Miles de trabajadores protestan contra el Gobierno argentino en la Plaza de Mayo
El histórico enclave de Buenos Aires se llena de críticos con la gestión de Cristina Fernández
Los sindicalistas opositores, encabezados por Hugo Moyano, le reclaman aumentos salariales
La falta de control de la inflación y la inseguridad son otros de los puntos de controversia
Francisco Peregil
Buenos Aires, El País
Pocas plazas hay en el mundo que tengan la trascendencia política para un país como la Plaza de Mayo en Argentina. Fue ahí donde el 17 de octubre de 1945 decenas de miles de trabajadores se concentraron para pedir la liberación del general Juan Domingo Perón, detenido por los militares. Fue ahí donde empezaron a manifestarse las madres y las abuelas de los desaparecidos bajo la última dictadura (1976-1983). Y ha sido ahí donde, por tercera vez en seis meses, se concentraron el miércoles miles de trabajadores, muchos de ellos peronistas, para exigir mejoras salariales al Gobierno peronista de Cristina Fernández. Y no solo mejoras salariales.
“Es increíble que en esta plaza que tiene historia tengamos que venir a reclamar por nuestros viejos y por nuestros niños”, se quejó Hugo Moyano, líder del poderoso sindicato de los camioneros y de la opositora Confederación General del Trabajo (CGT). En la plaza se habían concentrado tres ramas gremiales que hasta hace pocas semanas andaban enfrentadas. Pero fue Moyano el último orador y el que más daño infligió al Gobierno. Era Moyano el que podía disputar a Fernández la bandera de su lucha contra el Fondo Monetario Internacional (FMI) y decir, como dijo ayer: “El Gobierno aplica las recetas más ortodoxas del Fondo Monetario Internacional. Ella no necesita que le den órdenes, lo hace por propias convicciones. En nuestro propio país está pasando un ajuste encubierto que, como todos los ajustes, lo pagan los trabajadores”.
Es Moyano quien más impacto tiene en el electorado peronista cuando declara, como hizo ayer: “Si el general (Perón) se levantara, no sé qué haría con estos que ahora hablan de peronismo". Moyano llegó a la misma Plaza de Mayo donde Fernández había festejado días atrás el día de los derechos humanos y se quejó de que el Gobierno está quedándose con el dinero de la salud de los trabajadores y de que no acata los fallos de la Justicia que ordenan pagar las deudas a los jubilados: "Pareciera que están esperando que se mueran para no pagarles. Después nos hablan de los derechos humanos".
Moyano terminó su discurso dirigiéndose a Cristina Fernández con estas palabras: “Señora presidenta, ocúpese de la inflación que carcome a los argentinos. Y ocúpese de la inseguridad. Tiene todos los instrumentos a su alcance para ocuparse de la inseguridad, la inseguridad que preocupa a todos los argentinos”. Inseguridad, inseguridad, inseguridad… El líder sindical empleaba la misma palabra que Fernández había tratado de evitar en los más 200 discursos que pronunció este año, hasta que la semana pasada encontró la forma de culpar de ella a los jueces.
Por supuesto, antes de mencionar la inflación y la inseguridad, los oradores reclamaron mejoras en las pensiones y la eliminación de impuestos para los trabajadores. Pero aprovecharon para golpear al Gobierno donde más le duele: en las elecciones legislativas de 2013, las que pueden abrir o cerrar la puerta a una mayoría de dos tercios en el Congreso, la necesaria para reformar la Constitución y permitir que Fernández opte a un tercer mandato. Moyano avisó ayer: "Vamos a votar a quien garantice los derechos, no podemos equivocarnos más".
Los sindicalistas opositores, encabezados por Hugo Moyano, le reclaman aumentos salariales
La falta de control de la inflación y la inseguridad son otros de los puntos de controversia
Francisco Peregil
Buenos Aires, El País
Pocas plazas hay en el mundo que tengan la trascendencia política para un país como la Plaza de Mayo en Argentina. Fue ahí donde el 17 de octubre de 1945 decenas de miles de trabajadores se concentraron para pedir la liberación del general Juan Domingo Perón, detenido por los militares. Fue ahí donde empezaron a manifestarse las madres y las abuelas de los desaparecidos bajo la última dictadura (1976-1983). Y ha sido ahí donde, por tercera vez en seis meses, se concentraron el miércoles miles de trabajadores, muchos de ellos peronistas, para exigir mejoras salariales al Gobierno peronista de Cristina Fernández. Y no solo mejoras salariales.
“Es increíble que en esta plaza que tiene historia tengamos que venir a reclamar por nuestros viejos y por nuestros niños”, se quejó Hugo Moyano, líder del poderoso sindicato de los camioneros y de la opositora Confederación General del Trabajo (CGT). En la plaza se habían concentrado tres ramas gremiales que hasta hace pocas semanas andaban enfrentadas. Pero fue Moyano el último orador y el que más daño infligió al Gobierno. Era Moyano el que podía disputar a Fernández la bandera de su lucha contra el Fondo Monetario Internacional (FMI) y decir, como dijo ayer: “El Gobierno aplica las recetas más ortodoxas del Fondo Monetario Internacional. Ella no necesita que le den órdenes, lo hace por propias convicciones. En nuestro propio país está pasando un ajuste encubierto que, como todos los ajustes, lo pagan los trabajadores”.
Es Moyano quien más impacto tiene en el electorado peronista cuando declara, como hizo ayer: “Si el general (Perón) se levantara, no sé qué haría con estos que ahora hablan de peronismo". Moyano llegó a la misma Plaza de Mayo donde Fernández había festejado días atrás el día de los derechos humanos y se quejó de que el Gobierno está quedándose con el dinero de la salud de los trabajadores y de que no acata los fallos de la Justicia que ordenan pagar las deudas a los jubilados: "Pareciera que están esperando que se mueran para no pagarles. Después nos hablan de los derechos humanos".
Moyano terminó su discurso dirigiéndose a Cristina Fernández con estas palabras: “Señora presidenta, ocúpese de la inflación que carcome a los argentinos. Y ocúpese de la inseguridad. Tiene todos los instrumentos a su alcance para ocuparse de la inseguridad, la inseguridad que preocupa a todos los argentinos”. Inseguridad, inseguridad, inseguridad… El líder sindical empleaba la misma palabra que Fernández había tratado de evitar en los más 200 discursos que pronunció este año, hasta que la semana pasada encontró la forma de culpar de ella a los jueces.
Por supuesto, antes de mencionar la inflación y la inseguridad, los oradores reclamaron mejoras en las pensiones y la eliminación de impuestos para los trabajadores. Pero aprovecharon para golpear al Gobierno donde más le duele: en las elecciones legislativas de 2013, las que pueden abrir o cerrar la puerta a una mayoría de dos tercios en el Congreso, la necesaria para reformar la Constitución y permitir que Fernández opte a un tercer mandato. Moyano avisó ayer: "Vamos a votar a quien garantice los derechos, no podemos equivocarnos más".