Milan apagó a Juventus con gol de Robinho


Roma, Espn
Milan, con un gol de penal del brasilero Robinho, le ganó de local en San Siro a Juventus por 1 a 0, en uno de los desafíos de la jornada decimocuarta del campeonato de Primera italiano.


De esta manera, los rossoneri se treparon al octavo escalón de la clasificación, que por ahora ocupan junto a Atalanta, ambos con 18 unidades, mientras que el conjunto de Turín sigue primero con 32 unidades, aún a cuatro desde el segundo si bien Inter debe todavía jugar en esta fecha.

El triunfo fue discutido porque el gol llegó con un penal que el referí no había cobrado y que fue el juez de línea a señalar. Pero como veremos, las polémicas son estériles porque hubo falta. Más allá de ese aspecto, la victoria fue merecido porque la visita jugó muy mal, debido sobre todo al planteo del Diávolo.

Como dijo el mismo Alessio, el segundo entrenador de Juventus, esta vez al equipo no le salió nada, no jugó de equipo y por eso perdió en San Siro. Lo que le faltó analizar al técnico fue que mucho de sus problemas se debieron a la táctica inteligente del local, que cada vez que su rival tenía el balón, más que presionar al portador o a hombre cortaba todas las líneas de pase.

En eso estuvo muy bien toda la delantera, la primera en presionar y en cubrir los pases entre defensa y línea de volantes, pero en ese contexto se destacó la performance de Nigel De Jong, sin dudas la figura de la cancha, considerando que el volante marcó diferencia con sus anticipos en el primer tiempo y sus cierres en el complemento.

Así, los bianconeri fallaron muchísimo, especialmente con Vidal, quien perdió cuanto menos diez balones, pero en general con todo el equipo. Así, Milan podía recuperar el esférico bastante arriba y mostrarse enseguida con peligro, sin tener que construir la jugada desde atrás sino que atacando con pocos toques verticales.

Lo malo del Diávolo estuvo en las muchas ocasiones que desperdició y en la fatiga que encontró para meterse en el área, teniendo a menudo que rematar desde afuera. En efecto, las chances más peligrosas llegaron con un remate cruzado de De Sciglio y uno de Boateng, muy bien atajado por Buffón. En fin de cuentas, a pesar de su dominio, no logró crear mucho más.

Pero a la media hora llegó el episodio tanto discutido: Nocerino entró por le medio, recibió un centro desde la derecha y cabeceó fuerte. Isla, con el brazo derecho totalmente alargado, dándose vuelta tocó interceptó el balón. El referí no dio nada, pero su asistente señaló la falta de mano, que en directa parecía clarísima. La repetición televisiva puso alguna duda, porque el impacto fue muy cerca de la axila, pero la impresión fue que el esférico pegó en el brazo y luego se fue para abajo, pegando en las costillas sucesivamente.

Robinho se presentó desde lo once metros: pateó malísimo y Buffón alcanzó la pelota, pero no logró desviar el esférico hacia afuera porque estaba demasiado arriba, de manera que el balón pasó y fue 1 a 0. Con la ventaja Milan tomó aún más coraje, pero no logró crear ocasiones para el segundo, debido también a un par de faltas sobre El Shaarawy que llegaron justo a tiempo para parar dos contras muy peligrosas que podían terminar en gol.

En el complemento, la Vieja Señora bajó con mayor convicción, pero siguió cometiendo muchos errores. Mérito de los rossoneri, que siguieron corriendo muchísimo y marcando muy bien, pero que al mismo tiempo paulatinamente retrocedieron demasiado y así comenzaron a concederle demasiado espacio a la visita.

Los bianconeri, en efecto, empezaron a atacar y, mejorando con el ingreso de Giovinco por Quagliarella, tuvieron tres buenas ocasiones de gol: la más clara la tuvo Vucinic, quien se encontró en buena posición tras un par de rebotes y remató a golpe seguro, pero Constant salvó despejando casi sobre la línea.

Antes había sido el turno de Giovinco, quien buscó la chilena espectacular en cambio de tocala simplemente en acrobacia, y así mordió el disparo y la mandó muy afuera., mientras que más tarde otra vez el montenegrino fue protagonista, tras un match en la sobra, con un sablazo desde afuera que lo obligó a Amelia a una grande y difícil atajada.

Milan logró salir nuevamente con la entrada de Pazzini, por un apagado y cansado Robinho, y se mostró con un algunas contras muy interesantes, que sin embargo no supo absolutamente finalizar como debido, sin prácticamente darle ninguna molestia más a Buffón.

Al final, al Diávolo le alcanzó su gran corazón, su buen planteo táctico y ese penal para apagar a Juventus, haciendo que el mejor equipo de Italia jugara mal, cómplice también una diferente hambre: porque los bianconeri se veían bastante satisfechos (y claramente cansados) por cuanto hecho ante Chelsea, mientras que los milaneses vivieron este match como "un partido de la vida" y lo jugaron a matar o morir.

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