Noreste EEUU afronta caos y escasez combustible tras Sandy

Nueva York, AFP
Rescatistas buscaban sobrevivientes en calles y casas inundadas, conductores hacían fila por horas para comprar gasolina y millones estaban sin energía en la Costa Este de Estados Unidos, mientras Nueva York y ciudades cercanas luchaban por recuperarse el jueves de la peor tormenta en haber azotado jamás al país.


Los neoyorquinos escucharon el paso de los trenes de metro por primera vez en cuatro días tras la reanudación de un servicio limitado, pero el Bajo Manhattan aún carecía de energía eléctrica y zonas circundantes como Staten Island, la costa de Nueva Jersey y la ciudad de Hoboken seguían afectados por enormes marejadas y anegamientos.

Al menos 87 personas murieron por el impacto de la "súper tormenta", que tocó tierra en el noreste de Estados Unidos el lunes por la noche. Funcionarios dijeron que el número podría subir porque los rescatistas estaban realizando búsquedas casa por casa en las ciudades costeras.

La escasez de gasolina se sumó al desastre producido por el mal clima.

"Estoy tan estresada", dijo Jessica Bajno, de 29 años, una maestra de escuela en Elmont, Long Island, que esperaba en fila para obtener el combustible. "He estado conduciendo por las localidades cercanas toda la mañana y tratando de tener cuidado de no quedarme sin gasolina en el proceso. Todo está cerrado", declaró.

Más muertes se registraron durante la noche en el condado de Staten Island de la Ciudad de Nueva York, donde las autoridades recuperaron 17 cuerpos luego de que el impacto de la tormenta levantara desde sus bases a numerosas viviendas. Entre los fallecidos había dos niños varones que fueron arrancados de los brazos de su madre por la fuerza del agua, dijo la policía.

En total, 38 personas perdieron la vida en la Ciudad de Nueva York, dijeron funcionarios.

El costo financiero de la tormenta también será exorbitante. La compañía de cálculos de desastres Eqecat estima que Sandy dejó pérdidas aseguradas por hasta 20.000 millones de dólares y 50.000 millones de dólares en pérdidas económicas, el doble de su proyección anterior.

En el punto más alto de ese rango, Sandy quedaría como la cuarta catástrofe más costosa en la historia de Estados Unidos, de acuerdo al Instituto de Información de Seguros, por detrás del huracán Katrina en el 2005, de los ataques del 11 de septiembre del 2001 y del huracán Andrew en 1992.

COSTA DE NUEVA JERSEY DEVASTADA

En la costa de Nueva Jersey, donde localidades frente al mar vieron a vecindarios enteros ser tragados por el agua y el paseo marítimo de Atlantic City quedó destrozado, la cifra de muertos alcanzó a 12.

Las aguas finalmente empezaron a replegarse desde las calles de Hoboken, dejando atrás sótanos sumergidos y vehículos desplazados sobre las aceras.

"El agua entraba a raudales. Fue como si viniera un río", dijo Benedicte Lenoble, residente de Hoboken. "Ahora hay caos por todas partes. No hay electricidad. Las tiendas están cerradas. ¿Recuperación? No lo sé", expresó.

En la vecina Jersey City, los conductores sorteaban las esquinas con semáforos inactivos. Las tiendas estaban cerradas y se formaban largas filas fuera de las farmacias mientras las personas apilaban en las calles colchones y muebles empapados.

La ciudad impuso un toque de queda y una prohibición al paso de autos entre las 19.00 y las 07.00 horas.

Los cantantes Bruce Springsteen, Jon Bon Jovi y Sting ofrecerán un concierto a beneficio para las víctimas de la tormenta el viernes por la noche en el canal NBC, anunció la cadena de televisión.

El Gobierno estadounidense acordó cubrir el 100 por ciento del suministro de energía y los costos de transporte público de emergencia hasta el 9 de noviembre en ocho condados de Nueva Jersey.

La Agencia Federal de Manejo de Emergencias, que ya prometió ayuda directa a las víctimas y a los gobiernos locales, informó a los senadores estadounidenses de Nueva Jersey sobre la decisión, dijo un asesor del legislador Frank Lautenberg.

Sandy se transformó en un huracán en el Caribe, donde causó la muerte de 69 personas, antes de impactar las costas de Estados Unidos con vientos de 130 kilómetros por hora. El alcance de sus vientos iba desde las Carolinas hasta Connecticut y fue la mayor tormenta por extensión en golpear el país norteamericano en décadas.

Alrededor de 4,6 millones de hogares y negocios en 15 estados de Estados Unidos estaban sin energía eléctrica el jueves, luego del récord de casi 8,5 millones registrado previamente en la semana.

Para el jueves, la tormenta se había disipado sobre el territorio continental de Norteamérica.

Tras una suspensión de cuatro días por la llegada de la tormenta, el presidente Barack Obama retomó su campaña por la reelección. Sondeos mostraron que el mandatario seguía enfrascado en un empate virtual con su rival republicano Mitt Romney de cara a las elecciones presidenciales del martes.

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