Manchester City: 700 millones y de fiasco en fiasco en Europa

Dortmund, EFE
La eliminación del Manchester City en esta edición de la Champions es otro desastre más entre los de Roberto Mancini, entrenador que ha sido incapaz de moldear un equipo plagado de estrellas, de hacer grande a un equipo formado por algunos de los mejores jugadores del planeta. Ni Agüero, ni Yayá Touré, ni Silva, ni Javi García, ni Tévez, ni Nasri, ni Dzeko, ni Balotelli. Ninguno de ellos ha conseguido sacar adelante al City, llevarle a los octavos de final de la Liga de Campeones y disputar la competición que ansían los grandes clubes europeos. El descalabro ha sido tal, que el City, sin una sola victoria en (cayó en el grupo del Borussia Dortmund, Real Madrid y Ajax de Ámsterdam, todos campeones de sus respectivas ligas), tampoco jugará la Europa League, competición en la que recalan los terceros de cada grupo de la fase inicial de la Champions League.


El City perdió en el Bernabéu ante el Madrid en el último minuto en el encuentro inicial (3-2), empató de milagro ante el Dortmund en casa (1-1) y después añadió una dolorosa derrota ante el Ajax en Holanda (3-1). En ese momento ya se conocía el estado crítico del campeón inglés en la máxima competición europea de clubes, pero no supo reaccionar. Los tres últimos partidos tampoco los ha ganado: 2-2 ante el Ajax en el Etihad, 1-1 contra el Madrid también en su feudo y un pobre 1-0 ante el Dortmund en Alemania. Un raquítico balance para semejante equipo.

Lo peor es que no es la primera vez que le ocurre algo semejante. El año pasado también cayó en la fase de grupos de la Copa de Europa, aunque entonces, lo hizo con mayor dignidad ante otro grupo complicado: Bayern de Múnich, Nápoles y Villarreal. La eliminación, quedó tercero por detrás de alemanes e italianos, le llevó a la Europa League. Allí aplastó al Oporto, vigente campeón del torneo, en dieciseisavos, pero claudicó ante el Sporting de Lisboa en octavos. Precisamente en octavos, el Dinamo de Kiev les eliminó en la Europa League de la temporada anterior. Una colección de decepciones muy alejada de las expectativas de su multimillonario dueño.

En todas esas eliminaciones, la figura más señalada y criticada ha sido el técnico Roberto Mancini. El Manchester City pierde toda su fiereza una vez que abandona Inglaterra y se inmiscuye en competiciones europeas. Es un mal que persigue al club del jeque Sulaiman Al-Fahim y que no consigue quitarse de encima. Ni siquiera tras una inversión cercana a 700 millones de euros, sólo en futbolistas (en septiembre de 2008, el grupo inversor Abu Dhabi United Group for Development and Invesment compró el club por 250 millones de euros).

En este periodo el balance en títulos, agobiante baremo por el que se miden los clubes, se resume en una FA Cup y una Premier, conquistada en el descuento del último partido el año pasado ante un equipo con 10 futbolistas sobre el césped. Si se tienen en cuenta esos datos, la realidad convierte a la inversión en un verdadero despilfarro. Sobre todo, porque el City rápidamente se inmola y sepulta sus opciones de éxito en la mayoría de competiciones que disputa. Y, como el año pasado, la vida para los citizens sigue igual.

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