La victoria de la ‘princesa de hielo’

La hija del dictador que puso en marcha la economía del país se convierte en la primera mujer que gana unas presidenciales

Juan Leña
Madrid, El País
La victoria de Park Geun-hye (Daegu,1952) en las elecciones presidenciales surcoreanas, por un ajustado margen y alta tasa de participación (75,8%), reviste gran importancia en el ámbito de la política doméstica, las relaciones intercoreanas y también para la seguridad y cooperación en Asia nororiental. En menos de un año se han producido relevos en la cúpula en Corea del Norte, China, Japón y Corea del Sur (más la reelección del presidente Obama en EEUU), lo que abre oportunidades de diálogo y expectativas en una zona marcada, tanto por las tensiones, como por ser uno de los motores de la economía mundial.


La llegada de Park a la presidencia no es un relevo sin más. Por tratarse de una mujer, la primera que accede a la jefatura del Estado en la República de Corea, y porque la presidenta electa ha mostrado visión y carácter en el pasado, distanciándose en más de una ocasión de la acción política del presidente Lee Myung-bak y de su propio partido, el Saenuri (Nueva Frontera). Los valores confucianos de marginación de la mujer tienen todavía peso en el país y por eso esta victoria rompe fronteras y abre esperanzas.

Hija del dictador Park Chung-hee, que gobernó el país con mano de hierro entre 1961 y 1979 e impulsó la industrialización acelerada y la modernización de la República de Corea, Park se graduó en ingeniería (electricidad) y, tras la muerte de su madre en un atentado fallido contra el presidente Park en Seúl en 1974, se convirtió en primera dama en funciones hasta 1979, cuando su padre fue, asimismo, asesinado por el responsable de los servicios secretos coreanos en la propia sede de la presidencia de la República. En 2006, Park Geun-hye resultó gravemente herida al recibir una cuchillada en la cara durante la campaña de las municipales de ese año. Un sino trágico y singular, que, sin duda, ha moldeado su personalidad fría y distante. Hasta el punto de haber sido llamada la “princesa de hielo”, lo mismo que por sus rotundos triunfos electorales también ha merecido el calificativo de “reina de las elecciones”.

La campaña electoral no ha estado exenta de golpes bajos, ni de retiradas de última hora de candidatos del sector liberal (léase progresista) para facilitar la victoria del candidato del partido Democrático Unido, el católico Moon Jae-in. Los debates en televisión, aunque frecuentes, no han ido al fondo de los temas, y ni tan siquiera el lanzamiento de un misil por Corea del Norte ha alterado el ritmo de la campaña. La candidata electa ha centrado sus intervenciones en temas como la unidad nacional, la democratización de la economía, es decir, la limitación del poder de los grandes grupos económicos (chaebol), la extensión de los servicios sociales, el empleo de los jóvenes, la atención a la infancia y la lucha contra la corrupción de la clase política. En cuanto a la relaciones intercoreanas se espera una flexibilización de la línea dura mantenida por el presidente saliente, Lee Myung-bak, hacia el régimen de Pyongyang, aunque ello debe suponer claras contrapartidas por parte de Corea del Norte en el camino hacia la desnuclearización.

En 2006, Park Geun-hye resultó gravemente herida al recibir una cuchillada en la cara durante la campaña de las municipales

En 2010 tuve la oportunidad de mantener una larga conversación con la sra. Park en el hotel Ritz Carlton de Seúl y un mes después almorzó en nuestra Embajada con los representantes de la Unión Europea. Mostró interés por el impacto de la crisis en España y en el conjunto de la eurozona y expresó preocupación por las consecuencias que podría tener la desaceleración económica para la economía mundial y, concretamente, para una economía exportadora como la coreana.

Creo que la presencia de Park Geun-hye en la Jefatura del Estado coreana puede ser una buena oportunidad para fortalecer aún más nuestras relaciones bilaterales y llevar adelante acciones conjuntas en el mundo. ¡Qué mejor socio para el Gobierno de España, las universidades y las empresa españolas que un país que pone énfasis en la educación, la búsqueda de la excelencia, la internacionalización y la innovación tecnológica!

Juan Leña es diplomático jubilado y exembajador de España en Corea del Sur

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