Dirigentes de Boca cierran toda puerta a Riquelme
Buenos Aires, Olé
No estuvo en la Bombonera, pero estuvo. Y se hizo notar. El grito con la primera letra e de su apellido se estiró hasta la protesta en contra de Falcioni. Y, por decantación, ese mensaje también castigó a Daniel Angelici, quien por primera vez sintió en su cuerpo el rigor de la reprobación popular. Y si bien el propio Riquelme, en su “cadena nacional” del jueves, se encargó de decir que nunca más iba a jugar en Boca, en el club terminaron de cerrarle la puerta el sábado, en el preciso instante que comenzó el veredicto de la mayoría del estadio, salvo la barra. Angelici y varios de los dirigentes que lo acompañan están furiosos con la actitud del 10. Primero, piensan, por su intención de meterse en la despedida del Flaco Schiavi y en la bienvenida del Loco Palermo, en su primera vez como DT en la Bombonera. Y después, por sus filosas palabras hacia Falcioni y Angelici. “Lo de la gente no fue espontáneo”, comentó alguien que camina con regularidad el pasillo que va hacia la presidencia, adjudicándole una influencia un tanto desmedida a las declaraciones de Riquelme.
Más allá de las diferentes interpretaciones, hay una certeza: el próximo entrenador no podrá ni pronunciar el apellido de Román. Ya será una decisión institucional, con consenso en el seno de la CD, que termina de cerrar la historia de Riquelme con esta camiseta. Incluso, hasta habría que preguntarse si sigue en pie aquello del partido despedida que Mauricio Macri, desde su lugar de presidente externo, comentó hace unas horas. En caso de asumir, ni Bianchi, ni Arruabarrena, dos entrenadores muy cercanos al ídolo, podrán pedir por él.
No estuvo en la Bombonera, pero estuvo. Y se hizo notar. El grito con la primera letra e de su apellido se estiró hasta la protesta en contra de Falcioni. Y, por decantación, ese mensaje también castigó a Daniel Angelici, quien por primera vez sintió en su cuerpo el rigor de la reprobación popular. Y si bien el propio Riquelme, en su “cadena nacional” del jueves, se encargó de decir que nunca más iba a jugar en Boca, en el club terminaron de cerrarle la puerta el sábado, en el preciso instante que comenzó el veredicto de la mayoría del estadio, salvo la barra. Angelici y varios de los dirigentes que lo acompañan están furiosos con la actitud del 10. Primero, piensan, por su intención de meterse en la despedida del Flaco Schiavi y en la bienvenida del Loco Palermo, en su primera vez como DT en la Bombonera. Y después, por sus filosas palabras hacia Falcioni y Angelici. “Lo de la gente no fue espontáneo”, comentó alguien que camina con regularidad el pasillo que va hacia la presidencia, adjudicándole una influencia un tanto desmedida a las declaraciones de Riquelme.
Más allá de las diferentes interpretaciones, hay una certeza: el próximo entrenador no podrá ni pronunciar el apellido de Román. Ya será una decisión institucional, con consenso en el seno de la CD, que termina de cerrar la historia de Riquelme con esta camiseta. Incluso, hasta habría que preguntarse si sigue en pie aquello del partido despedida que Mauricio Macri, desde su lugar de presidente externo, comentó hace unas horas. En caso de asumir, ni Bianchi, ni Arruabarrena, dos entrenadores muy cercanos al ídolo, podrán pedir por él.