Rajoy busca que el recorte del presupuesto europeo sea “equitativo”
Se impone la tesis de los países que quieren completar los recortes domésticos con la reducción de fondos comunitarios
Miguel González
Madrid, El País
La idea de que los presupuestos de la UE deberían tener un “efecto multiplicador” sobre la estancada economía europea y compensar los duros ajustes aplicados a nivel nacional “no ha tenido demasiado eco”, reconoció ayer en el Congreso el secretario de Estado para la UE, Íñigo Méndez de Vigo. Al contrario, se ha impuesto la tesis de los países que quieren completar los recortes aplicados a nivel doméstico con una drástica reducción de los fondos comunitarios.
En estas condiciones, el presidente Mariano Rajoy acudirá a la cumbre que se inicia hoy en Bruselas con el propósito de minimizar daños: que se reduzca “lo menos posible” el presupuesto de la UE para el periodo 2014-20 y que el inevitable recorte se reparta de forma “equilibrada y equitativa”. Lo que no sucede, a su juicio, con la propuesta del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
Al contrario que otros socios, España no ha esgrimido la amenaza de veto, pero Rajoy ha calificado la propuesta del Consejo de “inaceptable” y eso, según fuentes diplomáticas, significa que en ningún caso será aprobada, ya que se requiere unanimidad.
Rajoy se sentía cómodo con el proyecto presentado por la Comisión Europea, que fijaba el techo de gasto en 1,091 billones de euros, pero el hachazo de 80.000 millones propuesto por el Consejo ha incidido en las dos partidas que más afectan a España: las ayudas a la agricultura y los fondos de cohesión.
Si prospera esta propuesta, España podría perder 20.000 millones de euros en un momento en que está sumida en plena recesión y va a convertirse, por vez primera desde que ingresó en la UE, en contribuyente neto a las arcas comunitarias. “Los países que están haciendo un ajuste fiscal más duro no deben ser castigados en los fondos europeos”, alega Méndez de Vigo.
Además de oponerse a la drástica poda de las ayudas a la agricultura, el Gobierno quiere garantizar una “red de seguridad” para las regiones que han superado el 75% de la renta media comunitaria (Andalucía, Castilla-La Mancha y Galicia), pero aún no llegan al 90% de la misma. La propuesta de la Comisión les garantizaba que percibirían el 66% de los fondos que han recibido en el actual periodo (2007-13), pero Van Rompuy ha rebajado este porcentaje al 57%. España también rechaza el tijeretazo de los beneficios para las regiones ultraperiféricas, como Canarias, y la supresión de la ayuda específica para Ceuta y Melilla. Reclama, igualmente, que se introduzca una “cláusula de actualización” de los datos estadísticos en los que se basa el reparto de fondos, para que se tenga en cuenta el deterioro experimentado por la economía española en el último periodo.
España no tiene urgencia en cerrar el acuerdo. Incluso podría beneficiarse con la prórroga anual de los presupuestos a partir de 2014, que se incrementarían con la inflación en vez de reducirse, pero es consciente de que esta fórmula plantea múltiples dudas jurídicas, y sobre todo “daría un mensaje muy negativo a los mercados, después del fracaso en desbloquear la ayuda a Grecia”. Así que Rajoy acudirá “con actitud constructiva”.
Miguel González
Madrid, El País
La idea de que los presupuestos de la UE deberían tener un “efecto multiplicador” sobre la estancada economía europea y compensar los duros ajustes aplicados a nivel nacional “no ha tenido demasiado eco”, reconoció ayer en el Congreso el secretario de Estado para la UE, Íñigo Méndez de Vigo. Al contrario, se ha impuesto la tesis de los países que quieren completar los recortes aplicados a nivel doméstico con una drástica reducción de los fondos comunitarios.
En estas condiciones, el presidente Mariano Rajoy acudirá a la cumbre que se inicia hoy en Bruselas con el propósito de minimizar daños: que se reduzca “lo menos posible” el presupuesto de la UE para el periodo 2014-20 y que el inevitable recorte se reparta de forma “equilibrada y equitativa”. Lo que no sucede, a su juicio, con la propuesta del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
Al contrario que otros socios, España no ha esgrimido la amenaza de veto, pero Rajoy ha calificado la propuesta del Consejo de “inaceptable” y eso, según fuentes diplomáticas, significa que en ningún caso será aprobada, ya que se requiere unanimidad.
Rajoy se sentía cómodo con el proyecto presentado por la Comisión Europea, que fijaba el techo de gasto en 1,091 billones de euros, pero el hachazo de 80.000 millones propuesto por el Consejo ha incidido en las dos partidas que más afectan a España: las ayudas a la agricultura y los fondos de cohesión.
Si prospera esta propuesta, España podría perder 20.000 millones de euros en un momento en que está sumida en plena recesión y va a convertirse, por vez primera desde que ingresó en la UE, en contribuyente neto a las arcas comunitarias. “Los países que están haciendo un ajuste fiscal más duro no deben ser castigados en los fondos europeos”, alega Méndez de Vigo.
Además de oponerse a la drástica poda de las ayudas a la agricultura, el Gobierno quiere garantizar una “red de seguridad” para las regiones que han superado el 75% de la renta media comunitaria (Andalucía, Castilla-La Mancha y Galicia), pero aún no llegan al 90% de la misma. La propuesta de la Comisión les garantizaba que percibirían el 66% de los fondos que han recibido en el actual periodo (2007-13), pero Van Rompuy ha rebajado este porcentaje al 57%. España también rechaza el tijeretazo de los beneficios para las regiones ultraperiféricas, como Canarias, y la supresión de la ayuda específica para Ceuta y Melilla. Reclama, igualmente, que se introduzca una “cláusula de actualización” de los datos estadísticos en los que se basa el reparto de fondos, para que se tenga en cuenta el deterioro experimentado por la economía española en el último periodo.
España no tiene urgencia en cerrar el acuerdo. Incluso podría beneficiarse con la prórroga anual de los presupuestos a partir de 2014, que se incrementarían con la inflación en vez de reducirse, pero es consciente de que esta fórmula plantea múltiples dudas jurídicas, y sobre todo “daría un mensaje muy negativo a los mercados, después del fracaso en desbloquear la ayuda a Grecia”. Así que Rajoy acudirá “con actitud constructiva”.