Europa condena las represalias de Israel
El Gobierno israelí anunció el domingo la construcción de 3.000 viviendas en asentamientos
Alemania, Italia y Rusia emiten duras críticas por la construcción en territorio ocupado pero no adoptan medidas diplomáticas
Miguel González / Walter Oppenheimer
Madrid / Londres, El País
En una acción diplomática sin precedentes con Israel, cinco países europeos convocaron ayer a los embajadores israelíes en sus respectivas capitales para protestar por la construcción de 3.000 nuevas viviendas en Cisjordania y la retención de los fondos que Tel Aviv recauda en nombre de la Autoridad Palestina.
Reino Unido, Francia, Suecia, Dinamarca y España llamaron a los embajadores israelíes de forma concertada, aunque el conjunto de la UE actuó de nuevo en orden disperso. Alemania e Italia criticaron las represalias del Gobierno de Benjamín Netanyahu después de que Palestina lograse el jueves en la ONU el estatuto de Estado observador no miembro. Rusia también hizo otro tanto. Otros miembros de la UE guardaron silencio.
La convocatoria de los embajadores israelíes constituye una modalidad de protesta novedosa, pero blanda, por parte de los cinco países europeos. Llamar a consultas a sus embajadores en Tel Aviv habría sido más enérgico.
El director general para el área, Ignacio Ybáñez, convocó al embajador israelí, Alon Bar, para hacerle “partícipe” del “disgusto” del Gobierno español, según adelantó en Valencia el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo. El jefe de la diplomacia española calificó de “enorme torpeza” las medidas anunciadas por Netanyahu. Alegó que contradicen expresamente las peticiones de la UE y van “en la dirección contraria a la que hay que ir” para lograr la paz.
El embajador Bar, según fuentes israelíes, respondió a su interlocutor que, tras los contactos de las últimas semanas, nadie en el Gobierno español debería sorprenderse de las medidas anunciadas por el Gobierno israelí e insistió en que la iniciativa palestina en la ONU es “una violación” de los acuerdos de paz.
En Londres, el secretario de Estado para Oriente Próximo, Alistair Burt, convocó al embajador isaelí, Daniel Taub. El Foreign Office calificó de “mera especulación” los rumores de que Reino Unido y otros países europeos se disponen a retirar a sus embajadores en Tel Aviv si el Gobierno israelí no paraliza los nuevos asentamientos en territorio ocupado, aunque no llegó a descartarlo en el futuro.
Londres ve los nuevos asentamientos no solo como una maniobra para partir en dos el territorio palestino en Cisjordania y hacer inviable un futuro Estado, sino como una represalia por la votación de la Asamblea General de la ONU. El conservador David Cameron, que se abstuvo en la ONU —al contrario que otros socios, como Francia, España o Italia, que votaron a favor—, necesita ahora lanzar un mensaje de firmeza a Israel. De momento, todo se reduce a la llamada al embajador y al aviso de que habrá medidas “más duras” si Israel no hace caso. El ministro de Asuntos Exteriores, William Hague, declaró que “los asentamientos israelíes son ilegales bajo la ley internacional y socavan la confianza entre las partes”.
El presidente francés, François Hollande, y el primer ministro italiano, Mario Monti, pidieron a Israel que renuncie a construir nuevos asentamientos en los territorios ocupados, al considerar que es contrario a la solución del conflicto. “Estamos preocupados por las decisiones que, espero, no serán aplicadas de instalar 3.000 viviendas en las zonas que no están previstas para este tipo de instalaciones y que ponen en entredicho la posición de la comunidad internacional sobre los dos Estados”, afirmó Hollande en la rueda de prensa de la cumbre franco-italiana de Lyon.
El presidente francés confirmó que el embajador israelí en París había sido convocado para tratar este asunto y agregó que, por el momento, Francia no tiene previsto adoptar otras medidas contra Tel Aviv. “No estamos en una lógica de sanciones. Estamos en un trabajo de convicción. Hacemos un llamamiento a la responsabilidad. Sé que hay elecciones [el 22 de enero] en Israel y espero que se desarrollen en las mejores condiciones”, indicó Hollande.
La canciller alemana, Angela Merkel, también pidió a Israel que renuncie a las nuevas colonias con una rotundidad inusual en el Gobierno alemán y en vísperas de la visita que Netanyahu tiene previsto hacer a Berlín. También se mostró crítico elGobierno ruso, que instó a Tel Aviv a “revisar los anunciados planes sobre la construcción de asentamientos y a reanudar la transferencia de fondos” al Gobierno de Mahmud Abbas.
A pesar de la contundencia de las condenas, de momento no parece que las relaciones de fondo entre los países europeos e Israel vayan a verse afectadas por esta crisis. Prueba de ello es que el ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, y su homólogo israelí de Seguridad Pública, Itzhak Aharonovitch, firmaron ayer en Jerusalén una declaración en la que se comprometen a reforzar la cooperación bilateral en la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico, la delincuencia organizada o el cibercrimen.
Israel piensa seguir adelante con sus planes. Fuentes del Ejecutivo israelí explican que la decisión de expandir los asentamientos, incluida la polémica zona conocida como E-1, tiene como objetivo “enviar un mensaje a los líderes palestinos de que no pueden actuar de forma tan hostil y esperar que Israel no vaya a responder”, en alusión al reconocimiento mundial en la ONU de Palestina, informa Ana Carbajosa desde Jerusalén.
Las mismas fuentes matizaron que la idea no es empezar a construir, que de momento lo único que se plantean es “mapear y distribuir las zonas de E-1”, unos 12 kilómetros de terreno situados en Cisjordania y cuya urbanización torpedearía la futura creación de un Estado palestino, debido a su ubicación estratégica.
Alemania, Italia y Rusia emiten duras críticas por la construcción en territorio ocupado pero no adoptan medidas diplomáticas
Miguel González / Walter Oppenheimer
Madrid / Londres, El País
En una acción diplomática sin precedentes con Israel, cinco países europeos convocaron ayer a los embajadores israelíes en sus respectivas capitales para protestar por la construcción de 3.000 nuevas viviendas en Cisjordania y la retención de los fondos que Tel Aviv recauda en nombre de la Autoridad Palestina.
Reino Unido, Francia, Suecia, Dinamarca y España llamaron a los embajadores israelíes de forma concertada, aunque el conjunto de la UE actuó de nuevo en orden disperso. Alemania e Italia criticaron las represalias del Gobierno de Benjamín Netanyahu después de que Palestina lograse el jueves en la ONU el estatuto de Estado observador no miembro. Rusia también hizo otro tanto. Otros miembros de la UE guardaron silencio.
La convocatoria de los embajadores israelíes constituye una modalidad de protesta novedosa, pero blanda, por parte de los cinco países europeos. Llamar a consultas a sus embajadores en Tel Aviv habría sido más enérgico.
El director general para el área, Ignacio Ybáñez, convocó al embajador israelí, Alon Bar, para hacerle “partícipe” del “disgusto” del Gobierno español, según adelantó en Valencia el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo. El jefe de la diplomacia española calificó de “enorme torpeza” las medidas anunciadas por Netanyahu. Alegó que contradicen expresamente las peticiones de la UE y van “en la dirección contraria a la que hay que ir” para lograr la paz.
El embajador Bar, según fuentes israelíes, respondió a su interlocutor que, tras los contactos de las últimas semanas, nadie en el Gobierno español debería sorprenderse de las medidas anunciadas por el Gobierno israelí e insistió en que la iniciativa palestina en la ONU es “una violación” de los acuerdos de paz.
En Londres, el secretario de Estado para Oriente Próximo, Alistair Burt, convocó al embajador isaelí, Daniel Taub. El Foreign Office calificó de “mera especulación” los rumores de que Reino Unido y otros países europeos se disponen a retirar a sus embajadores en Tel Aviv si el Gobierno israelí no paraliza los nuevos asentamientos en territorio ocupado, aunque no llegó a descartarlo en el futuro.
Londres ve los nuevos asentamientos no solo como una maniobra para partir en dos el territorio palestino en Cisjordania y hacer inviable un futuro Estado, sino como una represalia por la votación de la Asamblea General de la ONU. El conservador David Cameron, que se abstuvo en la ONU —al contrario que otros socios, como Francia, España o Italia, que votaron a favor—, necesita ahora lanzar un mensaje de firmeza a Israel. De momento, todo se reduce a la llamada al embajador y al aviso de que habrá medidas “más duras” si Israel no hace caso. El ministro de Asuntos Exteriores, William Hague, declaró que “los asentamientos israelíes son ilegales bajo la ley internacional y socavan la confianza entre las partes”.
El presidente francés, François Hollande, y el primer ministro italiano, Mario Monti, pidieron a Israel que renuncie a construir nuevos asentamientos en los territorios ocupados, al considerar que es contrario a la solución del conflicto. “Estamos preocupados por las decisiones que, espero, no serán aplicadas de instalar 3.000 viviendas en las zonas que no están previstas para este tipo de instalaciones y que ponen en entredicho la posición de la comunidad internacional sobre los dos Estados”, afirmó Hollande en la rueda de prensa de la cumbre franco-italiana de Lyon.
El presidente francés confirmó que el embajador israelí en París había sido convocado para tratar este asunto y agregó que, por el momento, Francia no tiene previsto adoptar otras medidas contra Tel Aviv. “No estamos en una lógica de sanciones. Estamos en un trabajo de convicción. Hacemos un llamamiento a la responsabilidad. Sé que hay elecciones [el 22 de enero] en Israel y espero que se desarrollen en las mejores condiciones”, indicó Hollande.
La canciller alemana, Angela Merkel, también pidió a Israel que renuncie a las nuevas colonias con una rotundidad inusual en el Gobierno alemán y en vísperas de la visita que Netanyahu tiene previsto hacer a Berlín. También se mostró crítico elGobierno ruso, que instó a Tel Aviv a “revisar los anunciados planes sobre la construcción de asentamientos y a reanudar la transferencia de fondos” al Gobierno de Mahmud Abbas.
A pesar de la contundencia de las condenas, de momento no parece que las relaciones de fondo entre los países europeos e Israel vayan a verse afectadas por esta crisis. Prueba de ello es que el ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, y su homólogo israelí de Seguridad Pública, Itzhak Aharonovitch, firmaron ayer en Jerusalén una declaración en la que se comprometen a reforzar la cooperación bilateral en la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico, la delincuencia organizada o el cibercrimen.
Israel piensa seguir adelante con sus planes. Fuentes del Ejecutivo israelí explican que la decisión de expandir los asentamientos, incluida la polémica zona conocida como E-1, tiene como objetivo “enviar un mensaje a los líderes palestinos de que no pueden actuar de forma tan hostil y esperar que Israel no vaya a responder”, en alusión al reconocimiento mundial en la ONU de Palestina, informa Ana Carbajosa desde Jerusalén.
Las mismas fuentes matizaron que la idea no es empezar a construir, que de momento lo único que se plantean es “mapear y distribuir las zonas de E-1”, unos 12 kilómetros de terreno situados en Cisjordania y cuya urbanización torpedearía la futura creación de un Estado palestino, debido a su ubicación estratégica.