El Vaticano toma medidas disciplinarias contra cura disidente
Ciudad del Vaticano, Reuters
El Vaticano aplicó mano dura contra un destacado sacerdote católico de Austria que había liderado una campaña de desobediencia para desafiar abiertamente a la Iglesia Católica sobre el celibato y el sacerdocio femenino.
El Vaticano dijo el jueves que había retirado al padre Helmut Schüller el derecho a usar el título de monseñor y anunció que tampoco sería "Capellán de su Santidad" de entonces en adelante. Schüller seguirá siendo sacerdote.
Schüller, el antiguo brazo derecho del arzobispo de Viena, el cardenal Christoph Schönborn, había recibido el título honorífico por su trabajo como máximo responsable de Cáritas, la organización caritativa de la Iglesia, en Austria.
Schüller es el líder del grupo "Llamada a la desobediencia" que tiene un amplio apoyo público según las encuestas y dice representar a cerca de un 10 por ciento del clero austriaco.
Alrededor de 150.000 austriacos dejaron la Iglesia entre 2011 y 2012, muchos de ellos motivados por los escándalos de abusos sexuales.
El grupo quiere que se cambien las leyes de la Iglesia para que los sacerdotes se puedan casar y las mujeres puedan ser ordenadas sacerdote. Sus partidarios han dicho que romperán con las leyes de la Iglesia dando la comunión a protestantes y a católicos divorciados que hayan vuelto a contraer matrimonio.
Schüller declaró a la prensa austriaca que la decisión del Vaticano no había afectado a sus principios.
Los católicos reformistas austriacos han desafiado durante décadas las políticas conservadoras de Benedicto XVI y su predecesor Juan Pablo II, creando movimientos de protesta y abogando por cambios que el Vaticano siempre ha rechazado.
Schüller se ha encontrado con clérigos afines en Austria y en el extranjero desde que fundó el grupo "Llamada a la desobediencia". Grupos de católicos reformistas de Alemania, Irlanda y Estados Unidos han realizado demandas similares a la Iglesia.
La Iglesia Católica no permite que los sacerdotes contraigan matrimonio y enseña que no tiene autoridad para permitir a mujeres convertirse en sacerdotes porque Jesús sólo escogió por voluntad propia a hombres como sus apóstoles cuando instituyó el sacerdocio en la Última Cena.
Los partidarios del sacerdocio femenino argumentan que Jesús simplemente se adaptó a las normas sociales de su época.
La semana pasada, el Vaticano ejerció acciones disciplinarias contra otro sacerdote que abogaba por la ordenación de las mujeres.
El padre Ray Bourgeois, un estadounidense de la orden religiosa de Maryknoll, fue expulsado del sacerdocio y de la orden por el departamento doctrinal del Vaticano, la Congregación por la Doctrina de la Fe.
El año pasado, Bourgeois, que había sido sacerdote durante 40 años, formó parte del grupo de activistas católicos detenidos por la policía italiana tras intentar entregar una petición en el Vaticano para que se autorizara el sacerdocio femenino.
Benedicto XVI, que antes de ser elegido Papa en 2005 fue durante décadas el responsable doctrinal en jefe del Vaticano, denunció directamente a los sacerdotes disidentes en abril, aduciendo que ese no era el camino correcto para la renovación de la Iglesia.
El Vaticano aplicó mano dura contra un destacado sacerdote católico de Austria que había liderado una campaña de desobediencia para desafiar abiertamente a la Iglesia Católica sobre el celibato y el sacerdocio femenino.
El Vaticano dijo el jueves que había retirado al padre Helmut Schüller el derecho a usar el título de monseñor y anunció que tampoco sería "Capellán de su Santidad" de entonces en adelante. Schüller seguirá siendo sacerdote.
Schüller, el antiguo brazo derecho del arzobispo de Viena, el cardenal Christoph Schönborn, había recibido el título honorífico por su trabajo como máximo responsable de Cáritas, la organización caritativa de la Iglesia, en Austria.
Schüller es el líder del grupo "Llamada a la desobediencia" que tiene un amplio apoyo público según las encuestas y dice representar a cerca de un 10 por ciento del clero austriaco.
Alrededor de 150.000 austriacos dejaron la Iglesia entre 2011 y 2012, muchos de ellos motivados por los escándalos de abusos sexuales.
El grupo quiere que se cambien las leyes de la Iglesia para que los sacerdotes se puedan casar y las mujeres puedan ser ordenadas sacerdote. Sus partidarios han dicho que romperán con las leyes de la Iglesia dando la comunión a protestantes y a católicos divorciados que hayan vuelto a contraer matrimonio.
Schüller declaró a la prensa austriaca que la decisión del Vaticano no había afectado a sus principios.
Los católicos reformistas austriacos han desafiado durante décadas las políticas conservadoras de Benedicto XVI y su predecesor Juan Pablo II, creando movimientos de protesta y abogando por cambios que el Vaticano siempre ha rechazado.
Schüller se ha encontrado con clérigos afines en Austria y en el extranjero desde que fundó el grupo "Llamada a la desobediencia". Grupos de católicos reformistas de Alemania, Irlanda y Estados Unidos han realizado demandas similares a la Iglesia.
La Iglesia Católica no permite que los sacerdotes contraigan matrimonio y enseña que no tiene autoridad para permitir a mujeres convertirse en sacerdotes porque Jesús sólo escogió por voluntad propia a hombres como sus apóstoles cuando instituyó el sacerdocio en la Última Cena.
Los partidarios del sacerdocio femenino argumentan que Jesús simplemente se adaptó a las normas sociales de su época.
La semana pasada, el Vaticano ejerció acciones disciplinarias contra otro sacerdote que abogaba por la ordenación de las mujeres.
El padre Ray Bourgeois, un estadounidense de la orden religiosa de Maryknoll, fue expulsado del sacerdocio y de la orden por el departamento doctrinal del Vaticano, la Congregación por la Doctrina de la Fe.
El año pasado, Bourgeois, que había sido sacerdote durante 40 años, formó parte del grupo de activistas católicos detenidos por la policía italiana tras intentar entregar una petición en el Vaticano para que se autorizara el sacerdocio femenino.
Benedicto XVI, que antes de ser elegido Papa en 2005 fue durante décadas el responsable doctrinal en jefe del Vaticano, denunció directamente a los sacerdotes disidentes en abril, aduciendo que ese no era el camino correcto para la renovación de la Iglesia.