El Málaga obliga al Barça a sacar lo mejor de si mismo
Málaga, As
La Rosaleda era un Rubicón para el Barcelona y el equipo de Jordi Roura lo cruzó a lo grande ganando por 2-4 a un equipazo que siempre dio la cara y que exigió de los barcelonistas su mejor versión. Y cuando el Barça se pone a jugar bien, hay que admitirlo, juega de cine. De hecho, ayer, si no llega a jugar así, no hubiera podido levantar una eliminatoria que viene a cerrar el miniciclo de dos partidos sin ganar. La máquina blaugrana parece estar afinada y a punto para volver a medirse al Real Madrid en unas semifinales.
Pero antes de especular con lo que se avecina, que no es poco, hay que hacer un homenaje al partidazo de ayer. Un encuentro que pasó volando y supo a poco. Frenético, de ida y vuelta, con constantes llegadas a ambas áreas. Disputado con dureza y delicadeza por partes iguales. Gloria a un Málaga que estuvo soberbio, pero que acabó doblegándose ante un Barça en el que Messi, Iniesta, Cesc y Xavi tuvieron que sacar lo mejor de si mismos para sacar adelante un partido vibrante. Un monumento al fútbol que viene a reconciliar a los incrédulos con este deporte.
Sobre el resbaloso terreno de juego de La Rosaleda, Barça y Málaga se dieron de tortas hasta que los andaluces no tuvieron más remedio que irse a la lona. Pero antes de caer, tuvieron la opción de noquear al favorito, que supo aguantar los arreones de un rival que se fue a la ducha encajando cuatro y sin un pero que ponerle a su actuación.
Probablemente, el Málaga no salió con todo a jugarle al Barça y queda la duda de saber que hubiera pasado en el partido si Pellegreni hubiera podido alinear a Isco o a Monreal y no hubiese dado descanso a Caballero o Toulalan. Es un debate lícito, pero nadie podrá nunca negarle a los que jugaron su enorme entrega y el coraje que demostraron para igualarle dos veces un partido al Barça. No todo el mundo puede decir eso. Que cuando las fuerzas fallan, el Barça que pisotea, es cosa sabida. Pero el Málaga cayó con la cara muy alta.
Consciente de que en Málaga había una frontera importante que cruzar, Roura sacó lo mejor de su bodega para afrontar el partido. Incluso confió en Alves y Mascherano, que habían estado flojotes en días anteriores. Ambos respondieron, especialmente el brasileño, que completó su mejor partido de la temporada. Sencillamente, estuvo sublime.
Se adelantó el Barça con un gol de Pedro a los 8 minutos a centro de Alves, rozando el fuera de juego, que a otro equipo le hubiese hundido. No fue el caso el Málaga, que en otra jugada discutida (posible mano de Seba) empató en una delicatessen de Joaquín. A partir de ahí, la primera parte pasó como un suspiro entre las dos porterías.
En la segunda,la estudiada anarquía de Piqué, le valió para definir el 1-2 con un gol que ya quisiera cualquier delantero centro. Santa Cruz, se sintió aludido y respondió con un latigazo que apuntaba a prórroga, pero el recorrido del Barça marcó el destino. Iniesta, tras jugadón de Fàbregas y Messi, de cabeza a centro de Alves desarmaron a un Málaga que obligó al Barça a sacar lo mejor de si mismo. Y eso, es tan honor como suicidio.
Málaga CF: Kameni; Gámez, Demichelis, Weligton, Eliseu; Sebastián Fernández (Saviola, m. 80), Iturra, Camacho, Duda (Portillo, m. 62); Joaquín (Piazón, m. 82) y Santa Cruz.
FC Barcelona: Pinto; Alves, Mascherano, Piqué, Jordi Alba (Adriano, m. 89); Pedro (Alexis Sánchez, m. 87), Busquets, Xavi, Iniesta; Messi (Thiago, m. 82) y Cesc Fábregas.
Goles: 0-1, M. 8: Pedro. 1-1, M. 11: Joaquín. 1-2, M. 48: Piqué. 2-2, M. 68: Santa Cruz. 2-3, M. 76: Iniesta. 2-4, M. 79: Messi.
Árbitro: Mateu Lahoz (Colegio Valenciano). Mostró tarjeta amarilla a los malaguistas Iturra (m. 14), Weligton (m. 26), y a los jugadores del Barcelona Sergio Busquest (m.32), Jordi Alba (m. 38), Cesc Fabregas (m. 45), Mascherano (m. 69) y Alves (m. 81).
Incidencias: Partido correspondiente a la vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio de La Rosaleda ante 30.000 espectadores.