El Papa considera su viaje a México y Cuba “punto destacado” del Pontificado
Ciudad del Vaticano, EFE
Benedicto XVI consideró hoy su viaje a México y Cuba como uno de los “puntos destacados” de su pontificado y dijo que fueron “encuentros inolvidables, con la fuerza de la fe profundamente arraigada en los corazones de los hombres y con la alegría por la vida que surge de la fe”.
El papa recordó el viaje, el segundo a América Latina y el primero a dos países de lengua española, en el discurso que dirigió a la Curia Romana con motivo de la Navidad, en el que dijo que concluye un año “que se ha caracterizado en la Iglesia y en el mundo por muchas situaciones difíciles, de grandes cuestiones y desafíos, pero también de signos de esperanza”.
Entre esos signos citó la visita a México y Cuba, el encuentro mundial de las familias católicas en Milán (norte de Italia) en junio pasado y el Año de la Fe, abierto el pasado mes de octubre coincidiendo con el 50 aniversario del comienzo del Concilio Vaticano II.
“Este año se ha caracterizado por muchas situaciones difíciles, de grandes cuestiones y desafíos”
“Recuerdo que, tras llegar a México, se agolpaban al borde del largo trecho que se debía recorrer interminables filas de personas, que saludaban agitando pañuelos y banderas. Recuerdo cómo, durante el trayecto hacia Guanajuato, la capital del homónimo Estado, había jóvenes a los lados de la carretera, devotamente arrodillados para recibir la bendición del Sucesor de Pedro”, afirmó.
En esa línea prosiguió: “también recuerdo como la gran liturgia en las cercanías de la estatua de Cristo Rey se convirtió en un acto que hacía presente la realeza de Cristo, su paz, su justicia, su verdad”.
Todo ello -precisó- en el contexto de los problemas de un país, México, “que sufre múltiples formas de violencia y las dificultades de dependencias económicas”.
“Ciertamente, estos problemas no se pueden resolver simplemente mediante la religiosidad, pero menos aún se solucionarán sin esa purificación interior del corazón que proviene de la fuerza de la fe, del encuentro con Jesucristo”, afirmó.
“La búsqueda en ese país de un justo planteamiento de la relación entre vinculaciones y libertad”
De su visita a Cuba resaltó ante los cardenales, obispos y otro personal que presta servicio en el Vaticano, las grandes liturgias celebradas en la isla, “en cuyos cantos, oraciones y silencios se podía percibir la presencia de Aquel, al que durante mucho tiempo se había querido negar cabida en el país”.
“La búsqueda en ese país de un justo planteamiento de la relación entre vinculaciones y libertad, ciertamente no puede tener éxito sin una referencia a esos criterios de fondo que se han manifestado a la humanidad en el encuentro con el Dios de Jesucristo”, subrayó el papa.
Durante el viaje, Benedicto XVI arremetió contra el crimen organizado que sufre México, afirmó que la ideología marxista ya no responde a la realidad, subrayó que la Iglesia no es un poder político, ni un partido sino una realidad moral y reivindicó el derecho a la libertad religiosa.
Al igual que Juan Pablo II, Benedicto XVI también se reunió en La Habana con Fidel Castro.
Benedicto XVI consideró hoy su viaje a México y Cuba como uno de los “puntos destacados” de su pontificado y dijo que fueron “encuentros inolvidables, con la fuerza de la fe profundamente arraigada en los corazones de los hombres y con la alegría por la vida que surge de la fe”.
El papa recordó el viaje, el segundo a América Latina y el primero a dos países de lengua española, en el discurso que dirigió a la Curia Romana con motivo de la Navidad, en el que dijo que concluye un año “que se ha caracterizado en la Iglesia y en el mundo por muchas situaciones difíciles, de grandes cuestiones y desafíos, pero también de signos de esperanza”.
Entre esos signos citó la visita a México y Cuba, el encuentro mundial de las familias católicas en Milán (norte de Italia) en junio pasado y el Año de la Fe, abierto el pasado mes de octubre coincidiendo con el 50 aniversario del comienzo del Concilio Vaticano II.
“Este año se ha caracterizado por muchas situaciones difíciles, de grandes cuestiones y desafíos”
“Recuerdo que, tras llegar a México, se agolpaban al borde del largo trecho que se debía recorrer interminables filas de personas, que saludaban agitando pañuelos y banderas. Recuerdo cómo, durante el trayecto hacia Guanajuato, la capital del homónimo Estado, había jóvenes a los lados de la carretera, devotamente arrodillados para recibir la bendición del Sucesor de Pedro”, afirmó.
En esa línea prosiguió: “también recuerdo como la gran liturgia en las cercanías de la estatua de Cristo Rey se convirtió en un acto que hacía presente la realeza de Cristo, su paz, su justicia, su verdad”.
Todo ello -precisó- en el contexto de los problemas de un país, México, “que sufre múltiples formas de violencia y las dificultades de dependencias económicas”.
“Ciertamente, estos problemas no se pueden resolver simplemente mediante la religiosidad, pero menos aún se solucionarán sin esa purificación interior del corazón que proviene de la fuerza de la fe, del encuentro con Jesucristo”, afirmó.
“La búsqueda en ese país de un justo planteamiento de la relación entre vinculaciones y libertad”
De su visita a Cuba resaltó ante los cardenales, obispos y otro personal que presta servicio en el Vaticano, las grandes liturgias celebradas en la isla, “en cuyos cantos, oraciones y silencios se podía percibir la presencia de Aquel, al que durante mucho tiempo se había querido negar cabida en el país”.
“La búsqueda en ese país de un justo planteamiento de la relación entre vinculaciones y libertad, ciertamente no puede tener éxito sin una referencia a esos criterios de fondo que se han manifestado a la humanidad en el encuentro con el Dios de Jesucristo”, subrayó el papa.
Durante el viaje, Benedicto XVI arremetió contra el crimen organizado que sufre México, afirmó que la ideología marxista ya no responde a la realidad, subrayó que la Iglesia no es un poder político, ni un partido sino una realidad moral y reivindicó el derecho a la libertad religiosa.
Al igual que Juan Pablo II, Benedicto XVI también se reunió en La Habana con Fidel Castro.