Choques y protestas dejan 7 muertos en aniversario de revuelta Egipto

El Cairo, Reuters
Cientos de jóvenes egipcios se enfrentaron el viernes con la policía en El Cairo y siete personas perdieron la vida en tiroteos en la ciudad de Suez, en medio de protestas contra el Gobierno que se tornaron violentas en el segundo aniversario de la revuelta que derrocó a Hosni Mubarak.


Uno de los muertos era un agente de la policía, dijeron médicos. Otras 456 personas resultaron heridas en hechos de violencia en todo el país, dijeron funcionarios.

El presidente de Egipto, Mohamed Mursi, dijo que el Estado no dudaría en "perseguir a los criminales y entregarlos a la justicia". En una declaración, también pidió a los egipcios que respeten los principios de la revolución al expresar sus opiniones de forma pacífica.

Se desataron batallas callejeras en El Cairo, Alejandría, Suez y Puerto Said, donde las oficinas del partido político de los Hermanos Musulmanes -que apoya al presidente Mohamed Mursi- fueron quemadas.

Miles de opositores al presidente Mohamed Mursi y a los Hermanos Musulmanes se congregaron en la Plaza Tahrir de El Cairo -la cuna del levantamiento contra Mubarak- para revivir las demandas de una revolución que, dicen, ha sido saboteada por los islamistas.

El aniversario del 25 de enero dejó al descubierto la división entre los islamistas y sus enemigos seculares, que obstaculiza los esfuerzos de Mursi por impulsar una economía estancada y revertir un desplome de la moneda egipcia atrayendo de vuelta a turistas e inversores.

Inspirada por el levantamiento de Túnez contra el presidente Zine al-Abidine Ben Ali, la revolución egipcia ayudó a desencadenar más revueltas en el mundo árabe. Pero el sentido de un propósito común que unió a los egipcios en aquel momento ha dado paso a un conflicto que sólo ha empeorado y el mes pasado se desataron letales batallas callejeras.

"Nuestra revolución continúa. Rechazamos el dominio de cualquier parte sobre este Estado. Decimos no a un Estado de los Hermanos Musulmanes", dijo a Reuters Hamdeen Sabahy, un popular líder de izquierda.

Los Hermanos Musulmanes decidieron no movilizarse en las calles para conmemorar el aniversario, cautelosos ante la posibilidad de más conflictos tras hechos de violencia en diciembre alimentados por la campaña de Mursi por acelerar la aprobación de una nueva Constitución llena de disposiciones islamistas, que son rechazadas por sus opositores.

Los Hermanos Musulmanes niegan vehementemente las acusaciones de pisotear la democracia y afirman que se trata de una campaña de difamación por parte de sus rivales.

El viernes antes del amanecer, policías combatieron contra manifestantes que lanzaron bombas mólotov y petardos mientras intentaban aproximarse a un muro que bloqueaba el acceso a edificios del Gobierno cerca de la Plaza Tahrir.

La policía también disparó gases lacrimógenos para dispersar a decenas de manifestantes que intentaron escalar las barreras con alambres de púas que protegen el palacio presidencial en El Cairo, dijeron testigos.

Otros manifestantes invadieron las oficinas de gobernadores provinciales en Ismailia, al este de El Cairo, y de Kafr el-Sheikh, en el delta del Nilo.

En la Plaza Tahrir, los manifestantes repitieron los gritos del histórico levantamiento de 18 días del 2011. "El pueblo quiere hacer caer al régimen", vociferaron. "¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera!", gritaron otros mientras marchaban hacia la plaza.

"No estamos aquí para celebrar sino que para obligar a los que están en el poder a someterse a la voluntad de la gente. Egipto ahora nunca debe ser igual al Egipto durante el mandato de Mubarak", dijo el activista Mohamed Fahmy.

DESCONTENTO GENERALIZADO

Con un ojo en elecciones parlamentarias probablemente a iniciarse en abril, los Hermanos Musulmanes marcaron el aniversario con una gran campaña de solidaridad en todo el país. La agrupación planea entregar ayuda médica a un millón de personas y distribuir alimentos básicos.

Pero Mursi enfrenta el descontento de muchos egipcios en múltiples frentes.

Sus oponentes afirman que él y su grupo están buscando dominar el orden post-Mubarak. Lo acusan de mostrar algunos de los impulsos autocráticos del depuesto líder al, por ejemplo, impulsar la nueva Constitución el mes pasado.

Los Hermanos Musulmanes desestiman buena parte de las críticas, a las que califican de injustas. La agrupación acusa a sus opositores de no respetar las reglas de la nueva democracia que puso en el poder a los islamistas en elecciones libres.

A seis meses de asumir su mandato, Mursi también está siendo responsabilizado por una crisis económica provocada por dos años de agitación. La moneda egipcia se ha hundido a mínimos récord contra el dólar.

Los críticos afirman que la nueva Constitución, aprobada en un referendo, ofrece una protección inadecuada por los derechos humanos, le otorga al presidente demasiados privilegios y no contiene el poder de un estamento militar, supremo en la era de Mubarak.

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