Los islamistas egipcios proclaman su ventaja en el referéndum constitucional

El texto logra un 56% de apoyo en la primera fase de la consulta, según datos oficiosos
El Cairo vota en contra del borrador de Carta Magna

Ricard González
El Cairo, El País
El sí se impuso por un margen más ajustado de lo esperado por los analistas en la primera jornada del referéndum constitucional celebrada el sábado en Egipto. Según datos oficiosos proporcionados por el Partido de la Libertad y la Justicia, la marca electoral de los Hermanos Musulmanes, un 56,5% de los ciudadanos votó a favor y un 43,5% en contra del borrador constitucional apadrinado por las fuerzas islamistas. Unos 26 millones de egipcios residentes en 10 provincias estaban convocados a las urnas para la primera ronda. El resto votará el próximo sábado 22 de diciembre.


La victoria islamista se ha visto oscurecida por los informes de las ONG egipcias que monitorearon la consulta, y que señalan la existencia de numerosas infracciones, la gran mayoría cometidas por los partidarios del sí. Entre las más comunes, la propaganda dentro de los colegios y las mezquitas, la compra de votos y la intimidación de los ciudadanos. Además, en varios colegios se ausentaron los jueces encargados de garantizar la neutralidad del proceso.

“A pesar de la revolución, tuvimos un referéndum como los celebrados en la era Mubarak... Las irregularidades invalidan todo el proceso”, declaró en una rueda de prensa Bahi el-Din Hassan, responsable de la organización de derechos humanos CIHRS. Un total de siete ONG han instado a la Comisión Electoral a repetir la jornada de votación, una petición también expresada por los portavoces del Frente de Salvación Nacional, la principal coalición opositora.

Habida cuenta de que ya han votado las dos grandes ciudades, El Cairo y Alejandría, y que la próxima semana lo harán algunos de los feudos islamistas, como las provincias de Al Fayum y Damietta, no existe ninguna duda de que el borrador de la primera Constitución del Egipto posrevolucionario será ratificada en las urnas.

Ahora bien, el ajustado margen de la victoria invita a pensar que el texto deberá enmendarse pronto. Como sucede a menudo en las eliminatorias futbolísticas, al presidente Mohamed Morsi no le servía una simple victoria. Según todos los expertos, para ser legítima y duradera, una Constitución requiere siempre amplios consensos.

Varios líderes islamistas habían pronosticaban una victoria aplastante, con más del 70% de síes. También los analistas habían fijado un umbral parecido para determinar el éxito o fracaso de la Constitución. “Si la Constitución es aprobada por más de un 70%, será difícil para la oposición sostener las protestas en las calles”, escribió en su cuenta de Twitter Shadi Hamid, investigador del think tank Brookings Institution.

El no se impuso en dos de las 10 provincias, y en la capital lo hizo con claridad, recabando el 57% de las papeletas. En cambio, en algunas provincias rurales del sur, como Asuán o Sohag, arrasó el sí, una prueba más de la polarización de la sociedad egipcia. La participación, también obtenida de forma oficiosa, se habría situado en el 33%, claramente por debajo del 50% de las presidenciales.

En todo caso, el brazo político de los Hermanos Musulmanes dio por bueno el resultado. “El proceso democrático en esta primera fase del referéndum enfatiza el deseo de la gente de conseguir la estabilidad política e institucional, a pesar de las campañas injustas de difamación”, declaró en un comunicado. “El proceso tuvo lugar en una atmósfera de completa integridad y transparencia, bajo completa supervisión judicial, así como con la presencia de medios locales e internacionales”, añade, restando importancia a las denuncias de irregularidades.

La votación se produjo después de dos semanas marcadas por las manifestaciones y enfrentamientos entre partidarios y detractores del presidente Morsi. La crisis política que experimenta el país se inició el pasado 22 de noviembre, cuando el presidente islamista aprobó un decreto por el que se arrogaba poderes cuasi absolutos.

La acción desencadenó una fuerte oposición en las calles. Los Hermanos Musulmanes reaccionaron con una huida hacia adelante y aceleraron la redacción del borrador constitucional, rompiendo el frágil consenso con el que progresaba la Asamblea Constituyente. En las última sesiones se retiraron los representantes laicos, y el borrador fue aprobado solo con los votos islamistas, lo que inflamó aún más la convulsa escena política del país. Tras la votación del sábado, nada indica que la azarosa transición egipcia se encaminará pronto por la senda de la estabilidad.

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