Armstrong: "Dije a mi hijo: 'No vuelvas a defenderme"
Washington, As
La segunda parte de la entrevista que mantuvieron Lance Armstrong y Oprah Winfrey en el Hotel Four Seasons del centro de Austin, la capital de Texas, resultó más corta y con más metralla sentimental que la primera. El ya exganador de siete Tours de Francia definió su estado actual como “humillado, desgraciado y avergonzado” y se emocionó visiblemente al relatar cómo tuvo que contar la verdad a Luke, su hijo mayor, que ahora tiene 13 años. Luke es el primer hijo del matrimonio de Lance con Kristin ‘Kik’ Richards: “Siempre se lo negué… pero le oía defenderme ante los chicos por los pasillos y quería que supiera que era cierto. Llega un momento, cuando ellos ya tienen 13 años, que esto se te va fuera de control entre Instagram, Facebook y Twitter. Así que dije a Luke: ‘No vuelvas a defenderme, di a los otros chicos que lo siento (‘sorry’) y que me arrepiento (…) Luke me dijo que me quería, que yo era su padre y que eso no iba a cambiar. Se parece más a Kristin que a mí. No es justo que yo les haya hecho eso”. (Armstrong tiene cinco hijos, con Kristin y con Anna Hansen. De esta última dijo: ‘Siempre quiso que dijera la verdad’).
Armstrong también aludió a que Kristin ‘tiene una parte religiosa que yo no tengo’. “Ella no sentía mucha curiosidad. Pero me dio su bendición para hacer esto que estoy haciendo ahora, a condición de que nunca volviera a cruzar esta línea. Va a ser un proceso muy largo: a cualquiera le afecta que le pillen. Yo estoy empezando, estoy pagando un precio muy alto y por supuesto merezco el castigo. Estoy mil veces arrepentido y no sé si será suficiente. Creo que soy mejor ser humano después de esto y que merezco volver a correr algún día en carreras oficiales (’sanctioned races’) (…) no será el Tour de Francia, pero me gustaría correr el maratón de Chicago con 50 años o los 10 kilómetros de Austin. Me lo merezco, aunque esta no sea la respuesta más popular”. Lance Armstrong insistió: “Otros han dicho: ‘Te cambio mi historia por una sanción de seis meses… y a mí me condenan a muerte. Creo que no merezco eso, aunque en realidad no espero volver a competir”. También, Armstrong repitió que tras la implantación del pasaporte biológico en el ciclismo, ‘este deporte iba a hacia una deriva más limpia, más equitativa’. “En 2009, estando limpio y ya con 38 años, esperaba ganar el Tour y sólo dos tipos fueron mejores que yo, eso estuvo muy bien”, apuntó.
Entre abundancia de ‘spots’ comerciales, el exciclista se refiró al goteo de pérdida de patrocinadores que sufrió a partir de que le fue comunicada la suspensión, a finales del verano de 2012, por parte de la USADA (Agencia AntiDopaje de EE UU). “En las dos semanas siguiente me fueron llamando... Nike me dijo ‘Lance, obviamente, nos tenemos que largar’ y después, Trek, Giro, Annheuser-Busch… hubo un solo día en que perdí 75 millones de dólares (’75 millions dolars day’), un dinero que ya ha desaparecido de mi vida completamente y que puede que nunca vuelva. Pero no fue lo peor de mi vida, sólo fue algo cercano al día que me dieron un diagnóstico de ‘tumor avanzado y 50% de posibilidades de vida". Aunque Armstrong se reafirmó en que el momento ‘más humillante’ fue el día en que le comunicaron que tenía que abandonar completamente todo cargo directivo en la Fundación Livestrong, que él creó. “ Con salir de la presidencia ya no bastaba. La Fundación era como mi sexto hijo. Ese fue el golpe más bajo: sé que hay mucha gente que todavía tiene fe en mí”.
A instancias de Oprah Winfrey, Lance Armstrong volvió sobre su personalidad y sus demonios interiores: “Me sentía invencible, a aquel tipo que era yo le decían que era invencible y verdaderamente se sentía invencible. No me gusta ese tipo, pero ese tipo todavía está hoy. Podría decir que estoy en terapia, pero no lo estoy. Va a ser un proceso muy largo que ahora está empezando (…), debo un montón de disculpas a mucha gente: Frankie y Betsy Andreu, Greg LeMond, Hamilton, Floyd Landis, Emma O’Reilly… con el periodista David Walsh (‘Sunday Times’) ya me he disculpado, aunque sé que no puedo arreglar el daño”. Oprah se refirió a la fotografía que Lance publicó en Twitter con la imagen de sus siete ‘maillots’ amarillos en su casa de Austin, ‘cuando los lobos ya estaban en la puerta’: “Me mostraba desafiante, pensaba que era una buena idea”, respondió Armstrong.
Lance Armstrong negó una presunta propuesta de donación económica para la USADA y acepta para sí mismo el calificativo de ‘narcisista’, aunque reitera. “Me llamó mi padrastro y me dijo que mi madre lo está pasando fatal. Haciendo Face Time con hijos y nietos la vi y pensé que estaba muy hundida, que todo esto le está pasando factura. Ahora soy mejor ser humano… es la segunda vez en mi vida que me veo en un sitio oscuro; la primera fue cuando recibí aquel diagnóstico del tumor. Era el reto más difícil de mi vida. Después, me propuse no perder el rumbo… y lo perdí: ‘lost my way’. Se me escapó de las manos: las cosas se salieron de madre. Ahora, esta es la segunda vez y sólo yo puedo controlar eso, para que no vuelva a pasar”.
Así acabó Lance Armstrong en el Four Seasons de Austin: “El peor delito fue traicionar a las personas que me apoyaron. Tengo que arreglar esto para que mis hijos puedan plantar cara al resto de sus vidas”. Oprah Winfrey describió como ‘épico’ este tramo final del relato de Lance. Y Lance se despidió diciendo ‘gracias’ a Oprah…
La segunda parte de la entrevista que mantuvieron Lance Armstrong y Oprah Winfrey en el Hotel Four Seasons del centro de Austin, la capital de Texas, resultó más corta y con más metralla sentimental que la primera. El ya exganador de siete Tours de Francia definió su estado actual como “humillado, desgraciado y avergonzado” y se emocionó visiblemente al relatar cómo tuvo que contar la verdad a Luke, su hijo mayor, que ahora tiene 13 años. Luke es el primer hijo del matrimonio de Lance con Kristin ‘Kik’ Richards: “Siempre se lo negué… pero le oía defenderme ante los chicos por los pasillos y quería que supiera que era cierto. Llega un momento, cuando ellos ya tienen 13 años, que esto se te va fuera de control entre Instagram, Facebook y Twitter. Así que dije a Luke: ‘No vuelvas a defenderme, di a los otros chicos que lo siento (‘sorry’) y que me arrepiento (…) Luke me dijo que me quería, que yo era su padre y que eso no iba a cambiar. Se parece más a Kristin que a mí. No es justo que yo les haya hecho eso”. (Armstrong tiene cinco hijos, con Kristin y con Anna Hansen. De esta última dijo: ‘Siempre quiso que dijera la verdad’).
Armstrong también aludió a que Kristin ‘tiene una parte religiosa que yo no tengo’. “Ella no sentía mucha curiosidad. Pero me dio su bendición para hacer esto que estoy haciendo ahora, a condición de que nunca volviera a cruzar esta línea. Va a ser un proceso muy largo: a cualquiera le afecta que le pillen. Yo estoy empezando, estoy pagando un precio muy alto y por supuesto merezco el castigo. Estoy mil veces arrepentido y no sé si será suficiente. Creo que soy mejor ser humano después de esto y que merezco volver a correr algún día en carreras oficiales (’sanctioned races’) (…) no será el Tour de Francia, pero me gustaría correr el maratón de Chicago con 50 años o los 10 kilómetros de Austin. Me lo merezco, aunque esta no sea la respuesta más popular”. Lance Armstrong insistió: “Otros han dicho: ‘Te cambio mi historia por una sanción de seis meses… y a mí me condenan a muerte. Creo que no merezco eso, aunque en realidad no espero volver a competir”. También, Armstrong repitió que tras la implantación del pasaporte biológico en el ciclismo, ‘este deporte iba a hacia una deriva más limpia, más equitativa’. “En 2009, estando limpio y ya con 38 años, esperaba ganar el Tour y sólo dos tipos fueron mejores que yo, eso estuvo muy bien”, apuntó.
Entre abundancia de ‘spots’ comerciales, el exciclista se refiró al goteo de pérdida de patrocinadores que sufrió a partir de que le fue comunicada la suspensión, a finales del verano de 2012, por parte de la USADA (Agencia AntiDopaje de EE UU). “En las dos semanas siguiente me fueron llamando... Nike me dijo ‘Lance, obviamente, nos tenemos que largar’ y después, Trek, Giro, Annheuser-Busch… hubo un solo día en que perdí 75 millones de dólares (’75 millions dolars day’), un dinero que ya ha desaparecido de mi vida completamente y que puede que nunca vuelva. Pero no fue lo peor de mi vida, sólo fue algo cercano al día que me dieron un diagnóstico de ‘tumor avanzado y 50% de posibilidades de vida". Aunque Armstrong se reafirmó en que el momento ‘más humillante’ fue el día en que le comunicaron que tenía que abandonar completamente todo cargo directivo en la Fundación Livestrong, que él creó. “ Con salir de la presidencia ya no bastaba. La Fundación era como mi sexto hijo. Ese fue el golpe más bajo: sé que hay mucha gente que todavía tiene fe en mí”.
A instancias de Oprah Winfrey, Lance Armstrong volvió sobre su personalidad y sus demonios interiores: “Me sentía invencible, a aquel tipo que era yo le decían que era invencible y verdaderamente se sentía invencible. No me gusta ese tipo, pero ese tipo todavía está hoy. Podría decir que estoy en terapia, pero no lo estoy. Va a ser un proceso muy largo que ahora está empezando (…), debo un montón de disculpas a mucha gente: Frankie y Betsy Andreu, Greg LeMond, Hamilton, Floyd Landis, Emma O’Reilly… con el periodista David Walsh (‘Sunday Times’) ya me he disculpado, aunque sé que no puedo arreglar el daño”. Oprah se refirió a la fotografía que Lance publicó en Twitter con la imagen de sus siete ‘maillots’ amarillos en su casa de Austin, ‘cuando los lobos ya estaban en la puerta’: “Me mostraba desafiante, pensaba que era una buena idea”, respondió Armstrong.
Lance Armstrong negó una presunta propuesta de donación económica para la USADA y acepta para sí mismo el calificativo de ‘narcisista’, aunque reitera. “Me llamó mi padrastro y me dijo que mi madre lo está pasando fatal. Haciendo Face Time con hijos y nietos la vi y pensé que estaba muy hundida, que todo esto le está pasando factura. Ahora soy mejor ser humano… es la segunda vez en mi vida que me veo en un sitio oscuro; la primera fue cuando recibí aquel diagnóstico del tumor. Era el reto más difícil de mi vida. Después, me propuse no perder el rumbo… y lo perdí: ‘lost my way’. Se me escapó de las manos: las cosas se salieron de madre. Ahora, esta es la segunda vez y sólo yo puedo controlar eso, para que no vuelva a pasar”.
Así acabó Lance Armstrong en el Four Seasons de Austin: “El peor delito fue traicionar a las personas que me apoyaron. Tengo que arreglar esto para que mis hijos puedan plantar cara al resto de sus vidas”. Oprah Winfrey describió como ‘épico’ este tramo final del relato de Lance. Y Lance se despidió diciendo ‘gracias’ a Oprah…