Assange cumple seis meses en la embajada de Ecuador sin atisbo de solución

Londres, AFP
El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, cumple el miércoles seis meses de reclusión en la embajada de Ecuador en Londres, donde se refugió para evitar una extradición a Estados Unidos, pero su caso continúa sin atisbo de solución.
El australiano, de 41 años, vive desde el 19 de junio en una habitación de la legación situada en la planta baja de un edificio victoriano de ladrillos rojos cercano a los famosos almacenes Harrods, custodiado día y noche por policías británicos que tienen orden de arrestarle en cuanto ponga un pie fuera.


Cuando llegó estaba a punto de ser extraditado a Suecia, que le requiere como sospechoso de cuatro delitos de agresión sexual de los que no ha sido formalmente acusado, tras haber agotado todos sus recursos legales en el Reino Unido.

Assange, quien se declara inocente de los hechos denunciados por dos mujeres con las que dice haber mantenido relaciones consentidas, teme que sea sólo una escala antes de su entrega a Estados Unidos. Según sus partidarios, está siendo investigado por un gran jurado secreto en ese país por haber filtrado información secreta a través de WikiLeaks.
Assange cumple el miércoles seis meses de reclusión en la embajada de Ecuador en Londres

Desde entonces, y sobre todo desde que el 16 de agosto el gobierno del presidente Rafael Correa le concedió el asilo político, las autoridades ecuatorianas dialogan con los países concernidos para tratar de obtener garantías de que no habrá una segunda extradición.

“Nuestro objetivo es alcanzar un acuerdo satisfactorio para todos, en el marco de la legislación europea, sueca y británica, que permita a las dos mujeres suecas ejercer su derecho a una investigación y -si fuera el caso- a un juicio, y que cierre toda posibilidad a una extradición ulterior a Estados Unidos”, declaró un asesor político del gobierno ecuatoriano.

Consideró que Quito no está pidiendo “nada imposible”, sólo “la salida más razonable” a este episodio que envenena las relaciones con el Reino Unido.

En ese caso, el expirata informático se entregaría a las autoridades británicas, al menos que antes le concedieran un salvoconducto, una segunda opción que actualmente parece todavía más difícil.

El Reino Unido sostiene que tiene la obligación legal de extraditar a Assange, como dictaminó en junio la Corte Suprema al término de 18 meses de saga judicial, aunque dice seguir “comprometido en buscar una solución”.

En cuanto a Suecia, ha dicho en varias ocasiones que su justicia es independiente, y que si algún país debe darle a Assange las garantías que pide, ese es Estados Unidos.

Assange, por su parte, parece resignado a prolongar su estancia en la embajada unos meses, al menos hasta después de las elecciones presidenciales ecuatorianas de febrero, a juzgar por sus últimas declaraciones.

El gobierno norteamericano ve estos comicios “como una oportunidad de que Correa pierda y tenga una posición estratégica para negociar”, declaró el lunes en una entrevista con la radio belga RTBF.

A la espera de una resolución, Assange continúa trabajando, “17 horas diarias” para WikiLeaks, según dijo en agosto al Sunday Mail, el primero en mostrar el cuarto de 20 m2 en el que que vive “como en una estación espacial”.

Pero también acaba de sacar un libro, “Cypherpunks: Freedom and the Future of the Internet”, basado en conversaciones con tres ciberactivistas que luchan contra el control de internet por parte de gobiernos y multinacionales, y según otras informaciones de prensa se dispone a crear un partido político para presentarse el año que viene a las senatoriales australianas.

Aunque hace regularmente ejercicio y utiliza una lámpara solar, el bienestar de Assange preocupa a las autoridades ecuatorianas, que insisten sin embargo en que la afección pulmonar crónica que padece “no necesita atención médica”.

En estos meses de encierro, el australiano recibió visitas de famosos como el juez español Baltasar Garzón, su asesor legal, la cantante Lady Gaga o la diseñadora Vivienne Westwood.

Otros simpatizantes se congregarán el jueves frente a la embajada, desde la cual Assange ofrecerá por segunda vez un discurso para marcar el aniversario, en una velada en la que según WikiLeaks no faltará “la música, la comida y el vino caliente”.

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