La justicia de Chile reclamará a EE UU la entrega del asesino de Víctor Jara
Un juez procesa a otros siete militares por la muerte del cantante en 1973
Rocío Montes
Santiago de Chile, El País
A meses de la conmemoración de los 40 años del golpe militar de Augusto Pinochet, en septiembre próximo, la justicia chilena ha identificado al supuesto autor material del asesinato del cantautor Víctor Jara. Es un militar retirado que vive en EE UU y cuya extradición pedirá Chile inmediatamente para encausarlo. Otros siete oficiales en retiro han sido procesados por el asesinato, cometido en 1973 en el entonces llamado Estadio Chile de Santiago y que es el de mayor connotación pública que seguía impune.
La investigación del juez Miguel Vásquez determinó que el artista, uno de los símbolos del Gobierno socialista de Salvador Allende, murió el 16 de septiembre de 1973 a causa de “al menos, 44 impactos de bala”, según la autopsia. Las pesquisas judiciales indican que el hombre que apretó el gatillo fue el teniente Pedro Barrientos Núñez, retirado del Ejército.
El testimonio entregado a la justicia en 2009 por José Paredes, que a los 18 años presenció el asesinato mientras realizaba su servicio militar, fue crucial para la investigación. “Lo tenían sentado, tenían unas camillas, esas que son de campaña del Ejército, ahí lo tenían y le daban, le daban y le daban (…) Y Barrientos le dispara… a quemarropa casi”, relató el antiguo recluta. La justicia buscó pistas sobre el acusado, lo localizó en Estados Unidos y en 2010 pidió vía exhorto al FBI que lo interrogara. La diligencia se llevó a cabo en mayo pasado.
Un programa de televisión chileno ubicó a Barrientos hace ocho meses en la ciudad de Deltona, Florida, donde reside desde la década de los noventa y se dedica a la compra y venta de coches. El exmilitar negó su relación con el crimen: “Eso no es cierto. Yo nunca he estado en el Estadio Chile. No conozco el Estadio Chile y no sabía quién era el cantante Jara en esa época (…) Nosotros estuvimos en arsenales de guerra y estuvimos en la parte este de La Moneda [el palacio presidencial]”, dijo a la cadena Chilevisión.
El juez Vásquez, sin embargo, no tiene dudas: “Él le disparó a Víctor Jara”, declaró después de procesarlo como autor de homicidio calificado el pasado 28 de diciembre. El magistrado dictó de inmediato una orden de captura internacional a través de Interpol y prepara una demanda de extradición a Chile, donde el oficial retirado deberá ingresar a prisión, que tramita el Tribunal Supremo y estará lista en unos días.
El investigador también encausó como autor al coronel retirado Hugo Sánchez Marmonti, “el segundo de a bordo en el operativo”. Los cómplices, todos exoficiales, son Raúl Jofré González, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Hasse Mazzei, Luis Bethke Wulf, Jorge Smith Gumucio y Roberto Souper Onfray, que en junio de 1973 lideró un fallido levantamiento militar contra Allende. El episodio, conocido como tanquetazo —rodearon La Moneda con 16 vehículos militares—, fue una de las primeras muestras de la insurrección del Ejército contra el Gobierno de la Unidad Popular a tres meses del golpe de Estado.
Seis de los ocho procesados han sido encarcelados en el Penal Cordillera, una prisión especialmente habilitada en 2005 para los exmilitares encausados por violaciones a los derechos humanos. En un país donde los presos comunes viven en condiciones paupérrimas y de hacinamiento, esta cárcel ha sido criticada por las agrupaciones de víctimas de la dictadura porque sus internos viven en condiciones privilegiadas. Entre los presos, que no sobrepasan la veintena, se encuentra Manuel Contreras, el exdirector de la DINA, la policía secreta de Pinochet.
El magistrado Vásquez estudia en paralelo la situación de Souper Onfray, ingresado en una clínica por problemas de salud. El juez encargó al Servicio Médico Legal (SML) un pormenorizado informe sobre su salud con el objetivo de tomar una decisión sobre un eventual encarcelamiento.
La viuda del cantautor, Joan Turner, que en estos 40 años no ha descansado en su intento de conocer la verdad, señaló hace unos días que había perdido las esperanzas de saber quiénes mataron a su marido: “Realmente yo no entendí nunca cómo funcionaba el sistema judicial chileno y no tenía confianza en que iba a tener resultados”. La exbailarina de origen inglés recordó, además, que, “durante los años de la Unidad Popular, Víctor Jara era un representante de la cultura de Salvador Allende, pero sobre todo era un representante del pueblo más vulnerable”.
El 11 de septiembre de 1973, el día del golpe, la Universidad Tecnológica Metropolitana fue sitiada por los militares. Veinticuatro horas después ocuparon el centro. Apresaron a estudiantes docentes, incluido entre los que se encontraba Jara.
Los soldados llevaron a los detenidos al Estadio Chile (bautizado como Estadio Víctor Jara en 2004), un recinto por donde pasaron cerca de 5.000 opositores. El autor de Te recuerdo Amanda fue reconocido, apartado y trasladado a los camerinos “que eran ocupados como salas de interrogatorios”. Allí “fue agredido físicamente en forma permanente, por varios oficiales”, según la investigación judicial.
El cadáver del cantante fue hallado en los alrededores del Cementerio Metropolitano “con signos evidentes de haber recibido golpes y los impactos de bala”.
Rocío Montes
Santiago de Chile, El País
A meses de la conmemoración de los 40 años del golpe militar de Augusto Pinochet, en septiembre próximo, la justicia chilena ha identificado al supuesto autor material del asesinato del cantautor Víctor Jara. Es un militar retirado que vive en EE UU y cuya extradición pedirá Chile inmediatamente para encausarlo. Otros siete oficiales en retiro han sido procesados por el asesinato, cometido en 1973 en el entonces llamado Estadio Chile de Santiago y que es el de mayor connotación pública que seguía impune.
La investigación del juez Miguel Vásquez determinó que el artista, uno de los símbolos del Gobierno socialista de Salvador Allende, murió el 16 de septiembre de 1973 a causa de “al menos, 44 impactos de bala”, según la autopsia. Las pesquisas judiciales indican que el hombre que apretó el gatillo fue el teniente Pedro Barrientos Núñez, retirado del Ejército.
El testimonio entregado a la justicia en 2009 por José Paredes, que a los 18 años presenció el asesinato mientras realizaba su servicio militar, fue crucial para la investigación. “Lo tenían sentado, tenían unas camillas, esas que son de campaña del Ejército, ahí lo tenían y le daban, le daban y le daban (…) Y Barrientos le dispara… a quemarropa casi”, relató el antiguo recluta. La justicia buscó pistas sobre el acusado, lo localizó en Estados Unidos y en 2010 pidió vía exhorto al FBI que lo interrogara. La diligencia se llevó a cabo en mayo pasado.
Un programa de televisión chileno ubicó a Barrientos hace ocho meses en la ciudad de Deltona, Florida, donde reside desde la década de los noventa y se dedica a la compra y venta de coches. El exmilitar negó su relación con el crimen: “Eso no es cierto. Yo nunca he estado en el Estadio Chile. No conozco el Estadio Chile y no sabía quién era el cantante Jara en esa época (…) Nosotros estuvimos en arsenales de guerra y estuvimos en la parte este de La Moneda [el palacio presidencial]”, dijo a la cadena Chilevisión.
El juez Vásquez, sin embargo, no tiene dudas: “Él le disparó a Víctor Jara”, declaró después de procesarlo como autor de homicidio calificado el pasado 28 de diciembre. El magistrado dictó de inmediato una orden de captura internacional a través de Interpol y prepara una demanda de extradición a Chile, donde el oficial retirado deberá ingresar a prisión, que tramita el Tribunal Supremo y estará lista en unos días.
El investigador también encausó como autor al coronel retirado Hugo Sánchez Marmonti, “el segundo de a bordo en el operativo”. Los cómplices, todos exoficiales, son Raúl Jofré González, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Hasse Mazzei, Luis Bethke Wulf, Jorge Smith Gumucio y Roberto Souper Onfray, que en junio de 1973 lideró un fallido levantamiento militar contra Allende. El episodio, conocido como tanquetazo —rodearon La Moneda con 16 vehículos militares—, fue una de las primeras muestras de la insurrección del Ejército contra el Gobierno de la Unidad Popular a tres meses del golpe de Estado.
Seis de los ocho procesados han sido encarcelados en el Penal Cordillera, una prisión especialmente habilitada en 2005 para los exmilitares encausados por violaciones a los derechos humanos. En un país donde los presos comunes viven en condiciones paupérrimas y de hacinamiento, esta cárcel ha sido criticada por las agrupaciones de víctimas de la dictadura porque sus internos viven en condiciones privilegiadas. Entre los presos, que no sobrepasan la veintena, se encuentra Manuel Contreras, el exdirector de la DINA, la policía secreta de Pinochet.
El magistrado Vásquez estudia en paralelo la situación de Souper Onfray, ingresado en una clínica por problemas de salud. El juez encargó al Servicio Médico Legal (SML) un pormenorizado informe sobre su salud con el objetivo de tomar una decisión sobre un eventual encarcelamiento.
La viuda del cantautor, Joan Turner, que en estos 40 años no ha descansado en su intento de conocer la verdad, señaló hace unos días que había perdido las esperanzas de saber quiénes mataron a su marido: “Realmente yo no entendí nunca cómo funcionaba el sistema judicial chileno y no tenía confianza en que iba a tener resultados”. La exbailarina de origen inglés recordó, además, que, “durante los años de la Unidad Popular, Víctor Jara era un representante de la cultura de Salvador Allende, pero sobre todo era un representante del pueblo más vulnerable”.
El 11 de septiembre de 1973, el día del golpe, la Universidad Tecnológica Metropolitana fue sitiada por los militares. Veinticuatro horas después ocuparon el centro. Apresaron a estudiantes docentes, incluido entre los que se encontraba Jara.
Los soldados llevaron a los detenidos al Estadio Chile (bautizado como Estadio Víctor Jara en 2004), un recinto por donde pasaron cerca de 5.000 opositores. El autor de Te recuerdo Amanda fue reconocido, apartado y trasladado a los camerinos “que eran ocupados como salas de interrogatorios”. Allí “fue agredido físicamente en forma permanente, por varios oficiales”, según la investigación judicial.
El cadáver del cantante fue hallado en los alrededores del Cementerio Metropolitano “con signos evidentes de haber recibido golpes y los impactos de bala”.