Elecciones de EEUU: El peculiar sistema electoral norteamericano
Washington, ANF
Estados Unidos, que pretende ser un símbolo mundial de la práctica democrática, tiene un peculiar sistema electoral en el que el pueblo no elige directamente al presidente, aunque el candidato obtuviera la mayoría en las urnas.
Las elecciones del 6 de noviembre, las segundas de este siglo, proyectan tener la particularidad de sentar las bases para el futuro de Estados Unidos en su condición de potencia mundial. De ahí la importancia que adquieren estos comicios.
La batalla electoral entre el demócrata Barack Obama y sul contendiente republicano, Mitt Rommey, se dirimirá en 13 de los 50 estados de la Unión, todavía indecisos, cuyos electores inclinarán la balanza a favor de uno de los candidatos en el Colegio Electoral.
El candidato ganador en las urnas requiere 270 votos electorales, la mitad mas uno del número de delegados que representan a cada estado. Las elecciones del 6 de noviembre eligen a 538 delegados o comisionados electorales, los cuales, a su vez, tienen la potestad de nombrar al próximo presidente, independientemente del número de sufragios que haya logrado el aspirante ganador en las urnas.
Por tradición en cada uno de los estados se eligen delegados demócrata o republicano según el número proporcional de votos que haya obtenido cada uno de los candidatos. Estos comisionados preservan lealtad hacia el candidato de su partido, pero a la hora de la votación pueden cambiar de bando. No existe ninguna norma que les impida. Históricamente hay antecedentes de fidelidad en los delegados que se reúnen en diciembre.
En caso de empate en el Colegio Electoral, la Cámara de Representantes asume la responsabilidad de elegir al próximo presidente, mientras que el Senado designa al vicepresidente.
Si alguno de los estados impugna los resultados o el recuento de votos, como ocurrió en el 2000 en Florida, la Corte Suprema de Justicia se encarga de dirimir el caso. Ese año el máximo tribunal otorgó la victoria al republicano George W. Bush aunque en las urnas había ganado el demócrata Albert Gore. Ese fue uno de los tres antecedentes históricos, anteriormente ocurrió en 1876 y 1888.
Obama y Rommey en la recta final de la campaña han intensificado su proselitismo en los trece estados llamados claves, en particular Ohio, donde existen numerosos electores que aún no decidieron su preferencia. En estos territorios hay a su vez 3.143 condados cuyos resultados electorales inclinarán la balanza de cara al Colegio Electoral donde se congregan los delegados para la elección del próximo inquilino de la Casa Blanca.
Los llamados estados claves en esta campaña son Colorado, Florida, Iowa, Michigan, Minesota, Nevada, New Hampshire, Nuevo México, Carolina del Norte, Ohio, Pensilvania, Virginia y Wisconsin.
En estos estados hay aún otro componente importante: el voto latino, como es el caso de Florida, Colorado, Nevada y Nuevo México.
Estados Unidos se define como una república constitucional, residencial y federal, con una democracia presidencialista con la particularidad de que el titular de la Casa Blanca es elegido de forma indirecta a través de los delegados o también llamados comisionados o grandes electores que representan a los electores de los 50 estados.
Por más de un siglo la arena política estadounidense es dominada por los partidos Demócrata y Republicano, aunque existen otros menores que no alcanzan representación en el Congreso como ser los partidos Verde, de la Constitución y Libertario, que no tienen acceso a las grandes campañas, ni a los fondos federales que se otorga a los dos principales contendientes.
En las elecciones de este seis de noviembre se renovará la Cámara de Representantes (diputados) de 435 miembros que cada dos años sus miembros son sometidos al voto ciudadano, mientras que cada dos años hay un recambio de un tercio del Senado de 100 legisladores.
Estados Unidos, que pretende ser un símbolo mundial de la práctica democrática, tiene un peculiar sistema electoral en el que el pueblo no elige directamente al presidente, aunque el candidato obtuviera la mayoría en las urnas.
Las elecciones del 6 de noviembre, las segundas de este siglo, proyectan tener la particularidad de sentar las bases para el futuro de Estados Unidos en su condición de potencia mundial. De ahí la importancia que adquieren estos comicios.
La batalla electoral entre el demócrata Barack Obama y sul contendiente republicano, Mitt Rommey, se dirimirá en 13 de los 50 estados de la Unión, todavía indecisos, cuyos electores inclinarán la balanza a favor de uno de los candidatos en el Colegio Electoral.
El candidato ganador en las urnas requiere 270 votos electorales, la mitad mas uno del número de delegados que representan a cada estado. Las elecciones del 6 de noviembre eligen a 538 delegados o comisionados electorales, los cuales, a su vez, tienen la potestad de nombrar al próximo presidente, independientemente del número de sufragios que haya logrado el aspirante ganador en las urnas.
Por tradición en cada uno de los estados se eligen delegados demócrata o republicano según el número proporcional de votos que haya obtenido cada uno de los candidatos. Estos comisionados preservan lealtad hacia el candidato de su partido, pero a la hora de la votación pueden cambiar de bando. No existe ninguna norma que les impida. Históricamente hay antecedentes de fidelidad en los delegados que se reúnen en diciembre.
En caso de empate en el Colegio Electoral, la Cámara de Representantes asume la responsabilidad de elegir al próximo presidente, mientras que el Senado designa al vicepresidente.
Si alguno de los estados impugna los resultados o el recuento de votos, como ocurrió en el 2000 en Florida, la Corte Suprema de Justicia se encarga de dirimir el caso. Ese año el máximo tribunal otorgó la victoria al republicano George W. Bush aunque en las urnas había ganado el demócrata Albert Gore. Ese fue uno de los tres antecedentes históricos, anteriormente ocurrió en 1876 y 1888.
Obama y Rommey en la recta final de la campaña han intensificado su proselitismo en los trece estados llamados claves, en particular Ohio, donde existen numerosos electores que aún no decidieron su preferencia. En estos territorios hay a su vez 3.143 condados cuyos resultados electorales inclinarán la balanza de cara al Colegio Electoral donde se congregan los delegados para la elección del próximo inquilino de la Casa Blanca.
Los llamados estados claves en esta campaña son Colorado, Florida, Iowa, Michigan, Minesota, Nevada, New Hampshire, Nuevo México, Carolina del Norte, Ohio, Pensilvania, Virginia y Wisconsin.
En estos estados hay aún otro componente importante: el voto latino, como es el caso de Florida, Colorado, Nevada y Nuevo México.
Estados Unidos se define como una república constitucional, residencial y federal, con una democracia presidencialista con la particularidad de que el titular de la Casa Blanca es elegido de forma indirecta a través de los delegados o también llamados comisionados o grandes electores que representan a los electores de los 50 estados.
Por más de un siglo la arena política estadounidense es dominada por los partidos Demócrata y Republicano, aunque existen otros menores que no alcanzan representación en el Congreso como ser los partidos Verde, de la Constitución y Libertario, que no tienen acceso a las grandes campañas, ni a los fondos federales que se otorga a los dos principales contendientes.
En las elecciones de este seis de noviembre se renovará la Cámara de Representantes (diputados) de 435 miembros que cada dos años sus miembros son sometidos al voto ciudadano, mientras que cada dos años hay un recambio de un tercio del Senado de 100 legisladores.