Benedicto XVI llama a los atletas a evitar “atajos” como el dopaje
Ciudad del Vaticano, AFP
El papa Benedicto XVI instó a los atletas a evitar los “atajos”; las “vías sin salida”, como el dopaje, al recibir este lunes en el Vaticano a una delegación del Comité Olímpico Italiano.
Ante unas 200 personas, entre ellos los atletas italianos que ganaron medallas en los últimos Juegos Olímpicos de Londres, el Papa afirmó que “la presión por obtener resultados significativos” no debe empujar nunca a los deportistas a “tomar atajos como el dopaje”.
Según Benedicto XVI, “el espíritu de equipo” debe animar a los atletas a evitar “vías sin salida” y a “apoyar a aquellos que reconocen haber cometido un error, con el fin de que se sienten acogidos y ayudados”.
Tanto a nivel amateur como profesional, el deporte deber estar marcado por “la lealtad de la competición, el respeto al cuerpo, el sentido de la solidaridad, pero también la alegría, la satisfacción y la fiesta”, aseguró el Papa.
Benedicto XVI también deseó “una cultura del deporte basada en la primacía del ser humano, un deporte al servicio del hombre y no el hombre al servicio del deporte”.
El papa Benedicto XVI instó a los atletas a evitar los “atajos”; las “vías sin salida”, como el dopaje, al recibir este lunes en el Vaticano a una delegación del Comité Olímpico Italiano.
Ante unas 200 personas, entre ellos los atletas italianos que ganaron medallas en los últimos Juegos Olímpicos de Londres, el Papa afirmó que “la presión por obtener resultados significativos” no debe empujar nunca a los deportistas a “tomar atajos como el dopaje”.
Según Benedicto XVI, “el espíritu de equipo” debe animar a los atletas a evitar “vías sin salida” y a “apoyar a aquellos que reconocen haber cometido un error, con el fin de que se sienten acogidos y ayudados”.
Tanto a nivel amateur como profesional, el deporte deber estar marcado por “la lealtad de la competición, el respeto al cuerpo, el sentido de la solidaridad, pero también la alegría, la satisfacción y la fiesta”, aseguró el Papa.
Benedicto XVI también deseó “una cultura del deporte basada en la primacía del ser humano, un deporte al servicio del hombre y no el hombre al servicio del deporte”.