aquel mes de 2011 la política de Alemania vivió un giro radical, casi revolucionario: el electorado de Baden Württemberg decidió poner fin a 58 años de hegemonía política de la CDU y votar a favor de una alianza de centroizquierda, liderada por Winfried Kretschmann, un militante de Los Verdes de toda la vida.


Casi dos años después, el land sigue siendo rico, su población tiene más trabajo y más dinero, Kretschmann es popular y, más importante aún, respetado por los directores de las grandes industrias que han dado riqueza y prosperidad al Estado, que se prepara ahora a vivir una nueva y casi silenciosa revolución en la ciudad de Stuttgart. El próximo 7 de enero, el militante verde Fritz Kuhn se convertirá en el flamante alcalde de la capital del land.

Kuhn fue elegido hace tres meses con un 52,9% de los votos, un resultado que dejó al desnudo un fenómeno político que inquieta a los dos grandes partidos —el SPD (socialdemócratas) y la CDU— y que ha provocado una interrogante: ¿Cómo es posible que gente tan conservadora, casi reaccionaria, de pronto decida votar a favor de candidatos de un partido ecologista, que aún luce la etiqueta de izquierdista y que nació bajo el estigma del caos? De hecho, a nivel nacional, Los Verdes conseguirían a día de hoy en las encuestas entre el 13% y el 14% de los votos.

Baden Württemberg es el único Estado federado donde el jefe del Gobierno y el alcalde de la capital militan en Los Verdes. El partido ecologista también ocupa las alcaldías de Friburgo y Tübingen y de otras cuatro ciudades. En menos de dos años, un amplio sector conservador ha abandonado su hogar político e idolatra ahora a su nuevo rey político: Winfried Kretschmann. Matthias Filbinger —hijo de Hans Filbinger, expolítico ultraconservador de la CDU y juez de la Marina del régimen nazi— es uno de ellos.

Matthias Filbinger supo que tenía que abandonar el partido de su padre cuando se aprobó Stuttgart 21, un proyecto gigantesco para enterrar la actual estación de trenes de Stuttgart, que colapsará el tráfico regional. El hijo rebelde, que luce Rolex de oro y conduce un Mercedes, es desde hace un año militante de Los Verdes.

El sólido trabajo parlamentario realizado por el partido ecologista, la defensa del medio ambiente, la imagen de socio responsable en las coaliciones de Gobierno y, sobre todo, la certeza que tienen Los Verdes de que la economía es el problema pero también la solución hicieron posible que Filbinger y miles de exmilitantes de la CDU perdieran su miedo ancestral por Los Verdes.

Hace 33 años todo era muy diferente en Baden Württemberg y en el resto del país. “La posibilidad de que la política exterior de Alemania dependa de este partido provoca deslumbrantes pesadillas”, sentenció el periódico liberal Süddeutsche Zeitung al comentar el nacimiento de Los Verdes, el 13 de enero de 1980, como partido político nacional.

En medio de un caos delirante que duro dos días, Petra Kelly, Joseph Beuys, Rudolf Bahro y Jutta Dittfuhrt lograron congregar a maoístas, comunistas, ecologistas y pacifistas. “Seremos un partido antipartido”, prometió Kelly al anunciar el nacimiento. “Nuestros lemas serán el socialismo, la ecología, la democracia de base y la no violencia”, añadió.

Ahora, en vísperas de cumplir 33 años de vida, sus líderes visten traje y corbata, sueñan con regresar al poder y no descartan formar una inédita alianza con la CDU para el próximo Gobierno federal. Uno de los artífices de esta hipotética alianza es Kretschmann. Jürgen Trittin y Katrin Göring-Eckardt, elegidos recientemente en un congreso, serán los principales candidatos de Los Verdes para las elecciones federales.

Aunque su aliado natural es el SPD, Trittin, exmaoísta y exministro de Medio Ambiente, tampoco teme pactar con Angela Merkel. Göring-Eckardt, en cambio, es la candidata más atrayente para el elector conservador. Ella misma lo es, y su militancia activa en la Iglesia luterana la convierte casi en una aliada natural de la canciller.

Los orígenes sociales también ayudan a explicar el éxito de Los Verdes. “La estructura social de Los Verdes siempre ha sido pequeño-burguesa. Nuestros militantes no provienen de la clase trabajadora, pero tampoco de la aristocracia”, dijo el alcalde de Friburgo, Dieter Salomon, quien admitió, desde las páginas de Der Spiegel, que su meta no es la revolución mundial, “sino una buena administración”.

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