De Obelix el galo a Depardieu el ruso
El actor recibe su nuevo pasaporte de manos de Putin y alaba su “gran democracia”
Francia advierte que el impuesto del 75% se ratificará en otoño
Miguel Mora
París, El País
Lo que empezó como un gesto radical de insumisión de un actor reconocido en todo el mundo ante la “voracidad confiscatoria” del Ejecutivo socialista liderado por François Hollande ha desembocado en un esperpento global. El actor, viticultor y empresario francés Gérard Depardieu, de 64 años, fue investido el sábado ciudadano ruso por el presidente Vladímir Putin, quien le entregó en mano su flamante pasaporte en un acto celebrado en una de sus lujosas dachas, situada en Sochi, a orillas del mar Negro. Y en agradecimiento, Depardieu hizo pública una carta en la que declara su amor a Rusia y a Putin, y califica al régimen autoritario del Kremlin como una “gran democracia”.
“Nunca olvidaremos ni perdonaremos esa frase: ‘es una gran democracia”, aseguró el periodista Matéi Ganapolski en la radio opositora Eco de Moscú. La cólera de la oposición y de los medios críticos con Putin subió de tono el domingo. Depardieu visitó la región de Mordovia, 650 kilómetros al este de Moscú, y al bajar del avión en la capital, Saransk, fue recibido bajo la nieve por el gobernador, Vladímir Volkov, y por un grupo de mujeres ataviadas con trajes tradicionales que entonaban canciones bucólicas. La televisión rusa, que cubre la visita del actor como si fuera un jefe de Estado, informó de que Volkov propuso al intérprete de Obelix que elija un piso en la ciudad o una parcela en el campo para construirse una casa.
Bañada por el río Volga, Mordovia es más conocida por sus campos de prisioneros que por sus enclaves turísticos. Una de las jóvenes agitadoras del grupo Pussy Riot, que fueron condenadas a dos años de cárcel por organizar una oración-protesta contra Putin en febrero de 2012, cumple su pena en un centro de internamiento de la región.
Depardieu compareció en el escenario del teatro de la ópera local vestido con una colorida camisa bordada y exhibió su flamante pasaporte ante un nutrido grupo de cámaras y fotógrafos. El ahora actor franco-ruso pidió a los representantes de los medios franceses que abandonaran la sala, según contó la televisión rusa.
Los magistrados de París esperan al actor el día 8 de enero para juzgarle por conducir en estado de embriaguez.
Aunque los medios locales no precisaron cuánto durará el periplo ruso de Depardieu, parece probable que el actor y empresario de vinos y restaurantes regrese pronto a Francia. Los magistrados de París le esperan el martes para juzgarle por conducir en estado de embriaguez. El 29 de noviembre pasado, el actor sufrió un accidente leve de moto cuando circulaba por el centro de la capital. Sometido a la prueba de alcoholemia, dio un índice de alcohol de 1,8 gramos por litro de sangre, cuando el máximo autorizado es de 0,5 gramos. Depardieu podría ser condenado a un máximo de dos años de cárcel y un mínimo de 4.500 euros de multa. Perderá seis puntos de su permiso de conducir.
En la carta que envió en diciembre pasado al primer ministro, Jean-Marc Ayrault, para justificar su exilio fiscal en Néchin (Bélgica), Depardieu escribió: “Yo no tiro la piedra contra los que tienen colesterol, hipertensión, diabetes o [beben] demasiado alcohol ni contra quienes se quedan dormidos sobre su moto: soy uno de ellos”.
Brigitte Bardot también pide ‘asilo’ al Kremlin
M. MORA
En tiempos de la revolución bolchevique, la Rusia zarista, la Rusia blanca, se exilió en masa en París. Aunque los socialistas franceses no son precisamente trotskistas, algunos franceses blancos, ricos y eternos como Gérard Depardieu, Bernard Arnault y quizá la más eterna de todos, Brigitte Bardot, ya no quieren ser franceses. Los motivos de la mítica BB no son fiscales. El viernes, la activista de los derechos de los animales amenazó con seguir el camino de Depardieu y pedir la nacionalidad rusa si las autoridades francesas deciden hacer finalmente la eutanasia a dos elefantes enfermos del Circo Pinder acogidos en el zoo de Lyon. Preguntado al respecto por la agencia Tass, un funcionario del Kremlin dijo que no han recibido ninguna petición de la actriz, pero aseguró que si llega “será evidentemente estudiada”.
Unas 200 personas pidieron ayer “justicia para los elefantes” ante el zoo Tete d’Or de Lyon en un intento de salvar las vidas de Baby y Nepal. Los paquidermos sufren una tuberculosis que, según los veterinarios, puede contagiarse a los visitantes del parque y a otros animales. Un tribunal de Lyon ordenó el mes pasado sacrificar a los elefantes, pero las protestas llevaron al prefecto (delegado del Gobierno) a anular la sentencia durante las Navidades. Dando un giro surrealista a la práctica de los exilios, Bardot amenaza ahora con hacerse rusa si el indulto no es definitivo. “He tomado la decisión de pedir la nacionalidad rusa para huir de este país que no es más que un cementerio de animales”, afirmó un comunicado de su fundación. Simpatizante del Frente Nacional de Marine Le Pen, la actriz es una ferviente admiradora de Vladímir Putin, al que alguna vez ha calificado como su “primer ministro preferido”.
Por su parte, el traslado de Bernard Arnault, dueño de LVHM y cuarta fortuna del mundo, que pidió en septiembre la nacionalidad belga, está resultando un calvario. La oficina de extranjería belga rechazó en diciembre la petición, y un tribunal de Bruselas le investiga por supuestas irregularidades contables.
El actor que se dio a conocer con Los rompepelotas (1974) es famoso en la antigua Unión Soviética, donde ha protagonizado campañas publicitarias y algunos lances controvertidos. El pasado 5 de octubre, Depardieu celebró en Grozni el cumpleaños del presidente de Chechenia, Ramzan Kadírov, acusado de múltiples desmanes contra los derechos humanos, al grito de “¡Gloria a Grozni, gloria a Chechenia, gloria a Kadírov!”.
Mientras tanto, en Néchin y Estaimpuis, la pedanía belga donde Depardieu ha decidido instalarse para no pagar sus impuestos en Francia, el inefable alcalde socialista, Daniel Senesael, ha felicitado la Navidad con un vídeo en el que aparece disfrazado de Asterix junto a una banderola que dice: “Bienvenido, Obelix”. Senesael ha anunciado que recibirá oficialmente al actor con una fiesta, como hacen con todos los nuevos residentes. Un 28% de los 10.000 habitantes de Néchin son franceses.
Aunque el exilio fiscal de Gérard Depardieu es uno más entre los 800 casos que se registran cada año —según los cálculos de un informe del Parlamento francés—, la descomunal personalidad del actor y empresario, conocido seguidor de Nicolas Sarkozy, ha logrado convertir un asunto personal en un problema político para François Hollande. Según ha trascendido, el presidente y el político hablaron largamente por teléfono el 1 de enero para tratar de rebajar el tono de la polémica. Depardieu ha contado que la conversación duró hora y media, y ha presumido de que le dijo al jefe del Estado “todo” lo que piensa sobre Ayrault y sobre su política tributaria.
El Elíseo, que reduce la duración a “media hora como mucho”, no comenta el contenido de la charla e insiste en que el asunto Depardieu y la sentencia del Consejo Constitucional, que acaba de anular la tasa del 75% para las rentas superiores al millón de euros, no doblegarán la voluntad del Ejecutivo. El domingo, el ministro de Hacienda, Jerôme Cahuzac, afirmó que el impuesto del 75% será aprobado de nuevo antes del otoño atendiendo a las razones del Constitucional, y sugirió que en vez de durar los dos años previstos inicialmente, la tasa será “perenne”.
Francia advierte que el impuesto del 75% se ratificará en otoño
Miguel Mora
París, El País
Lo que empezó como un gesto radical de insumisión de un actor reconocido en todo el mundo ante la “voracidad confiscatoria” del Ejecutivo socialista liderado por François Hollande ha desembocado en un esperpento global. El actor, viticultor y empresario francés Gérard Depardieu, de 64 años, fue investido el sábado ciudadano ruso por el presidente Vladímir Putin, quien le entregó en mano su flamante pasaporte en un acto celebrado en una de sus lujosas dachas, situada en Sochi, a orillas del mar Negro. Y en agradecimiento, Depardieu hizo pública una carta en la que declara su amor a Rusia y a Putin, y califica al régimen autoritario del Kremlin como una “gran democracia”.
“Nunca olvidaremos ni perdonaremos esa frase: ‘es una gran democracia”, aseguró el periodista Matéi Ganapolski en la radio opositora Eco de Moscú. La cólera de la oposición y de los medios críticos con Putin subió de tono el domingo. Depardieu visitó la región de Mordovia, 650 kilómetros al este de Moscú, y al bajar del avión en la capital, Saransk, fue recibido bajo la nieve por el gobernador, Vladímir Volkov, y por un grupo de mujeres ataviadas con trajes tradicionales que entonaban canciones bucólicas. La televisión rusa, que cubre la visita del actor como si fuera un jefe de Estado, informó de que Volkov propuso al intérprete de Obelix que elija un piso en la ciudad o una parcela en el campo para construirse una casa.
Bañada por el río Volga, Mordovia es más conocida por sus campos de prisioneros que por sus enclaves turísticos. Una de las jóvenes agitadoras del grupo Pussy Riot, que fueron condenadas a dos años de cárcel por organizar una oración-protesta contra Putin en febrero de 2012, cumple su pena en un centro de internamiento de la región.
Depardieu compareció en el escenario del teatro de la ópera local vestido con una colorida camisa bordada y exhibió su flamante pasaporte ante un nutrido grupo de cámaras y fotógrafos. El ahora actor franco-ruso pidió a los representantes de los medios franceses que abandonaran la sala, según contó la televisión rusa.
Los magistrados de París esperan al actor el día 8 de enero para juzgarle por conducir en estado de embriaguez.
Aunque los medios locales no precisaron cuánto durará el periplo ruso de Depardieu, parece probable que el actor y empresario de vinos y restaurantes regrese pronto a Francia. Los magistrados de París le esperan el martes para juzgarle por conducir en estado de embriaguez. El 29 de noviembre pasado, el actor sufrió un accidente leve de moto cuando circulaba por el centro de la capital. Sometido a la prueba de alcoholemia, dio un índice de alcohol de 1,8 gramos por litro de sangre, cuando el máximo autorizado es de 0,5 gramos. Depardieu podría ser condenado a un máximo de dos años de cárcel y un mínimo de 4.500 euros de multa. Perderá seis puntos de su permiso de conducir.
En la carta que envió en diciembre pasado al primer ministro, Jean-Marc Ayrault, para justificar su exilio fiscal en Néchin (Bélgica), Depardieu escribió: “Yo no tiro la piedra contra los que tienen colesterol, hipertensión, diabetes o [beben] demasiado alcohol ni contra quienes se quedan dormidos sobre su moto: soy uno de ellos”.
Brigitte Bardot también pide ‘asilo’ al Kremlin
M. MORA
En tiempos de la revolución bolchevique, la Rusia zarista, la Rusia blanca, se exilió en masa en París. Aunque los socialistas franceses no son precisamente trotskistas, algunos franceses blancos, ricos y eternos como Gérard Depardieu, Bernard Arnault y quizá la más eterna de todos, Brigitte Bardot, ya no quieren ser franceses. Los motivos de la mítica BB no son fiscales. El viernes, la activista de los derechos de los animales amenazó con seguir el camino de Depardieu y pedir la nacionalidad rusa si las autoridades francesas deciden hacer finalmente la eutanasia a dos elefantes enfermos del Circo Pinder acogidos en el zoo de Lyon. Preguntado al respecto por la agencia Tass, un funcionario del Kremlin dijo que no han recibido ninguna petición de la actriz, pero aseguró que si llega “será evidentemente estudiada”.
Unas 200 personas pidieron ayer “justicia para los elefantes” ante el zoo Tete d’Or de Lyon en un intento de salvar las vidas de Baby y Nepal. Los paquidermos sufren una tuberculosis que, según los veterinarios, puede contagiarse a los visitantes del parque y a otros animales. Un tribunal de Lyon ordenó el mes pasado sacrificar a los elefantes, pero las protestas llevaron al prefecto (delegado del Gobierno) a anular la sentencia durante las Navidades. Dando un giro surrealista a la práctica de los exilios, Bardot amenaza ahora con hacerse rusa si el indulto no es definitivo. “He tomado la decisión de pedir la nacionalidad rusa para huir de este país que no es más que un cementerio de animales”, afirmó un comunicado de su fundación. Simpatizante del Frente Nacional de Marine Le Pen, la actriz es una ferviente admiradora de Vladímir Putin, al que alguna vez ha calificado como su “primer ministro preferido”.
Por su parte, el traslado de Bernard Arnault, dueño de LVHM y cuarta fortuna del mundo, que pidió en septiembre la nacionalidad belga, está resultando un calvario. La oficina de extranjería belga rechazó en diciembre la petición, y un tribunal de Bruselas le investiga por supuestas irregularidades contables.
El actor que se dio a conocer con Los rompepelotas (1974) es famoso en la antigua Unión Soviética, donde ha protagonizado campañas publicitarias y algunos lances controvertidos. El pasado 5 de octubre, Depardieu celebró en Grozni el cumpleaños del presidente de Chechenia, Ramzan Kadírov, acusado de múltiples desmanes contra los derechos humanos, al grito de “¡Gloria a Grozni, gloria a Chechenia, gloria a Kadírov!”.
Mientras tanto, en Néchin y Estaimpuis, la pedanía belga donde Depardieu ha decidido instalarse para no pagar sus impuestos en Francia, el inefable alcalde socialista, Daniel Senesael, ha felicitado la Navidad con un vídeo en el que aparece disfrazado de Asterix junto a una banderola que dice: “Bienvenido, Obelix”. Senesael ha anunciado que recibirá oficialmente al actor con una fiesta, como hacen con todos los nuevos residentes. Un 28% de los 10.000 habitantes de Néchin son franceses.
Aunque el exilio fiscal de Gérard Depardieu es uno más entre los 800 casos que se registran cada año —según los cálculos de un informe del Parlamento francés—, la descomunal personalidad del actor y empresario, conocido seguidor de Nicolas Sarkozy, ha logrado convertir un asunto personal en un problema político para François Hollande. Según ha trascendido, el presidente y el político hablaron largamente por teléfono el 1 de enero para tratar de rebajar el tono de la polémica. Depardieu ha contado que la conversación duró hora y media, y ha presumido de que le dijo al jefe del Estado “todo” lo que piensa sobre Ayrault y sobre su política tributaria.
El Elíseo, que reduce la duración a “media hora como mucho”, no comenta el contenido de la charla e insiste en que el asunto Depardieu y la sentencia del Consejo Constitucional, que acaba de anular la tasa del 75% para las rentas superiores al millón de euros, no doblegarán la voluntad del Ejecutivo. El domingo, el ministro de Hacienda, Jerôme Cahuzac, afirmó que el impuesto del 75% será aprobado de nuevo antes del otoño atendiendo a las razones del Constitucional, y sugirió que en vez de durar los dos años previstos inicialmente, la tasa será “perenne”.