Ramos y Özil, competencia para Cristiano Ronaldo en las faltas
Madrid, As
Los lanzamientos de falta en el Real Madrid han sido un frecuente asunto de debate en la grada del Bernabéu en los últimos tiempos. Tanto, que las recientes demostraciones de Mesut Özil y Sergio Ramos en este arte pone en entredicho el monopolio de Cristiano Ronaldo como responsable único de los lanzamientos.
Desde la época de La Quinta del Buitre, donde esta estrategia proporcionaba un buen puñado de goles a un equipo dotado de extraordinarios lanzadores que se alternaban en los lanzamientos con la deseada naturalidad (Schuster, Hugo Sánchez, Míchel, Martín Vázquez…), el aficionado ha asistido a épocas menos espléndidas en las que un solo jugador monopolizaba los lanzamientos, y no siempre con el porcentaje de éxito deseable.
El rumano Gica Hagi se hizo dueño de las faltas coincidiendo con el ocaso de La Quinta, pero no fue hasta la llegada de Suker y Mijatovic cuando el Real Madrid volvió a encontrar variedad y acierto en los lanzamientos, un trono breve que sería conquistado de manera brillante por Roberto Carlos, dueño y señor de las faltas en el Real Madrid durante más de una década. Durante su reinado, el brasileño también mostró generosidad cediendo el protagonismo a otros ilustres lanzadores como Luis Figo, Zinedine Zidane o David Beckham.
El eclipse de los galácticos devino también en una nueva etapa oscura en los tiros libres, en las que sólo la bota del holandés Wesley Sneijder parecía anunciar tiempos mejores. Pero todo quedó en un espejismo.
La transición por el desierto se prolongó hasta la llegada de Cristiano Ronaldo, cuyo acierto en el Manchester United hacía frotarse las manos al madridismo. En el Real Madrid ha firmado algunos de los mejores goles de estrategia de su carrera. Sin embargo, la efectividad del portugués en los lanzamientos se ha reducido de forma preocupante, provocando el murmullo inquietante del Bernabéu cada vez que Cristiano se adueña del balón para disparar.
Aunque su capacidad para las faltas es incuestionable, sobre todo las frontales y algo alejadas, esta temporada aún no ha roto su sequía, por lo que los últimos goles de Özil y Ramos han acelerado el debate entre el madridismo, que se pregunta si el delantero portugués no debería conceder más oportunidades a otros compañeros, como hace con Xabi Alonso en las faltas laterales.
El centrocampista donostiarra fue uno de los primeros damnificados por el monopolio de Cristiano, pero otros compañeros, en las escasas ocasiones de las que disponen, demuestran que también poseen talento para los lanzamientos.
En el caso de Özil, su gol ante el Borussia Dortmund en la última jornada de la Liga de Campeones (2-2) fue un compendio de calidad y templaza, asumiendo la responsabilidad en un momento clave no sólo del partido, sino de la competición, pues su hermoso tanto supuso el empate y evitó un serio problema para el equipo de Mourinho. Era su segundo gol de falta con el Madrid, tras el que le hizo al Atlético en el Bernabéu en el derbi del 7 de noviembre de 2010 (2-0).
En cuanto a Sergio Ramos, son muy escasas las ocasiones en las que el sevillano ha podido lanzar una falta; pero cuando lo ha hecho, ha demostrado una habilidad extraordinaria. Su gran gol de falta directa con España a Panamá no es el primero que consigue en su carrera, aunque para su estreno en esta faceta hay que remontarse al 14 de abril de 2005. Entonces como jugador del Sevilla, Ramos marcó ante el Real Madrid al transformar un libre indirecto, un potente disparo desde lejos que se coló por la escuadra derecha de su hoy compañero Iker Casillas.
De aquel gol del sevillano fue testigo Florentino Pérez, quien ese mismo verano lo fichó para el Real Madrid por 27 millones de euros. Esa misma temporada y con el Sevilla, el de Camas logró otro tanto de libre indirecto ante la Real Sociedad.
Los lanzamientos de falta en el Real Madrid han sido un frecuente asunto de debate en la grada del Bernabéu en los últimos tiempos. Tanto, que las recientes demostraciones de Mesut Özil y Sergio Ramos en este arte pone en entredicho el monopolio de Cristiano Ronaldo como responsable único de los lanzamientos.
Desde la época de La Quinta del Buitre, donde esta estrategia proporcionaba un buen puñado de goles a un equipo dotado de extraordinarios lanzadores que se alternaban en los lanzamientos con la deseada naturalidad (Schuster, Hugo Sánchez, Míchel, Martín Vázquez…), el aficionado ha asistido a épocas menos espléndidas en las que un solo jugador monopolizaba los lanzamientos, y no siempre con el porcentaje de éxito deseable.
El rumano Gica Hagi se hizo dueño de las faltas coincidiendo con el ocaso de La Quinta, pero no fue hasta la llegada de Suker y Mijatovic cuando el Real Madrid volvió a encontrar variedad y acierto en los lanzamientos, un trono breve que sería conquistado de manera brillante por Roberto Carlos, dueño y señor de las faltas en el Real Madrid durante más de una década. Durante su reinado, el brasileño también mostró generosidad cediendo el protagonismo a otros ilustres lanzadores como Luis Figo, Zinedine Zidane o David Beckham.
El eclipse de los galácticos devino también en una nueva etapa oscura en los tiros libres, en las que sólo la bota del holandés Wesley Sneijder parecía anunciar tiempos mejores. Pero todo quedó en un espejismo.
La transición por el desierto se prolongó hasta la llegada de Cristiano Ronaldo, cuyo acierto en el Manchester United hacía frotarse las manos al madridismo. En el Real Madrid ha firmado algunos de los mejores goles de estrategia de su carrera. Sin embargo, la efectividad del portugués en los lanzamientos se ha reducido de forma preocupante, provocando el murmullo inquietante del Bernabéu cada vez que Cristiano se adueña del balón para disparar.
Aunque su capacidad para las faltas es incuestionable, sobre todo las frontales y algo alejadas, esta temporada aún no ha roto su sequía, por lo que los últimos goles de Özil y Ramos han acelerado el debate entre el madridismo, que se pregunta si el delantero portugués no debería conceder más oportunidades a otros compañeros, como hace con Xabi Alonso en las faltas laterales.
El centrocampista donostiarra fue uno de los primeros damnificados por el monopolio de Cristiano, pero otros compañeros, en las escasas ocasiones de las que disponen, demuestran que también poseen talento para los lanzamientos.
En el caso de Özil, su gol ante el Borussia Dortmund en la última jornada de la Liga de Campeones (2-2) fue un compendio de calidad y templaza, asumiendo la responsabilidad en un momento clave no sólo del partido, sino de la competición, pues su hermoso tanto supuso el empate y evitó un serio problema para el equipo de Mourinho. Era su segundo gol de falta con el Madrid, tras el que le hizo al Atlético en el Bernabéu en el derbi del 7 de noviembre de 2010 (2-0).
En cuanto a Sergio Ramos, son muy escasas las ocasiones en las que el sevillano ha podido lanzar una falta; pero cuando lo ha hecho, ha demostrado una habilidad extraordinaria. Su gran gol de falta directa con España a Panamá no es el primero que consigue en su carrera, aunque para su estreno en esta faceta hay que remontarse al 14 de abril de 2005. Entonces como jugador del Sevilla, Ramos marcó ante el Real Madrid al transformar un libre indirecto, un potente disparo desde lejos que se coló por la escuadra derecha de su hoy compañero Iker Casillas.
De aquel gol del sevillano fue testigo Florentino Pérez, quien ese mismo verano lo fichó para el Real Madrid por 27 millones de euros. Esa misma temporada y con el Sevilla, el de Camas logró otro tanto de libre indirecto ante la Real Sociedad.