Erdogan: las operaciones contra el PKK continuarán hasta que la guerrilla "deponga las armas"
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha subrayado este miércoles de que el inicio de las conversaciones de paz entre el Gobierno y el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) no implica el cese de las operaciones militares y ha advertido de que éstas no cesarán hasta que la guerrilla "deponga las armas".
El Gobierno ha admitido que mantiene conversaciones con el fundador y líder del PKK, Abdulá Ocalan, detenido en una cárcel turca. Aspira a acabar con un conflicto que ha terminado con la vida de más de 40.000 personas desde que el movimiento rebelde kurdo decidió alzarse con las armas en 1984.
"Queremos, de todo corazón, una solución, pero para lograrla no comprometeremos nuestra dignidad", ha dicho Erdogan ante miembros de su formación política, Partido Justicia y Desarrollo (AKP). El primer ministro ha calificado el diálogo con Ocalan como una "prueba de sinceridad" del grupo que, en ningún caso, sustituye la lucha contra la insurgencia.
"Hasta que la organización terrorista deponga las armas, hasta el fin de sus ataques, nuestras fuerzas de seguridad seguirán con sus operaciones", ha subrayado el jefe del Gobierno turco, horas después de que los medios locales informasen de nuevos bombardeos contra posiciones del PKK en el norte de Irak. Estos ataques habrían comenzado el pasado domingo y, según la agencia Firat, en ellos han muertio al menos a siete guerrilleros.
Las conversaciones de paz con el PKK se han visto salpicadas por el asesinato en París de tres activistas políticas kurdas, un ataque que Erdogan ha considerado como el resultado de una disputa interna en el seno del movimiento separatista o un intento por hacer fracasar el diálogo entre el Gobierno y los rebeldes liderados por Ocalan.
El propio Ocalan reclamó en una carta publicada el martes que las autoridades francesas hagan todo lo posible por resolver cuanto antes este triple asesinato. El PKK ha culpado de estos asesinatos a individuos al servicio de Ankara o a agentes de potencias extranjeras.
Los cuerpos de las tres militantes han sido trasladadas este miércoles a Diyarbakir, la principal ciudad del sureste turco, de cara al funeral que tendrá lugar el jueves.
Erdogan ha pedido calma para que, coincidiendo con estos actos, no se produzca un nuevo brote de violencia. Ha avisado de que las fuerzas de seguridad estarán "extremadamente vigilantes" y ha instado a los políticos a ejercer de "autoridades responsables".
