CN: Párroco de Cobija detalla cómo las FFAA se negaron a evitar sucesos de Porvenir
La Paz, ERBOL
El padre Jaime Susly, párroco de la ciudad de Cobija desde hace 23 años, confirmó que las Fuerzas Armadas (Ejercito, Naval y Aérea), se negaron a intervenir antes y durante los sucesos de El Porvenir bajo el argumento que no tenían órdenes superiores de La Paz, para evitar la llegada e ingreso a la capital pandina, Cobija, de cientos de campesinos que iban a tomar esa ciudad el 11 de septiembre de 2008.
El padre Susly hizo esas declaraciones el pasado viernes 30 de noviembre ante el juzgado Sexto de Sentencia de la ciudad de La Paz, donde relató que en los sucesos de Porvenir de septiembre de 2008, el entonces prefecto del departamento de Pando, Leopoldo Fernández Ferreira, enterado de la llegada de una marcha indígena con el objetivo de tomar Cobija, se reunió con los tres jefes militares de Pando, comandante de la Policía, Silvio Magarzo; además del Rector de la Universidad Amazónica de Pando, representantes del Comité Cívico, entre otra autoridades, para pedirles que intervengan antes de la llegada de la caravana.
Susly relató que días antes del 11 de septiembre de 2008, el entonces Prefecto imploró a los comandantes de las tres fuerzas y policía que actúen de manera inmediata y oportuna, para evitar la llegada e ingreso de los campesinos que marchaban desde la población beniana de Riberalta. Los uniformados se limitaron a responder que no tenían instrucciones superiores de La Paz para intervenir, y que se encontraban esperando cualquier novedad, “lamentablemente no hicieron nada bajo el pretexto que no tenía órdenes superiores”.
Posteriormente, el día 11 de septiembre, Susly se enteró de la existencia de muertos y heridos en la población de Porvenir, donde se apersonó para ayudar a los lesionados y orar los fallecidos. Agregó que personalmente pidió al comandante de la policía, Silvio Magarzo, que se quede en el lugar e intervenga con sus uniformados y así eviten que se genere mayor caos; sin embargo, “por instrucciones superiores” esta autoridad policial, se retiró del lugar con todos sus efectivos incumpliendo con su deber de proteger a la sociedad.
Luego Susly, también declaró cómo el exprefecto Fernández fue engañado en sus buenos oficios para la toma armada del aeropuerto de Cobija y posteriormente para ser traído a la ciudad de La Paz, como un prisionero de hechos que trató de evitar que sucedan a toda costa.
Recordó que los buenos oficios de Fernández para que los cívicos dejen de bloquear el aeropuerto de Cobija fueron convocados por la entonces Defensora del Pueblo y un representante de Naciones Unidas entre otros; y, una vez cumplido el cometido nunca llegaron aviones con ayuda humanitaria, al contrario aterrizaron aviones Hércules cargados de soldados que llegaron disparando y matando a un pastor evangélico e hiriendo a una periodista.
Al respecto, y una vez que el juzgado Sexto de Sentencia conoció cómo fue que actuaron las Fuerzas Armadas en ese aciago 11 de septiembre de 2008, por órdenes directas emanadas desde La Paz. Fernández pidió que los entonces comandantes pandinos de las tres Fuerzas cuenten la verdad de todo lo que sucedió, quiénes dieron las órdenes para que no intervengan y cuál fue su verdadero accionar durante esos días, que terminaron trayendo dolor y división en un pueblo que siempre vivió en paz, solidaridad y amistad.
El padre Jaime Susly, párroco de la ciudad de Cobija desde hace 23 años, confirmó que las Fuerzas Armadas (Ejercito, Naval y Aérea), se negaron a intervenir antes y durante los sucesos de El Porvenir bajo el argumento que no tenían órdenes superiores de La Paz, para evitar la llegada e ingreso a la capital pandina, Cobija, de cientos de campesinos que iban a tomar esa ciudad el 11 de septiembre de 2008.
El padre Susly hizo esas declaraciones el pasado viernes 30 de noviembre ante el juzgado Sexto de Sentencia de la ciudad de La Paz, donde relató que en los sucesos de Porvenir de septiembre de 2008, el entonces prefecto del departamento de Pando, Leopoldo Fernández Ferreira, enterado de la llegada de una marcha indígena con el objetivo de tomar Cobija, se reunió con los tres jefes militares de Pando, comandante de la Policía, Silvio Magarzo; además del Rector de la Universidad Amazónica de Pando, representantes del Comité Cívico, entre otra autoridades, para pedirles que intervengan antes de la llegada de la caravana.
Susly relató que días antes del 11 de septiembre de 2008, el entonces Prefecto imploró a los comandantes de las tres fuerzas y policía que actúen de manera inmediata y oportuna, para evitar la llegada e ingreso de los campesinos que marchaban desde la población beniana de Riberalta. Los uniformados se limitaron a responder que no tenían instrucciones superiores de La Paz para intervenir, y que se encontraban esperando cualquier novedad, “lamentablemente no hicieron nada bajo el pretexto que no tenía órdenes superiores”.
Posteriormente, el día 11 de septiembre, Susly se enteró de la existencia de muertos y heridos en la población de Porvenir, donde se apersonó para ayudar a los lesionados y orar los fallecidos. Agregó que personalmente pidió al comandante de la policía, Silvio Magarzo, que se quede en el lugar e intervenga con sus uniformados y así eviten que se genere mayor caos; sin embargo, “por instrucciones superiores” esta autoridad policial, se retiró del lugar con todos sus efectivos incumpliendo con su deber de proteger a la sociedad.
Luego Susly, también declaró cómo el exprefecto Fernández fue engañado en sus buenos oficios para la toma armada del aeropuerto de Cobija y posteriormente para ser traído a la ciudad de La Paz, como un prisionero de hechos que trató de evitar que sucedan a toda costa.
Recordó que los buenos oficios de Fernández para que los cívicos dejen de bloquear el aeropuerto de Cobija fueron convocados por la entonces Defensora del Pueblo y un representante de Naciones Unidas entre otros; y, una vez cumplido el cometido nunca llegaron aviones con ayuda humanitaria, al contrario aterrizaron aviones Hércules cargados de soldados que llegaron disparando y matando a un pastor evangélico e hiriendo a una periodista.
Al respecto, y una vez que el juzgado Sexto de Sentencia conoció cómo fue que actuaron las Fuerzas Armadas en ese aciago 11 de septiembre de 2008, por órdenes directas emanadas desde La Paz. Fernández pidió que los entonces comandantes pandinos de las tres Fuerzas cuenten la verdad de todo lo que sucedió, quiénes dieron las órdenes para que no intervengan y cuál fue su verdadero accionar durante esos días, que terminaron trayendo dolor y división en un pueblo que siempre vivió en paz, solidaridad y amistad.