Decenas de muertos en un bombardeo contra una panadería del oeste de Siria
El ataque ha arrasado una panadería de la localidad de Halfaya
Madrid, El País
De nuevo una panadería recibe el impacto más brutal de la guerra abierta que sacude Siria tras el alzamiento popular de marzo de 2011. Decenas de personas han muerto en un ataque aéreo contra la ciudad de Halfaya (30.000 habitantes), en la provincia de Hama, situada en el cinturón occidental del país que sufre los combates más cruentos. Según la información del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), grupo activista con sede en Londres e informadores en el terreno, la cifra de víctimas mortales podría oscilar entre los 50 y 100. De ser así, el bombardeo contra Halfaya se haría un hueco en el triste ranking de los ataques más mortíferos desde el inicio de la represión del régimen de Bachar el Asad.
“No habíamos recibido harina desde hacía unos tres días”, ha manifestado a Reuters Samer al Hamaui, activista de Halfaya. “Así que todo el mundo iba hoy a la panadería, entre ellos, mujeres y niños”. Las imágenes difundidas por los activistas residentes en la ciudad siria mostraron a vecinos y rebeldes uniformados y armados tratando de sacar a la carrera a los heridos de debajo de los escombros, entre los que se asomaban los cuerpos sin vida de decenas de víctimas. Los Comités de Corrdinación Local, activistas que trabajan desde el terreno, han informado además de que la situación humanitaria en Halfaya era ya desastrosa por la falta de medicamentos y de servicio sanitario adecuado.
Esta ciudad fue arrebatada recientemente al régimen por las milicias del Ejército Libre de Siria, que desde el pasado día 18 llevan a cabo una operación para liberar Hama. No es la primera vez que los cazas de El Asad alcanzan una panadería —el pan es un alimento básico y fundamental para los sirios— y, por este motivo, organizaciones como Human Rights Watch han denunciado al régimen por la falta de precisión de sus ataques, en el mejor de los casos, o la muerte intencionada de civiles, en el peor. El temor a perder hombres en el terreno o abrir el camino a las deserciones ha llevado al Ejército sirio a evitar el avance de infantería y golpear desde el aire las posiciones rebeldes, con el riesgo que conlleva para las poblaciones civiles.
El bombardeo de Halfaya coincide con la vuelta al país del enviado especial de la ONU, el argelino Lakhdar Brahimi, en un nuevo intento de negociar con el régimen de El Asad la formación de un posible Gobierno de transición, que Rusia y China vería con buenos ojos. La tregua pactada por Brahimi en su anterior viaje no fue respetada por las partes.
Madrid, El País
De nuevo una panadería recibe el impacto más brutal de la guerra abierta que sacude Siria tras el alzamiento popular de marzo de 2011. Decenas de personas han muerto en un ataque aéreo contra la ciudad de Halfaya (30.000 habitantes), en la provincia de Hama, situada en el cinturón occidental del país que sufre los combates más cruentos. Según la información del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), grupo activista con sede en Londres e informadores en el terreno, la cifra de víctimas mortales podría oscilar entre los 50 y 100. De ser así, el bombardeo contra Halfaya se haría un hueco en el triste ranking de los ataques más mortíferos desde el inicio de la represión del régimen de Bachar el Asad.
“No habíamos recibido harina desde hacía unos tres días”, ha manifestado a Reuters Samer al Hamaui, activista de Halfaya. “Así que todo el mundo iba hoy a la panadería, entre ellos, mujeres y niños”. Las imágenes difundidas por los activistas residentes en la ciudad siria mostraron a vecinos y rebeldes uniformados y armados tratando de sacar a la carrera a los heridos de debajo de los escombros, entre los que se asomaban los cuerpos sin vida de decenas de víctimas. Los Comités de Corrdinación Local, activistas que trabajan desde el terreno, han informado además de que la situación humanitaria en Halfaya era ya desastrosa por la falta de medicamentos y de servicio sanitario adecuado.
Esta ciudad fue arrebatada recientemente al régimen por las milicias del Ejército Libre de Siria, que desde el pasado día 18 llevan a cabo una operación para liberar Hama. No es la primera vez que los cazas de El Asad alcanzan una panadería —el pan es un alimento básico y fundamental para los sirios— y, por este motivo, organizaciones como Human Rights Watch han denunciado al régimen por la falta de precisión de sus ataques, en el mejor de los casos, o la muerte intencionada de civiles, en el peor. El temor a perder hombres en el terreno o abrir el camino a las deserciones ha llevado al Ejército sirio a evitar el avance de infantería y golpear desde el aire las posiciones rebeldes, con el riesgo que conlleva para las poblaciones civiles.
El bombardeo de Halfaya coincide con la vuelta al país del enviado especial de la ONU, el argelino Lakhdar Brahimi, en un nuevo intento de negociar con el régimen de El Asad la formación de un posible Gobierno de transición, que Rusia y China vería con buenos ojos. La tregua pactada por Brahimi en su anterior viaje no fue respetada por las partes.