Liga de Campeones: Mbokani se cuela en la fiesta de un Málaga histórico
Málaga, As
El Málaga nos tiene tan bien acostumbrados en Europa que el zarpazo de Mbokani con el tiempo cumplido parece escocer más de lo debido. Sólo debemos hacer memoria de lo que ha hecho este equipo en su debut en la máxima competición continental. Se ha colado en los octavos de final y entra la historia de la Liga de Campeones por la puerta grande. No existe ni una sola pega para un grupo que cautivó a toda Europa con su fútbol romántico a la vez que serio. Esta noche Europa ha descubierto que además tiene orgullo. Con el billete a octavos y el primer puesto sellado en tierras rusas, el equipo de Pellegrini pudo salir a divertirse sin vigilar sus espaldas o tirar de honor para conseguir pleno de victorias en casa en la fase de grupos. Optó por la segunda opción pero el resultado no fue el esperado porque Mbokani se cargó la fiesta al final de la noche para finiquitar lo que hubiese sido la fiesta perfecta, la del millón de euros.
Y es que el Málaga lo tenía todo bien amarrado hasta que el congoleño hizo acto de presencia. Duda y Bounanotte hicieron olvidar a Joaquín, Isco y Portillo en un partido de ida y vuelta y agradable para el aficionado por la cantidad de oportunidades. El portugués adelantó en dos ocasiones al equipo costasoleño, pero Jovanovic y Mbokani pusieron tierra de por medio para intentar conseguir un puesto en la Europa League. El Anderlecht sí se queda sin fiesta porque el Zenit hizo los deberes en Milán.
Es una de las recomendaciones de los padres más escuchadas cuando eres un niño: ‘haz primero los deberes y después ya tendrás tiempo para divertirte’. Y el Málaga siguió a pies juntillas el consejo del ‘padre’ Pellegrini y se plantó de los primeros en los octavos de final y con el sobresaliente en mano para así jugar la vuelta de la eliminatoria en La Rosaleda y esquivar a los ‘fuertes’. Además del honor, de lo que el Málaga ya puede presumir, esta noche había en juego un millón de euros. Y no están las cosas como para dejar volar billetes por La Rosaleda. El bajón en Liga es apreciable (sólo ha ganado uno de los últimos seis partidos) y Pellegrini saturó la batidora de reservas y la aliñó con algún titular como Eliseu, Toulalan y Welligton. La mezcla resultó agradable al paladar malagueño desde el inicio gracias a la paciencia en la creación y a la velocidad desde las bandas, sobre todo en la de Eliseu. Las cabalgadas por los costados trajo dos claras ocasiones en los primeros diez minutos: una de Iturra que salió rozando el palo y otra de Weligton que falló con la puerta vacía.
Van den Brom prometió en rueda de prensa haber tomado nota del meneo de la ida pero tardó un cuarto de hora en ponerlo en práctica. Justamente lo que duró Toulalan en el terreno de juego por culpa de las malditas lesiones musculares. Camacho ocupó su puesto y se encontró con dos zarpazos certeros del Anderlecht que Kameni esquivó de forma impecable. El camerunés quiso aprovechar su oportunidad y sacó un gol cantado de Mbokani y otro a Bruno.
El equipo costasoleño se repuso de la ráfaga belga y retomó el mando de inmediato con su toque habitual y los balones al espacio. Ahí Bounanotte fue de los más listos y se movió entre líneas a la perfección. Él disfrutó de la ocasión más clara del Málaga antes del gol pero Proto sacó las piernas.
El partido cautivó a los amantes al fútbol porque hoy en día cuesta ver un partido de ida y vuelta con sucesivas ocasiones. La prueba más fiable son los segundos antes al tanto malagueño. Safari se exhibió con una jugada personal y batió a Kameni, pero el colegiado Deniz Aytekin vio fuera de juego de Mbokani y anuló el tanto. Eso es lo que se entiende al ver la jugada porque no queda clara la decisión del alemán. En la siguiente jugada el Málaga por fin sacó petróleo. Un balón largo de la defensa le cayó a Seba que recorrió hasta la línea de fondo y Duda soltó un zurriagazo al palo corto inapelable para Proto.
Las noticias desde Milán eran pésimas para las aspiraciones a la Europa League y el equipo de Bruselas se tiró de morros hasta el empate. Y apenas le costó por que a los cinco de la reanudación Jovanovic alimentó las pocas esperanzas. El ‘modus operandi’ similar al utilizado por el Málaga en el primer tiempo. La zaga frenó a Bounanotte y el contragolpe de Mbokani finalizó con un centro medido que el serbio aprovecho ante la media salida del portero camerunés.
Eran los minutos de Jovanovic y no salió a hombros de La Rosaleda porque Kameni y el palo evitaron el revés del Anderlecht. El fútbol se nutre de momentos y si nos lo explotas corres el riesgo de arrepentirte. Si no que se lo digan al equipo belga. Sus mejores minutos se fueron a la basura cuando la dupla de la noche esculpió un tanto con el cincel de Bounanotte y el martillo de Duda. El radar del argentino divisó al portugués y éste la pinchó a la perfección para derribar el arco contrario con un disparo seco.
Los de Van den Brom intentaron digerir el tanto de Duda a través de Jovanovic, pero enfrente tenía a un Kameni inspiradísimo. Parecía que el Málaga se iba a embolsar el millón de euros pero Mbokani apareció con el tiempo cumplido para hacer el empate tras un centro de Kljestan. Incluso pudo llevarse el encuentro pero de nuevo Kameni apareció en el descuento ante otro disparo del congoleño. La siguiente parada: 20 de diciembre a las 11:00 horas.
Málaga: Kameni; Sergio Sánchez, Onyewu, Weligton (Gámez, m. 53), Eliseu; Sebastián Fernández, Toulalan (Camacho, m. 16), Iturra, Duda (Portillo, m. 79); Buonanotte y Santa Cruz.
Anderlecth: Proto; Gillet, Deschacht, Kouyaté, Safari; Bruno, Biglia, Kijestan, Praet (De Sutter, m. 71); Jovanovic (Vargas, m. 85) y Mbokani.
Goles: 1-0, M. 45: Duda. 1-1 M. 50: Jovanovic. 2-1, M. 66: Duda. 2-2, M. 89: Mbokani.
Arbitro: Deniz Aytekin (Alemania). Mostró tarjeta amarilla al malaguista Duda (m. 7), y a los jugadores del Anderlecht Kljestan (m.33), Safari (m. 63) y Mbokani (m. 76).
Incidencias: Ultimo partido de la fase de grupos correspondiente al C de la Liga de Campeones diputado en el estadio de La Rosaleda ante 25.000 espectadores. La policía tuvo que cargar contra un grupo de aficionados del Anderlecht fuera del estadio y durante el descanso por su comportamiento, incluso con varios detenidos.
El Málaga nos tiene tan bien acostumbrados en Europa que el zarpazo de Mbokani con el tiempo cumplido parece escocer más de lo debido. Sólo debemos hacer memoria de lo que ha hecho este equipo en su debut en la máxima competición continental. Se ha colado en los octavos de final y entra la historia de la Liga de Campeones por la puerta grande. No existe ni una sola pega para un grupo que cautivó a toda Europa con su fútbol romántico a la vez que serio. Esta noche Europa ha descubierto que además tiene orgullo. Con el billete a octavos y el primer puesto sellado en tierras rusas, el equipo de Pellegrini pudo salir a divertirse sin vigilar sus espaldas o tirar de honor para conseguir pleno de victorias en casa en la fase de grupos. Optó por la segunda opción pero el resultado no fue el esperado porque Mbokani se cargó la fiesta al final de la noche para finiquitar lo que hubiese sido la fiesta perfecta, la del millón de euros.
Y es que el Málaga lo tenía todo bien amarrado hasta que el congoleño hizo acto de presencia. Duda y Bounanotte hicieron olvidar a Joaquín, Isco y Portillo en un partido de ida y vuelta y agradable para el aficionado por la cantidad de oportunidades. El portugués adelantó en dos ocasiones al equipo costasoleño, pero Jovanovic y Mbokani pusieron tierra de por medio para intentar conseguir un puesto en la Europa League. El Anderlecht sí se queda sin fiesta porque el Zenit hizo los deberes en Milán.
Es una de las recomendaciones de los padres más escuchadas cuando eres un niño: ‘haz primero los deberes y después ya tendrás tiempo para divertirte’. Y el Málaga siguió a pies juntillas el consejo del ‘padre’ Pellegrini y se plantó de los primeros en los octavos de final y con el sobresaliente en mano para así jugar la vuelta de la eliminatoria en La Rosaleda y esquivar a los ‘fuertes’. Además del honor, de lo que el Málaga ya puede presumir, esta noche había en juego un millón de euros. Y no están las cosas como para dejar volar billetes por La Rosaleda. El bajón en Liga es apreciable (sólo ha ganado uno de los últimos seis partidos) y Pellegrini saturó la batidora de reservas y la aliñó con algún titular como Eliseu, Toulalan y Welligton. La mezcla resultó agradable al paladar malagueño desde el inicio gracias a la paciencia en la creación y a la velocidad desde las bandas, sobre todo en la de Eliseu. Las cabalgadas por los costados trajo dos claras ocasiones en los primeros diez minutos: una de Iturra que salió rozando el palo y otra de Weligton que falló con la puerta vacía.
Van den Brom prometió en rueda de prensa haber tomado nota del meneo de la ida pero tardó un cuarto de hora en ponerlo en práctica. Justamente lo que duró Toulalan en el terreno de juego por culpa de las malditas lesiones musculares. Camacho ocupó su puesto y se encontró con dos zarpazos certeros del Anderlecht que Kameni esquivó de forma impecable. El camerunés quiso aprovechar su oportunidad y sacó un gol cantado de Mbokani y otro a Bruno.
El equipo costasoleño se repuso de la ráfaga belga y retomó el mando de inmediato con su toque habitual y los balones al espacio. Ahí Bounanotte fue de los más listos y se movió entre líneas a la perfección. Él disfrutó de la ocasión más clara del Málaga antes del gol pero Proto sacó las piernas.
El partido cautivó a los amantes al fútbol porque hoy en día cuesta ver un partido de ida y vuelta con sucesivas ocasiones. La prueba más fiable son los segundos antes al tanto malagueño. Safari se exhibió con una jugada personal y batió a Kameni, pero el colegiado Deniz Aytekin vio fuera de juego de Mbokani y anuló el tanto. Eso es lo que se entiende al ver la jugada porque no queda clara la decisión del alemán. En la siguiente jugada el Málaga por fin sacó petróleo. Un balón largo de la defensa le cayó a Seba que recorrió hasta la línea de fondo y Duda soltó un zurriagazo al palo corto inapelable para Proto.
Las noticias desde Milán eran pésimas para las aspiraciones a la Europa League y el equipo de Bruselas se tiró de morros hasta el empate. Y apenas le costó por que a los cinco de la reanudación Jovanovic alimentó las pocas esperanzas. El ‘modus operandi’ similar al utilizado por el Málaga en el primer tiempo. La zaga frenó a Bounanotte y el contragolpe de Mbokani finalizó con un centro medido que el serbio aprovecho ante la media salida del portero camerunés.
Eran los minutos de Jovanovic y no salió a hombros de La Rosaleda porque Kameni y el palo evitaron el revés del Anderlecht. El fútbol se nutre de momentos y si nos lo explotas corres el riesgo de arrepentirte. Si no que se lo digan al equipo belga. Sus mejores minutos se fueron a la basura cuando la dupla de la noche esculpió un tanto con el cincel de Bounanotte y el martillo de Duda. El radar del argentino divisó al portugués y éste la pinchó a la perfección para derribar el arco contrario con un disparo seco.
Los de Van den Brom intentaron digerir el tanto de Duda a través de Jovanovic, pero enfrente tenía a un Kameni inspiradísimo. Parecía que el Málaga se iba a embolsar el millón de euros pero Mbokani apareció con el tiempo cumplido para hacer el empate tras un centro de Kljestan. Incluso pudo llevarse el encuentro pero de nuevo Kameni apareció en el descuento ante otro disparo del congoleño. La siguiente parada: 20 de diciembre a las 11:00 horas.
Málaga: Kameni; Sergio Sánchez, Onyewu, Weligton (Gámez, m. 53), Eliseu; Sebastián Fernández, Toulalan (Camacho, m. 16), Iturra, Duda (Portillo, m. 79); Buonanotte y Santa Cruz.
Anderlecth: Proto; Gillet, Deschacht, Kouyaté, Safari; Bruno, Biglia, Kijestan, Praet (De Sutter, m. 71); Jovanovic (Vargas, m. 85) y Mbokani.
Goles: 1-0, M. 45: Duda. 1-1 M. 50: Jovanovic. 2-1, M. 66: Duda. 2-2, M. 89: Mbokani.
Arbitro: Deniz Aytekin (Alemania). Mostró tarjeta amarilla al malaguista Duda (m. 7), y a los jugadores del Anderlecht Kljestan (m.33), Safari (m. 63) y Mbokani (m. 76).
Incidencias: Ultimo partido de la fase de grupos correspondiente al C de la Liga de Campeones diputado en el estadio de La Rosaleda ante 25.000 espectadores. La policía tuvo que cargar contra un grupo de aficionados del Anderlecht fuera del estadio y durante el descanso por su comportamiento, incluso con varios detenidos.