Un canadiense descifra un misterio “imposible” para la inteligencia británica
Londres, AFP
Un canadiense ha conseguido descifrar el misterio de la paloma mensajera de la II Guerra Mundial que transportaba un mensaje codificado “imposible de resolver” por la inteligencia británica, informó hoy la cadena BBC.
Gord Young, residente en Ontario (Canadá) y experto en historia, asegura que ha tardado sólo 17 minutos en encontrar la solución a un problema que provocó que en noviembre pasado los expertos pidieran ayuda públicamente para evitar que el mensaje se perdiera para siempre.
El mensaje se escribió en la II Guerra Mundial (1939-1945), donde el Reino Unido llegó a utilizar hasta 250.000 palomas para comunicar las posiciones del enemigo.
Estos códigos fueron encontrados dentro de un pequeño tubo rojo atado a los restos de una paloma mensajera muerta encontrada en una chimenea de un domicilio particular en Surrey (sur de Inglaterra) en el que se estaban haciendo reformas.
Con la ayuda del libro de observadores aéreos del Real Cuerpo Aéreo británico (RFC, en sus siglas en inglés) que perteneció a su tío abuelo, quien participó en la I Guerra Mundial, Young resolvió fácilmente el acertijo.
El mensaje se escribió a las 15.26 horas del 6 de junio de 1944 desde Normandía (Francia) por el sargento William Scott, entonces de 27 años, para informar a los aliados sobre la situación de las tropas alemanas.
Para garantizar que su información llegara, el sargento Scott envió dos palomas mensajeras con idéntico documento, motivo por el cual en el escrito encontrado aparecen dos códigos de identificación, cuando lo habitual era que sólo figurara uno.
Si el mensaje llegó es algo que se desconoce y, por el momento, lo único seguro es que la mitad del envío jamás alcanzó su destino.
“Básicamente, Scott fue enseñado por un entrenador de la I Guerra Mundial. Puede deducirse por la forma de deletrear del sargento, característica de finales de ese conflicto”, explicó Young.
La inteligencia británica se mostró interesada por las conclusiones de este canadiense, aunque un portavoz insistió en que tienen la convicción de que el mensaje será imposible de descifrar con seguridad al carecer de un libro común de códigos.
Un canadiense ha conseguido descifrar el misterio de la paloma mensajera de la II Guerra Mundial que transportaba un mensaje codificado “imposible de resolver” por la inteligencia británica, informó hoy la cadena BBC.
Gord Young, residente en Ontario (Canadá) y experto en historia, asegura que ha tardado sólo 17 minutos en encontrar la solución a un problema que provocó que en noviembre pasado los expertos pidieran ayuda públicamente para evitar que el mensaje se perdiera para siempre.
El mensaje se escribió en la II Guerra Mundial (1939-1945), donde el Reino Unido llegó a utilizar hasta 250.000 palomas para comunicar las posiciones del enemigo.
Estos códigos fueron encontrados dentro de un pequeño tubo rojo atado a los restos de una paloma mensajera muerta encontrada en una chimenea de un domicilio particular en Surrey (sur de Inglaterra) en el que se estaban haciendo reformas.
Con la ayuda del libro de observadores aéreos del Real Cuerpo Aéreo británico (RFC, en sus siglas en inglés) que perteneció a su tío abuelo, quien participó en la I Guerra Mundial, Young resolvió fácilmente el acertijo.
El mensaje se escribió a las 15.26 horas del 6 de junio de 1944 desde Normandía (Francia) por el sargento William Scott, entonces de 27 años, para informar a los aliados sobre la situación de las tropas alemanas.
Para garantizar que su información llegara, el sargento Scott envió dos palomas mensajeras con idéntico documento, motivo por el cual en el escrito encontrado aparecen dos códigos de identificación, cuando lo habitual era que sólo figurara uno.
Si el mensaje llegó es algo que se desconoce y, por el momento, lo único seguro es que la mitad del envío jamás alcanzó su destino.
“Básicamente, Scott fue enseñado por un entrenador de la I Guerra Mundial. Puede deducirse por la forma de deletrear del sargento, característica de finales de ese conflicto”, explicó Young.
La inteligencia británica se mostró interesada por las conclusiones de este canadiense, aunque un portavoz insistió en que tienen la convicción de que el mensaje será imposible de descifrar con seguridad al carecer de un libro común de códigos.