La fuerte contaminación en Pekín obliga a sus habitantes a refugiarse en casa
Las autoridades han anunciado que la situación continuará siendo grave hasta el próximo martes
Jose Reinoso
Pekín, El País
Pekín está inmerso en una niebla tóxica (smog). La contaminación ha alcanzado hoy en la capital niveles considerados peligrosos, hasta el punto que el Gobierno ha instado a la gente a que no salga a la calle. La visibilidad es de unos pocos cientos de metros. Las autoridades han advertido que la situación continuará siendo grave hasta el martes probablemente.
El Centro Municipal de Control Medioambiental ha asegurado en su página web que la densidad de partículas finas o PM2,5 –las que miden 2,5 micras o menos de diámetro (las más dañinas para la salud)- ha alcanzado 700 microgramos por metro cúbico en muchas partes de la ciudad, un nivel considerado muy peligroso. Esta cifra se sale del gráfico, que va de 0 a 500.
Se califica la calidad del aire como excelente cuando el índice es menor de 50, y buena cuando es menor de 100. Por encima de 300, es considerado peligroso. Hoy, Pekín ha superado gran parte del día este valor. De ahí que el Gobierno municipal haya aconsejado a las personas mayores, niños y quienes sufren enfermedades respiratorias o cardiovasculares que eviten salir fuera o hacer ejercicio enérgico. El valor de PM2,5 ha llegado a 886 microgramos a las ocho de la noche, según las mediciones de la embajada de Estados Unidos.
La nube gris y ocre, mezcla de bruma y contaminación, que flota sobre la ciudad ha provocado inquietud en los ciudadanos, muchos de los cuales han decidido quedarse en casa. Los pequineses han volcado su enojo en las redes sociales, donde algunos han acudido al humor más negro. “Vivimos en una cámara de gas”, ha señalado uno en el servicio de mensajes cortos Weibo, el Twitter chino.
Los niveles de contaminación atmosférica son los peores desde que Pekín comenzó a publicar los datos de PM2,5 el año pasado, tras la demandas de la población, que se guiaba hasta entonces por las valores facilitados por la embajada estadounidense porque el ayuntamiento de Pekín utilizaba mediciones mucho menos estrictas (PM10). La polémica llegó a tal punto que el Gobierno dijo que era ilegal que las embajadas extranjeras difundieran sus propios datos sobre la contaminación, pero Estados Unidos respondió que sus misiones diplomáticas en China no dejarían de tuitearlos porque son útiles para sus ciudadanos en el país asiático.
La niebla ha cubierto hoy también grandes extensiones del este y el centro del país y ha obligado a cerrar numerosas autopistas y retrasar vuelos en varias provincias, según la agencia oficial Xinhua.
La calidad del aire en China se encuentra entre las peores del mundo, según diversas organizaciones internacionales –entre ellas Naciones Unidas-, debido al consumo de carbón en sus centrales de energía y las emisiones de los coches. China se erigió en 2009 en el mayor mercado automovilístico del mundo. Se estima que es responsable del 25% del dióxido de carbono generado por el ser humano. La dependencia del carbón y los combustibles fósiles para la electricidad ha convertido a China en el mayor emisor de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global.
Según la organización medioambiental Greenpeace, Pekín ha más que duplicado el consumo de carbón en la última década. De ahí, que ahora haya más hollín en la atmósfera, que junto con otros contaminantes secundarios como dióxido de azufre y óxido de nitrógeno contribuyen a la niebla tóxica.
La capital hizo frente con decisión al problema de la contaminación de cara a los Juegos Olímpicos de 2008. Fueron retirados de las carreteras taxis obsoletos, jubilados autobuses, y sustituidas miles de calderas de carbón por otras de gas. Además, se restringió el número de coches en las calles. Pero cuatro años después, el efecto de estas medidas ha sido devorado en buena medida por el rápido crecimiento económico y la continua llegada de coches a las calles. Muchos ciudadanos acusan a las autoridades de minimizar el problema.
El rápido desarrollo que ha experimentado el país desde que lanzó el proceso de apertura y reforma en 1978 ha sacado a cientos de millones de personas de la pobreza y ha conseguido que su economía sea la segunda en tamaño del mundo, detrás de Estados Unidos, pero, a cambio, ha generado grandes desigualdades sociales, corrupción y un grave problema medioambiental. Sus cielos y sus ríos están entre los más contaminados del planeta, y el 10% del suelo contiene niveles de metales pesados superiores a los límites gubernamentales. La polución se ha convertido en una de las principales causas de protestas y movilizaciones sociales.
El Gobierno es consciente de que la contaminación amenaza no solo la salud de sus ciudadanos sino también el crecimiento económico. El 12 Plan Quinquenal de Protección Medioambientales (2011-2015) dicta que para 2015 deberán mejorar, entre otros, la calidad del agua en ríos claves como el Amarillo.
Jose Reinoso
Pekín, El País
Pekín está inmerso en una niebla tóxica (smog). La contaminación ha alcanzado hoy en la capital niveles considerados peligrosos, hasta el punto que el Gobierno ha instado a la gente a que no salga a la calle. La visibilidad es de unos pocos cientos de metros. Las autoridades han advertido que la situación continuará siendo grave hasta el martes probablemente.
El Centro Municipal de Control Medioambiental ha asegurado en su página web que la densidad de partículas finas o PM2,5 –las que miden 2,5 micras o menos de diámetro (las más dañinas para la salud)- ha alcanzado 700 microgramos por metro cúbico en muchas partes de la ciudad, un nivel considerado muy peligroso. Esta cifra se sale del gráfico, que va de 0 a 500.
Se califica la calidad del aire como excelente cuando el índice es menor de 50, y buena cuando es menor de 100. Por encima de 300, es considerado peligroso. Hoy, Pekín ha superado gran parte del día este valor. De ahí que el Gobierno municipal haya aconsejado a las personas mayores, niños y quienes sufren enfermedades respiratorias o cardiovasculares que eviten salir fuera o hacer ejercicio enérgico. El valor de PM2,5 ha llegado a 886 microgramos a las ocho de la noche, según las mediciones de la embajada de Estados Unidos.
La nube gris y ocre, mezcla de bruma y contaminación, que flota sobre la ciudad ha provocado inquietud en los ciudadanos, muchos de los cuales han decidido quedarse en casa. Los pequineses han volcado su enojo en las redes sociales, donde algunos han acudido al humor más negro. “Vivimos en una cámara de gas”, ha señalado uno en el servicio de mensajes cortos Weibo, el Twitter chino.
Los niveles de contaminación atmosférica son los peores desde que Pekín comenzó a publicar los datos de PM2,5 el año pasado, tras la demandas de la población, que se guiaba hasta entonces por las valores facilitados por la embajada estadounidense porque el ayuntamiento de Pekín utilizaba mediciones mucho menos estrictas (PM10). La polémica llegó a tal punto que el Gobierno dijo que era ilegal que las embajadas extranjeras difundieran sus propios datos sobre la contaminación, pero Estados Unidos respondió que sus misiones diplomáticas en China no dejarían de tuitearlos porque son útiles para sus ciudadanos en el país asiático.
La niebla ha cubierto hoy también grandes extensiones del este y el centro del país y ha obligado a cerrar numerosas autopistas y retrasar vuelos en varias provincias, según la agencia oficial Xinhua.
La calidad del aire en China se encuentra entre las peores del mundo, según diversas organizaciones internacionales –entre ellas Naciones Unidas-, debido al consumo de carbón en sus centrales de energía y las emisiones de los coches. China se erigió en 2009 en el mayor mercado automovilístico del mundo. Se estima que es responsable del 25% del dióxido de carbono generado por el ser humano. La dependencia del carbón y los combustibles fósiles para la electricidad ha convertido a China en el mayor emisor de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global.
Según la organización medioambiental Greenpeace, Pekín ha más que duplicado el consumo de carbón en la última década. De ahí, que ahora haya más hollín en la atmósfera, que junto con otros contaminantes secundarios como dióxido de azufre y óxido de nitrógeno contribuyen a la niebla tóxica.
La capital hizo frente con decisión al problema de la contaminación de cara a los Juegos Olímpicos de 2008. Fueron retirados de las carreteras taxis obsoletos, jubilados autobuses, y sustituidas miles de calderas de carbón por otras de gas. Además, se restringió el número de coches en las calles. Pero cuatro años después, el efecto de estas medidas ha sido devorado en buena medida por el rápido crecimiento económico y la continua llegada de coches a las calles. Muchos ciudadanos acusan a las autoridades de minimizar el problema.
El rápido desarrollo que ha experimentado el país desde que lanzó el proceso de apertura y reforma en 1978 ha sacado a cientos de millones de personas de la pobreza y ha conseguido que su economía sea la segunda en tamaño del mundo, detrás de Estados Unidos, pero, a cambio, ha generado grandes desigualdades sociales, corrupción y un grave problema medioambiental. Sus cielos y sus ríos están entre los más contaminados del planeta, y el 10% del suelo contiene niveles de metales pesados superiores a los límites gubernamentales. La polución se ha convertido en una de las principales causas de protestas y movilizaciones sociales.
El Gobierno es consciente de que la contaminación amenaza no solo la salud de sus ciudadanos sino también el crecimiento económico. El 12 Plan Quinquenal de Protección Medioambientales (2011-2015) dicta que para 2015 deberán mejorar, entre otros, la calidad del agua en ríos claves como el Amarillo.